Buff!! No creo que sea previsible la circunstancia concreta, si bien creo que la situación es demasiado soft como para derivar en un cambio de modelo, que es de lo que va el tema. En el último cambio de ciclo de deuda largo plazo necesitaron una guerra, en esta ocasión no creo que una esa época en el 2020 de la que yo le hablo con un final tan cercano posibilite tal cambio. Vamos que, vuelta de tuerca tenemos seguro.
Israel va por libre, de tal forma es posible que monte algo de forma unilateral a medida que EEUU vaya perdiendo su hegemonía. Irán, idem de idem, así que es muy probable que se encuentre el hambre con las ganas de comer. Con respecto a la hoja de ruta de las supraélites, como digo, no creo que sea previsible los hechos concretos que nos aguardan.
En cualquier caso, la única banderilla que puede estirar el ciclo será la que permita disminuir la insolvencia generalizada en entornos con tipos de interés negativos, es decir, en entornos donde los bancos centrales no solo han perdido el poder de su política monetaria, sino que además, se han fundido el propio sistema.
El entusiasmo por la banderilla, a corto plazo, permitirá que la gente acepte de buen grado pagar por sus depósitos o endosarles decenas de productos financieros DE hez para pagar, pero de otra forma. Lamentablemente, esto no les da para explicar que se han fundido el sistema, como indica la situación anterior, mucho menos para implementar otro nuevo. Apuesto por una doctrina del shock de mayor intensidad o como mínimo, la actual pero mantenida en el tiempo por varios años.
A efectos prácticos, no es necesario racionalizar el momento, simplemente ser consciente de ello. A partir de ahí lo más fundamental es hacer del miedo nuestro aliado, no en vano es uno de los instintos más válidos para contribuir a la propia supervivencia, esto si; como aliado, nunca como enemigo.
Poner NUESTRO miedo a NUESTRO favor e ignorar el del resto, es decir, no sucumbir ante la terapia del shock. A partir de ahí, coser y cantar...