He pillado un pdf muy interesante...
FIEBRE HEMORRÁGICA DE CRIMEA-CONGO
El bichito de la fiebre hemorrágica de Crimea–Congo (VFHCC), del género Nairovirus, que pertenece a la familia Bunyaviridae, causa una enfermedad zoonótica en muchos países de Asia, África, Oriente Medio y el sureste de Europa. Dado que la distribución del VFHCC coincide con la de su principal vector, que es una garrapata del género Hyalomma, la diseminación de garrapatas infectadas hacia zonas nuevas, previamente no afectadas, facilita la propagación del bichito. El bichito circula en un ciclo de garrapata-vertebrado-garrapata, pero también puede transmitirse horizontal y verticalmente dentro de la población de garrapatas. Las garrapatas del género Hyalomma infestan gran variedad de especies de fauna salvaje, como ciervos y liebres, y especies pecuarias criadas en libertad, como cabras, ganado vacuno y ovejas. Muchas aves son resistentes a la infección, pero los avestruces parecen ser más susceptibles. En el ganado, la viremia es corta, y de baja intensidad. Estos animales desempeñan un papel fundamental en el ciclo de vida de las garrapatas, y en la transmisión y amplificación del bichito, de tal modo que constituyen el foco de atención de la salud pública veterinaria. Dado que los animales no desarrollan signos clínicos, las infecciones por el VFHCC no repercuten en la carga económica de la producción pecuaria. Contrariamente a lo que ocurre en los animales, las infecciones humanas pueden dan lugar a una enfermedad grave: la fiebre hemorrágica de Crimea–Congo (FHCC).
Cada año se notifican más de 1.000 casos de FHCC humana de Albania, Bulgaria, Kosovo y Turquía. En otros países, las tasas de infección y el número de casos prácticamente se desconocen. Se han comunicado tasas de mortalidad de entre un 5% y un 80% (en Turquía), pero pueden depender de la cepa vírica, el grado de formación de la población local y la efectividad de las intervenciones en la salud pública. Actualmente, la patogenia de la enfermedad en el ser humano no se conoce del todo. La mayoría de personas que resultan infectadas contraen la enfermedad por picaduras de garrapatas y por aplastamiento de garrapatas infectadas, pero la infección también es posible por contacto con la sangre y otros líquidos corporales de los animales virémicos. Dado que el VFHCC también puede transmitirse directamente entre personas, podrían tener lugar brotes nosocomiales.
No existe ninguna banderilla autorizada contra la FHCC, y el tratamiento es meramente sintomático. La formación en materia de salud y la información relativa a las medidas de prevención y de comportamiento es lo más importante para mejorar la percepción del riesgo para la salud pública y, por lo tanto, para disminuir la probabilidad de que se produzcan infecciones. Así pues, identificar las zonas endémicas es fundamental para implementar las medidas de salud pública de manera concentrada y dirigida. El cribado de los rumiantes con pruebas serológicas permite identificar las zonas afectadas por el VFHCC, porque el nivel de anticuerpos en los animales es un buen indicador de la circulación del bichito a nivel local. El tratamiento con repelentes de garrapatas puede ser bastante efectivo para reducir la infestación de los animales por garrapatas. Para proteger al personal de laboratorio, la manipulación de materiales infectados por el VFHCC solo debe llevarse a cabo si el nivel de biocontención es el adecuado.
Aquí explican el porqué del nombre Crimea-Congo:
El bichito de un brote de la “fiebre hemorrágica de Crimea” que tuvo lugar en soldados y faisanes de la península de Crimea en 1944 no se aisló ni caracterizó hasta 1967. En 1969, se observó que el bichito de la “fiebre hemorrágica del Congo”, aislado de un paciente del antiguo Zaire (la actual República Democrática del Congo) en 1956, era el mismo bichito. Como consecuencia, se han utilizado los nombres de ambos países para describir la enfermedad (Hoogstraal, 1979). La distribución del bichito refleja la amplia distribución de las garrapatas del género Hyalomma, el principal vector del bichito (Avsic-Zupanc, 2007; Grard et al., 2011; Papa et al., 2011; Swanepoel & Paweska, 2011).
Que Dios reparta suerte....