hay personas que no estamos capacitados para aguantar el hastío de trabajar. Ni siquiera nos llama el consumismo de hez.
Si no tuvieses pan en la mesa, vas a ver qué pronto se te pasaba tu "incapacidad" y vuestras chorradas anémicas. Qué pandilla de niñatos quejumbrosos a los que el cuerpo pide ahostiar.
Y el otro, 30 años, encerrado en su habitación como un adolescente que se ama mucho a si mismo, gimoteando por tener que salir a saludar. Jo, mami, que no quiero....
Burbus, ¿entre qué gente estamos?