Eso sería un placer, y si quieres, hasta con final feliz
Una vez una chica francesa guapísima del grupo de la playa me pidió que le hiciera un masaje y le pusiera crema, y me insistió en que le pusiera por el interior de los muslos, el trastero y las berzas (las llevaba al aire). No veas la trempera que me entró, ahí delante de todo el mundo, mis amigos descojonándose pero al mismo tiempo verdes de envidia. Menos mal que llevaba un bañador tipo boxer y no las gaiadas de Meybas que estaban de moda en aquella época.
Lo peor es que la gabacha se volvía a su tierra esa misma noche, así que no la volví a ver.