Mi esperpéntica historia con una alemana - Tocho inside

meow

Madmaxista
Desde
4 Oct 2013
Mensajes
4.145
Reputación
5.002
Parte 1 – Finlandia, agosto de 2016

Capítulo 1 – Recién llegado a Finlandia

Esto es una historia totalmente real que me ocurrió entre agosto del 2016 y agosto del 2017. Bueno, realmente me ocurrió en agosto del 2016 y en agosto del 2017, pero allá va. Narro cómo una alemana me la jugó, se la jugué, me la volvió a jugar se la volví a jugar. Siento el tocho, pero quería dejarlo plasmado tal y como fue.

En 2016 me voy de Erasmus a Finlandia. En mi universidad utilizaban un sistema mixto de elección de alojamiento. Básicamente, había tres sistemas independientes pero excluibles por razones obvias: ibas a la residencia de la universidad, ibas a una residencia de una empresa pública que se dedica a dar cobijo a vagabundos, estudiantes y de todo un poco, o simplemente te buscabas tú tu propio hogar. Yo lo intenté por los primeros dos medios, pero como no salió nada hasta el último momento, tuve que buscarme la vida. Mediante un grupo de Facebook, entré en otro de Whatsapp, donde resulta que estaban todos los Erasmus que iban a ir al mismo destino. Ahí se hizo una especie de “lotería” de quién iría con quién. A mí me tocó con una alemana. Me sorprendí, porque irte con una tía a solas no es algo común aquí, pero bueno, yo iba a estudiar… y a amar como un conejo (o intentarlo), me la sudaba quién iba a compartir casa conmigo. Tras buscar juntos (sí, primero se decidió con quién y luego dónde, una cosa rara de narices), firmamos en Espoo, una ciudad colindante a Helsinki (una hora en bus, cerquita según el dueño), por 1.400 € entre dos personas. 700 € cada uno por un apartamento en las afueras, bueno, sin más. Justo al día siguiente de firmar, recibí un mensaje de que había sido aceptado por la residencia en el centro de la ciudad con un coste de unos 150 o 200 €, no lo recuerdo bien, pero me cagué en mi calavera. Tuve que decir que no, así que se lo dieron a otro. Suelo tener buena suerte, pero todo lo que rodea a esta historia está gafado.

Bien, llegué a Finlandia el 26 de agosto del 2016, viernes. En ese momento no tenía amigos españoles ahí, porque recuerdo que unas semanas antes hubo un golpe de Estado en Turquía, con lo que dije en el grupo de Whatsapp algo así como “son sus costumbres y hay que respetarlas”, lo que terminó con todos en mi contra. Después, por decirle a una chica que siempre hablaba en euskera en el grupo que hablara en español, que si no otros no la entendían (y encima yo soy vasco, para más inri), me dijo que no sabía cómo podía haber gente así por la vida. Ella al parecer era un pibón, y claro, todos le dieron la razón.

Como iba diciendo, perdón por lo anterior, pero quería dejar claro el contexto en el que estaba, yo solo en un país, donde solo conozco a una tía, llego a Finlandia. Nada más llegar, me conecto al Wifi del aeropuerto y recibo un mensaje por su parte. Ella, que llevaba ya 4 días en Finlandia, me dice que está haciendo un tour con sus amigos de la universidad y que tardará unas horas. Claro, yo con las maletas en la calle y sin llave. Brutal. Al final, tras llamarla 5 veces al móvil e ignorarme, me dice de malas maneras y como haciéndome un favor que en una hora o así manda a un amigo con las llaves. Viene un chino que decía ser alemán en un cochazo, me da las llaves, me dice que si voy a ir a tal fiesta, le digo que ya veré, y se larga. A esto de las 22:30 viene la alemana con una amiga, no vaya a ser que la viole. La amiga me ve y se va. Como para haberla esperado hasta esas horas. Pues bien, se pone a hacer unos fideos, pero no encuentra la sal. Abre el armario y ve una caja azul con algo blanco dentro. Todo estaba en finés y por aquélla época no había roaming gratis, y tampoco teníamos wifi en casa, así que dijo: “o es sal, o es veneno para ratas, lo echo a ver qué pasa”. Esa noche cenamos hamburguesa.



Capítulo 2 – El permanente inquilino en el sofá

Vista la inutilidad de la chica, ya sabía lo que me deparaban los siguientes meses: la chica me dice que no hay lavadora, y que la lavandería más cercana está a una hora en autobús. Le dije que si durante la semana que llevaba ahí no podía haber mirado algo, y me dice: “vamos, Nombre, lavamos la ropa una vez cada dos semanas y ya está”. Inútil y lechona. Con razón tenía agujereados todos los calcetines.

Lo primero que hicimos ese día fue ir a Helsinki. Fue un buen día. Ya no me acuerdo qué hicimos exactamente, pero vimos el puerto, comimos algo y poco más. Todo iba bien hasta que…, me dice que un amigo suyo va a venir a vivir con nosotros para que paguemos menos alquiler. Viene otro chino que decía ser alemán (debía tener una impresión de Alemania equivocada) y dice que hoy pasa la noche de fiesta, pero que mañana vamos al Ikea de Espoo comprar un sofá (¿vamos?), y que él vivirá en la sala. Yo le pongo mala cara y le digo a la tía que si va en serio, me piro. Ella se enfada mucho y me dice que no voy a encontrar nada. Y así fue, así que me tocó tragar. Al día siguiente el tío llega de empalmada y nos vamos al Ikea tras comer. El tío me dijo que pagara el sofá, pero le dije que me había dejado la tarjeta en casa porque no tenía pensado comprar nada, por lo que me dijo que ya pagaba él con la suya, como haciéndome un favor (de verdad, repruebo que te puteen y tengas que dar las gracias). Yo ya notaba tensión en esa casa, pero bueno, pasé.

Al día siguiente me despierto y el puñetero chino me dice que le había abierto la ventana de la sala (que daba a la calle) a propósito para que se helara de frío. La alemana le da la razón. Yo les digo que piensen lo que quieran. Esa misma noche, decido no ponerme los tapones para dormir, ¿y qué oí? El puñetero sofá del Ikea para arriba y para abajo, el ñaca ñaca de un potroso sofá sueco con dos personas encima haciendo algo más allá que dormir. Ahí empiezo a atar cabos.



Capítulo 3 – Todos contra mí, yo contra todos y mi vuelta a España

La alemana me empezó a hacer la vida imposible como podía, pero siempre a las espaldas. Me empezaron a desparecer cosas, pero yo pensaba que era el chino en aquel momento, por lo que ya no me quedó más remedio que irme de ahí. El chino quería que me fuera y que siguiera pagando mi parte. Con lo que no contaba es con que metí a otro tío que estuvo a punto de quedarse sin residencia, un cani de toda la vida con padres ricos, un ser poco apreciable de mi facultad, al que le dije que le dejaba el piso más barato si me lo subarrendaba, por lo que le cobré 800 € (me sacaba 100 €) cada mes…, y el depósito, por supuesto, que se lo pedí por adelantado. Por lo que me enteré, el tío montaba fiestas descomunales en esa casa, hasta que el arrendatario se enteró de lo que pasaba (un chino subarrendado sin papeles, mi colega de las mismas maneras, no sé cuántas cosas rotas…). En ese momento, rescindió el contrato y echó a todos de ahí, quedándose con el depósito. Había perdido kilos (y ya de por sí soy delgado), había pasado noches de un estrés brutal (solo en un país en el que te hacen una especie de bullying en tu propia casa) y estaba totalmente perdido y confuso, pero logré mi primera victoria amarga: les había dolido el Erasmus a quienes me acosaron.

Añado que esta experiencia me hizo madurar mucho y darme cuenta de muchas cosas que no había aprendido de la vida si no me hubiese pasado esto. Otro aspecto positivo es que mi universidad me dejó empezar el curso académico sin problema alguno. Rompimos el Learning Agreement (una especie de contrato entre el estudiante y la universidad) y fui a las clases como si no hubiera aplicado para el Erasmus.



Parte 2 – La alemana ataca de nuevo: Chequia, agosto de 2017

Capítulo 4 – Viajando con una amargada

Tras un año sin saber nada de esos perturbados, la alemana me saluda para decirme que qué tal me iba y esos rollos. Le comento que me voy con mi primo a Chequia en una semana, y me dice que ella igual también va. Qué casualidad, pensé.

Nada más llegar al aeropuerto de Praga, miro el Whatsapp y veo que la alemana llega allí mañana mismo, pero que no tiene piso. Mi primo, que solo sabía algunas partes de la historia porque no me gusta ir dando pena, y creedme, si se lo hubiera contado cuando me pasó, habría dado pena, porque estaba hecho unos astutas física y psicológicamente, me dijo: “tío, que se venga a nuestra pensión y te la amas”. Insistió e insistió, hasta que tres días después me confesara que si no es porque era chica, le habría partido los morros de una leche.

Al día siguiente de llegar, yo salgo de un free-tour (mi primo sigue su camino) para ir a buscar a la alemana. Aún la recuerdo, roja como un tomate, con botas de cuero hasta la rodilla y una cara de mala leche que no se tenía, todo esto a unos 35ºC y con un solazo de querida progenitora. Me da las maletas y me dice que vayamos al hotel (sieg heil y tal), cuando vio que era una pensión de mala fin se le cambió la cara. Como dato curioso, al salir, en el portal (realmente era una puerta entre el edificio y la calle), una yonkie no nos dejaba abrir la puerta mientras nos gritaba en checo o algún otro idioma que ninguno de los dos entendíamos. Aquí la alemana se echó a llorar. Yo le tiré un euro al suelo, la yonkie fue corriendo tras él y aprovechamos para salir de allí y cerrar desde fuera. Debí haberle echado una corona checa, que no vale nada, pero es lo primero que vi. A partir de aquí, todo fue una mezcla entre risas y mala leche.

Mi primo fue a saludarla dándole dos besos, a lo que ella se apartó rápidamente con cara de ardor de estomago, provocando un mal rollo que ya nunca se iría entre ella y mi primo. Fuimos a tomar algo, invitó mi primo para hacerse el caballero, y luego a cenar. Ante esto, la alemana dijo que no tenía dinero con ella, que lo tenía en casa, así que se lo tuvimos que pagar. Qué sorpresa.

Después de la cena, nos fuimos a andar por la noche por ahí, y terminamos comprando tres latas de cerveza para beberlas en el parque. Al de pocos minutos se nos acercan dos policías y tras pedirnos y quedarse con nuestros DNIs, nos dicen que es ilegal beber en la calle, así que debemos pagar unos 1.000 € (nos lo dijo en su moneda local, obviamente), pero que si se lo pagábamos en mano, nos lo dejaba en 50 € por persona. Yo fui a sacar dinero y le di la parte de mi primo y la mía. Un poli miró a los dos lados y me dio los carnés de los tres, alemana incluida. Se fueron como vinieron, a paso ligero pero sin llegar a correr, algo así como Rajoy haciendo deporte. La alemana estaba indignadísima, aunque no sé por qué, porque ni pagó, ni se ofreció a pagar, ni me lo dio cuando se lo pedí. Dijo que era denunciable y que ella no lo habría sobornado, y que por tanto no iba a pagarme un soborno. Inútil, lechona e hija de fruta.

Los siguientes días los pasamos visitando cosas, invitándola, porque nos confesó que solo había traído 50 €, ante el asombro de mi primo, que se calló delante de ella, pero a mí me dijo que era una rata y viajando por Chequia. Llegó a tal extremo su tacañismo que con tal de no pagar 20 €, se quedó toda una mañana y parte de la tarde en la cama esperando a que viniéramos, porque claro, ella no tenía llaves…, y tampoco íbamos a dejárselas visto lo visto. Ahí estuvo, con el Netflix y el Wifi de la pensión. Al llegar nos dijo que tenía hambre y que fuéramos a comer. Comió gratis, pero no hace falta que lo diga, ¿no?

Mi primo llegó a tal nivel de cabreo que dijo que me quedara con ella el día que nos quedaba ahí antes de irnos a Hungría (esto ya sin ella). Teníamos el bus a las 23:45 del día siguiente, por lo que mi primo nos compró un viaje en barco para la mañana de ese mismo día con tal de que no le explotara la cabeza aguantando sus “me duelen los pies”, “nos sentamos, por favor”, “tengo hambre” y demás coñazos. Lo único que le dijo a la alemana es: “ya que te quedas aquí de gratis, lleva las maletas a la estación de buses mañana (que estaba a 5 minutos andando, sin exagerar) y traes el ticket. Parece que fue lo único que hizo bien. Parece, recordad esto para después. Bien, pues llegamos al embarcadero, y yo tenía el ticket en la mochila, pero tardé 30 segundos en encontrarlo, a lo que la alemana me dijo “¿cómo puedes vivir así de desordenado? Por Dios, eres increíble”. Ahí casi le parto la boca yo también. Todo el viaje en barco lo pasó mirando el Whatsapp y contándome que su ex-novio la estaba dejando. Vaya vacaciones…

Salimos de ahí, y al volver, llamé a mi primo y le pedí que me rescatara de esa arpía. Llevé a la tía a un McDonalds, la dejé ahí como a los niños y me largué con mi primo. Ella me dijo que necesitaba internet y olvidarse del estrés del día. ¡Pero qué huevazos tenía esa chica! Andando y yendo a un súper, mi primo y yo nos apuntamos a un tour de la cerveza. La alemana justo nos llamó y dijo que quería venir con nosotros. Al enterarse de que íbamos a ir a un tour, se quiso apuntar, pero nos dijo que no tenía dinero. Bien, la llevé a una tienda de exchange mientras mi primo hablaba con los del tour, de cambio de divisa, vaya. Le dije que o bien sacara con su tarjeta dinero, o que cambiara euros si es que los tenía. La chica miró los precios y dijo: “no lo entiendo, el cambio no es exactamente igual, si cambio, pierdo algo”, a lo que le expliqué que ahí está el negocio. Ella me dijo que era un robo. En ese momento, apareció un trabajador y dijo que si nos podía ayudar, a lo que le dije: “mi amiga parace no entender cómo funcionan los cambios”, a lo que ella dijo “Oh, come on, Nombre!”, de una forma muy enfadada. Se quedó sentada y vino después al tour, que para algo era gratis.

Ya en el Tour, que era en español, mi primo y yo le traducíamos todo el proceso de la elaboración de la cerveza a la alemana. Era la única extranjera entre unos 20 españoles. Fuimos a beber y a cenar costilla. Recuerdo que una catalana de mi edad se reía de ella y decía que vaya inútil era. A saber qué habría dicho. Una catalana ultra-amable que no paraba de meterme fichas, hasta que mi primo le dijo “pues es mi primo, jaja, es gracioso porque yo soy madrileño y estoy a favor del derecho a decidir de cataluña, y él es vasco y más españolista que el rey”. La que hace escasos cinco minutos me había invitado a ir a Barcelona cuando quisiera, no me habló más. Gracias, primo. me gusta la fruta tú también. En fin, que nos pillamos un pedal descomunal. Hasta que sobre las 22:00 o así dije: “¿oye, a qué hora tenemos que coger el bus?”.


Capítulo 5 – Durmiendo entre mendigos

Llegamos a la estación a las 23:10 más o menos. ¿Os acordáis de que dije que la alemana hizo una cosa bien? No, no lo hizo. La tienda donde guardaban las maletas cerraba a las 23:00, y no habrían hasta las 6:00, ya del día siguiente.

Recuerdo que mi primo dijo: “vaya estulta es tu amiga, siempre que viene algún amigo tuyo, resulta ser un demorado mental”. Razón no le faltaba, ya conté en otro hilo que a un amigo mío, también en el agosto de 2016, aunque la primera semana, le robaron 1.800 € entre la tarjeta de crédito y el efectivo en un pilinguiclub de Varsovia (buscad el hilo llamado "Resacón en Varsovia") porque lo drojaron con burundanga. Pero bueno, eso ya está contado. Mi amiga, entonces, se acercó a donde mi primo, y le dijo: “¿estás enfadada conmigo?”, a lo que mi primo le dijo: “pues sí, lo estoy, porque eres una inútil, jorobar”. A partir de ahí, una bronca del copón. La alemana diciendo que me fuera con ella a un hotel (a esas horas costaba unos 500 €), y que mi primo se quedará ahí tirado, a lo que mi primo dijo: “espera, Nombre, pregúntale a ver quién va a pagarlo”. La alemana dijo que tenía la tarjeta de crédito en la maleta, lo cuál ya era esperpéntico. En ese momento, mi primo dijo: “Nombre, vámonos a tomar algo por ahí, mañana venimos, desayunamos algo, cogemos el bus de las 6:30, dormimos ahí y al llegar nos reímos de esto”, a lo que la alemana, que algo de español sabía, le dijo a mi primo: “¿pretendes dejarme aquí tirada o que me vaya sola a estas horas? Pues ojalá violen a tu novia”. Mi primo le dijo: “mira, hija de la gran fruta, no te parto la cara aquí y ahora porque eres una mujer”. Mi primo es de IU, añado. No lo dijo por miedo a ir a la guandoca, sino porque es un poco beta, al fin y al cabo es un progre con barbita de progre y gafas de pasta de progre. Eso y que trabaja en el sector público, epicentro del progresismo más feminista.

Nos fuimos a un BK sin consumir nada. Los trabajadores nos miraban con pena, creo que no hay nada más patético que echar a alguien de un BK. Pillé un café a las 00:30 por sablearles un poco el enchufe y cargar el móvil, aunque no le pegué ni un sorbo. Nos fuimos para la 1:00, y la alemana se me puso a llorar. Me dijo que le pagara un ticket de bus a Alemania. Aquí ya acabé hasta los narices. Le dije que se fuera a la cosa. Mi primo se sintió orgulloso de mí. Es feminista, pero no un white knight. Llamaba a la alemana machista por depender de mí para todo. Hay esperanza en ese hombre, pero bueno, a lo que íbamos, que le dije que no. Le dije que llamara delante de mí a sus padres y que les pidiera dinero por PayPal o que la vinieran a buscar en coche (Praga está relativamente cerca del sur de Alemania, que es de donde viene). Les llamó, o hizo como que llamaba, dijo cuatro cosas en alemán, y dijo que estaban dormidos, que cogió el teléfono su hermano y que no iba a despertar a sus padres para eso. Para eso. Sin comentarios.

Llegamos a la estación de autobuses, rodeada de yonkies, y mi primo se echó a dormir. Yo estaba desvelado, así que me quedé hablando con la alemana, pues ya por hacer algo. Ella me empezó a decir que nadie la quería, y se me puso depresiva total. Le dije que normal, y que me debía la multa del otro día, a lo que ella se puso a llorar diciéndome que no pagaba sobornos, y que si no era capaz de entenderlo. Al de un rato me dijo que se meaba, pero todos los baños estaban cerrados. Salimos de la estación, y en un arbusto entre dos grupos de yonkies dormidos, la alemana enseñó el potorro y se puso a miccionar. Luego mee yo encima, que se notara mi instinto animal ante la adversidad. Al volver a la estación, la alemana me dijo que odiaba a todos los españoles menos a mí. Creo que todavía esperara que le pagara el autobús. No fue así.

A las 6:00 mi primo y yo cogimos las maletas, fuimos al autobús, apagué el móvil, lo puse a cargar en el enchufe del bus, me tomé un Diazepam y me desperté para la hora de comer, a poco de llegar, en una de las tantas paradas que hizo el bus. Comí una hamburguesa que me supo a gloria, y me quedé dormido hasta llegar. Al llegar a Hungría, encendí el móvil, y vi que la alemana había dicho: “te he mentido, a ti también te repruebo”, y me bloquéo de Whatsapp. Como estaba hasta los narices, nada más llegar a Hungría, fui a un bar, pedí un café (estaba algo grogui por el Diazepam), saqué fotos a las facturas que había guardado de cosas que le había pagado, y aprovechando que aún no me había borrado de FB (en aquella época tenía FB, aunque ahora paso de redes sociales), subí a su muro de forma pública sus facturas con mensajes de “me debes tal y tal y tal y tal”. Su progenitora me envió un mensaje privado y me dijo que qué había pasado. Se lo expliqué todo brevemente, y me dijo que no se lo podía creer.

Tras el café, llegamos al hotel, y era un Hotel. Con mayúscula. Cinco estrellas enfrente del Parlamento de Budapest. Al parecer, por una oferta nos había salido tirado (mi primo se encargaba de los hoteles). Al llegar a la habitación, la alemana me dijo que cómo le cuento eso a su progenitora, que era un augusto, que mi primo me estaba manipulando, que le perdonara por los insultos, en fin, un sinfín de notas de voz, unas insultando y otras disculpándose llorando. La bloqueé y nunca más volví a saber de ella. Budapest es precioso, por cierto. Más bonito y tranquilo que Praga. Sobre todo, más tranquilo.



Añado pruebas del historial de ubicaciones de Google Maps - Aparece que salgo desde Madrid porque mi primo es de ahí y porque el vuelo nos salía más barato que desde Bilbao (muchas veces ni siquiera hay directos desde las montañas):

Finlandia, 2016:

FUblciq.png


Chequia, 2017:

XcbCYmR.png



Y aquí se puede ver el famoso paseo en barco y el McDonalds en el que la dejé:

3AUtkzF.png
 
Última edición:
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Volver