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Madmaxista
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Consumidor indignado » El Twitter de @MarianoRajoy se llena de seguidores zombis
Los seguidores zombis se utilizan para simular popularidad al inflar el número de amowers o multiplicar los retuits de las cuentas de marcas comerciales, artistas, políticos… Y es que en internet, decenas de páginas venden amowers y retuits en Twitter, clics en los “me gusta” de las fanpages de Facebook, seguidores en Instagram, visualizaciones de vídeos de Youtube y tráfico para cualquier web.
A comienzos de 2013, una investigación de los expertos en seguridad informática italianos Andrea Stroppa y Carlo De Micheli puso al descubierto numerosos datos sobre el mercado de cuentas falsas de Twitter y los sospechosos incrementos en el número de seguidores experimentados de forma repentina por artistas, políticos y grandes marcas como Mercedes y Pepsi (28.000 y 72.000 en un sólo día).
Comparando ofertas, podemos comprobar cómo cualquier tuitero puede lograr que por 5 dólares le siga una legión de más de 900 zombis virtuales en un sólo día con Fiverr.com. Por 15 dólares, Ordergig.com hace que 5.000 cuentas simulen visualizaciones de un vídeo en Youtube. Y para los que quieren hacer creer que sus mensajes tienen éxito en las redes, Twitterbacklinks.com oferta cinco retuits diarios por 9 dólares al mes y 125 RT al día por 150 dólares mensuales. Se trata de un floreciente mercado donde también pueden esconderse los fraudes, mediante aplicaciones que ofrecen seguidores cuando en realidad pretenden es hackear a sus víctimas para utilizarlos como spammers, suplantar sus identidades o acceder a sus cuentas bancarias.
Los traficantes de perfiles crean muchos de ellos mediante conexiones redirigidas alrededor del planeta para evitar picos sospechosos en registros desde determinados lugares, según reveló un estudio estadounidense para cuya elaboración se compraron más de 120.000 cuentas de Twitter.
Realizado por investigadores de la Universidad George Mason (GMU) y el Instituto Internacional de Ciencias de la Computación, de la Universidad de California, dicen que sus conclusiones (presentadas en agosto de 2013) serán utilizadas por Twitter para cambiar sus pobrísimos protocolos de seguridad.
Los del pajarito azul ni siquiera exigen confirmación del alta desde la dirección de correo electrónico facilitada, que además no tiene por qué ser real. Así que la simple y eficaz idea de exigir el número del documento nacional de identidad parece de ciencia (o política) ficción. En definitiva, su prioridad es hacer la mayor cantidad de clientes posible y monetizarlos.
El penúltimo fin de semana de julio de 2012, la web estadounidense 140elect.com se preguntó si el candidato republicano a la presidencia, Mitt Romney, estaba comprando seguidores al detectar un aumento inusual en su número (sólo el sábado logró más de 93.000). El hashtag #MoreFakeMitt se convirtió en trending topic.
En cualquier caso, no todas las cuentas con pinta de muerto viviente son pagadas. Muchos usuarios crean una y no tuitean, no suben una foto de perfil, dejan sin rellenar la bio o no logran ni un seguidor, elementos que combinados hacen que parezca que se trata de un perfil irreal. Además, muchos de los que se abren pero acaban no usándose siguen a los usuarios con más amowers. El motivo es que al crear uno, Twitter invita a hacerlo.
Como recoge el libro de Rubén Sánchez DEFIÉNDETE de #101fraudes, “el mercado oscuro de perfiles falsos ofrece distintos niveles de calidad. Los más baratos son los más fáciles de detectar, pero hay cuentas con completas bíos que remiten a webs donde se acredita la supuesta veracidad del perfil y un nivel de actividad que generalmente suele consistir en retuits programados”.
Y lo más grave es que, de momento, Twitter no está haciendo grandes esfuerzos por frenar todo esto (algo en lo que deberían aprender de Tuenti). Para colmo, su colaboración con la Policía y la justicia españolas prácticamente brillan por su ausencia. Mientras, nuestros gobernantes también parecen zombis, como si su mente no les dejara recordar que tienen la capacidad de legislar y actuar ante prácticas ilegales.
Pero atención, no siempre quien compra los zombis es la persona, marca o partido político que está detrás de la cuenta. Un competidor o enemigo también puede hacerlo para, si trasciende el asunto, intentar desacreditarle. Desde la publicación de este artículo y otros en distintos medios de comunicación, desde Moncloa han asegurado que se trata de un ciberataque y desde la cuenta @MarianoRajoy se ha lanzado un tuit con el texto “Damos la bienvenida a nuestro Twitter a gente real #NoBots. Equipo Twitter MR”. Ahora, toca limpiar de seguidores falsos la cuenta del presidente. Porque en internet también hay herramientas para aniquilar zombis.
Prueba 2
Consumidor indignado » El Twitter de @MarianoRajoy se llena de seguidores zombis
Los seguidores zombis se utilizan para simular popularidad al inflar el número de amowers o multiplicar los retuits de las cuentas de marcas comerciales, artistas, políticos… Y es que en internet, decenas de páginas venden amowers y retuits en Twitter, clics en los “me gusta” de las fanpages de Facebook, seguidores en Instagram, visualizaciones de vídeos de Youtube y tráfico para cualquier web.
A comienzos de 2013, una investigación de los expertos en seguridad informática italianos Andrea Stroppa y Carlo De Micheli puso al descubierto numerosos datos sobre el mercado de cuentas falsas de Twitter y los sospechosos incrementos en el número de seguidores experimentados de forma repentina por artistas, políticos y grandes marcas como Mercedes y Pepsi (28.000 y 72.000 en un sólo día).
Comparando ofertas, podemos comprobar cómo cualquier tuitero puede lograr que por 5 dólares le siga una legión de más de 900 zombis virtuales en un sólo día con Fiverr.com. Por 15 dólares, Ordergig.com hace que 5.000 cuentas simulen visualizaciones de un vídeo en Youtube. Y para los que quieren hacer creer que sus mensajes tienen éxito en las redes, Twitterbacklinks.com oferta cinco retuits diarios por 9 dólares al mes y 125 RT al día por 150 dólares mensuales. Se trata de un floreciente mercado donde también pueden esconderse los fraudes, mediante aplicaciones que ofrecen seguidores cuando en realidad pretenden es hackear a sus víctimas para utilizarlos como spammers, suplantar sus identidades o acceder a sus cuentas bancarias.
Los traficantes de perfiles crean muchos de ellos mediante conexiones redirigidas alrededor del planeta para evitar picos sospechosos en registros desde determinados lugares, según reveló un estudio estadounidense para cuya elaboración se compraron más de 120.000 cuentas de Twitter.
Realizado por investigadores de la Universidad George Mason (GMU) y el Instituto Internacional de Ciencias de la Computación, de la Universidad de California, dicen que sus conclusiones (presentadas en agosto de 2013) serán utilizadas por Twitter para cambiar sus pobrísimos protocolos de seguridad.
Los del pajarito azul ni siquiera exigen confirmación del alta desde la dirección de correo electrónico facilitada, que además no tiene por qué ser real. Así que la simple y eficaz idea de exigir el número del documento nacional de identidad parece de ciencia (o política) ficción. En definitiva, su prioridad es hacer la mayor cantidad de clientes posible y monetizarlos.
El penúltimo fin de semana de julio de 2012, la web estadounidense 140elect.com se preguntó si el candidato republicano a la presidencia, Mitt Romney, estaba comprando seguidores al detectar un aumento inusual en su número (sólo el sábado logró más de 93.000). El hashtag #MoreFakeMitt se convirtió en trending topic.
En cualquier caso, no todas las cuentas con pinta de muerto viviente son pagadas. Muchos usuarios crean una y no tuitean, no suben una foto de perfil, dejan sin rellenar la bio o no logran ni un seguidor, elementos que combinados hacen que parezca que se trata de un perfil irreal. Además, muchos de los que se abren pero acaban no usándose siguen a los usuarios con más amowers. El motivo es que al crear uno, Twitter invita a hacerlo.
Como recoge el libro de Rubén Sánchez DEFIÉNDETE de #101fraudes, “el mercado oscuro de perfiles falsos ofrece distintos niveles de calidad. Los más baratos son los más fáciles de detectar, pero hay cuentas con completas bíos que remiten a webs donde se acredita la supuesta veracidad del perfil y un nivel de actividad que generalmente suele consistir en retuits programados”.
Y lo más grave es que, de momento, Twitter no está haciendo grandes esfuerzos por frenar todo esto (algo en lo que deberían aprender de Tuenti). Para colmo, su colaboración con la Policía y la justicia españolas prácticamente brillan por su ausencia. Mientras, nuestros gobernantes también parecen zombis, como si su mente no les dejara recordar que tienen la capacidad de legislar y actuar ante prácticas ilegales.
Pero atención, no siempre quien compra los zombis es la persona, marca o partido político que está detrás de la cuenta. Un competidor o enemigo también puede hacerlo para, si trasciende el asunto, intentar desacreditarle. Desde la publicación de este artículo y otros en distintos medios de comunicación, desde Moncloa han asegurado que se trata de un ciberataque y desde la cuenta @MarianoRajoy se ha lanzado un tuit con el texto “Damos la bienvenida a nuestro Twitter a gente real #NoBots. Equipo Twitter MR”. Ahora, toca limpiar de seguidores falsos la cuenta del presidente. Porque en internet también hay herramientas para aniquilar zombis.