Pues yo también soy de Málaga y te digo que tiene razón. Bueno, de Málaga… soy de aquí, vivo aquí y crecí aquí, aunque he vivido en otros sitios incluyendo fuera de España.
Y te digo un par de cosas. Primero, Málaga está llena de ralea. El ser malagueño, es ralea de por sí, al menos el típico, cosa que gracias a dios yo no soy: mirones (esto era para estudiarlo, enfermizo), envidiosos, superficiales, vagos, chabacanos, violentos, arrogantes, etc. Y segundo: mis amigos de verdad han sido de fuera de Andalucia, si te digo la verdad. Amigos de verdad, tal y como suena: buena gente, educados y que se preocupan por ti.
Dicho esto, hace 20 años más o menos, cuando yo era adolescente, Málaga sí que era como vivir en la Cali de Manolo Escobar: no había narices de sacar tu móvil Nokia sin miedo a que te lo robaran y encima te llevaras una puñalada. Esas 12 motos (robadas la mayoría) que conducían juntos jovenlandeses etnianos y ralea color hez, sin casco, con cadenas de oro, dientes de piraña, navajas, pistolas y catanas que, cuando la gente los veía pasar, temblaba. Y es que si te paraban, lo mejor que te podía pasar es que tuvieras suerte de llevar dinero y algo más, te lo quitaran y te llevaras una paliza. Eso, lo mejor. Qué os creéis, que porque en los medios no saliera, no pasó? Ja ja ja, me río.
Me podría crear un General de hilos contando cosas que viví, oí y presencié de adolescente en la Mala-ga de maleantes. Mis amigos me contaban, mientras me fui fuera a estudiar, que cambió porque el De la Torre puso casi a dos policías por persona durante un tiempo, como aquel que dice.
Y ojo: NO ME REFIERO SÓLO A LA ralea QUE DELINQUE. En mi colegio y en el de otros, por lo que viví y presencié, sólo había mala gente (merdegens, como decían los franceses). Y no sólo bullying a gente de mi clase, sino un mal rollo poco agradable que lo que hemos salido y vivido mundo nos dan ganas de vomitar al acordarnos.
