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Madmaxista
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Bueno, ya sé que es gol de señor y tal, pero me ha parecido interesante que aparezca en El Economista 
ienso:
Los tres males de la política española: la selección de personal, la burocratización y la desideologización - EcoDiario.es
Los políticos españoles, cuestionado por sus actuaciones. Imagen: Archivo
Ni donaciones de particulares ni cuota de afiliados. La financiación de los partidos políticos españoles se fundamenta en subvenciones públicas, que, en función de los casos, oscila entre el 75 y el 83% de la dotación total de sus presupuestos. Miquel Buesa, catedrático de Economía Comparada, pone el acento en los tres males de la política española: "la selección de personal, la burocratización y la desideologización". "Una situación que amenaza con convertirse en ingobernable", apostilla. El bipartidismo se desploma.
La rebaja del 20% de las ayudas del Estado no ha evitado que solo en el último trimestre de 2012, partidos como PP o PSOE recibieran por su número de representantes en el Congreso de los Diputados 7.678.864,89 y 4.381.357,28 euros respectivamente, según datos del BOE.
Viajes, comidas, teléfono. El contribuyente español cubre la práctica totalidad de los gastos de nuestros políticos -sueldos aparte-, en un momento en el que se debaten los mimbres de la Ley de Transparencia y algunos dirigentes son cuestionados por su doble jovenlandesal, exigiendo a sus funcionarios austeridad, al mismo tiempo que sus emolumentos dejan constancia de conferencias telefónicas por la amplia geografía del globo terráqueo. Es el caso del edil de Valdepeñas (Ciudad Real), juzgado estos días en el Supremo por prevaricación y delitos de desobediencia a la autoridad judicial, informa este lunes Interviú.
Sospechas sobre España
La financiación de las formaciones políticas y la ejecución de sus partidas no han perdido ni un ápice de actualidad. Los supuestos tejemanejes del extesorero Luis Bárcenas apenas representan una aguja en el pajar. En 2011, el Grupo de Estados contra la Corrupción, GRECO, creado por el Consejo de Europa, consideró que España tiene que mejorar la transparencia de la financiación de sus paliativos políticos.
En la actualidad, los fraudes de este género quedan impunes. La condonación de la deuda, por parte de los bancos, será de un máximo de 100.000 euros. Los partidos podrán endeudarse cuanto quieran. La identidad de los donantes solo la conocerá el Tribunal de Cuentas. Además, los partidos podrán recibir donaciones inmobiliarias. Finalmente, las empresas que contraten con las administraciones públicas sí podrán hacer donaciones a las fundaciones.
El reparto de poder
Recientemente, Miquel Buesa, profesor de Economía Comparada en la Universidad Complutense de Madrid, valoraba la economía de los partidos políticos en España, "lo que en nada favorece su funcionamiento democrático y además perjudica a la economía de los ciudadanos" Hablamos -indica- "de un oligopolio altamente concentrado. Un sistema donde los partidos han devenido en instituciones fuertemente dependientes de la obtención de subvenciones públicas, instituciones económicamente vinculadas al Estado, las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales"; lo que se ha venido a llamar las tres bandas.
En España, explica el docente, "los partidos no están sometidos por sus afiliados sino por las subvenciones que reciben de las Administraciones Públicas en todos sus niveles", remacha con su informe. "Durante el periodo que va de 2007 a 2012, las subvenciones han aportado en promedio, tres cuartas partes de la financiación. Un promedio -se extiende- que si se prescinde del caso de UPyD para referirlo al PP, PSOE e IY, se eleva casi el 83%?. La cuota de los afiliados apenas aporta una quinta parte de su financiación.
El alimento político
En la actualidad, los partidos políticos se alimentan de tres tipos de subvenciones: Gastos electorales siempre que obtengan representación; por gastos de los grupos parlamentarios en las Cortes Generales y en las Asambleas Autonómicas y, para su funcionamiento ordinario siempre que haya obtenido representación en el Congreso de los Diputados. Hay que destacar que las subvenciones son proporcionales a los resultados electorales, de manera que reciben más los partidos con mayor representación.
"La vinculación de estas subvenciones a los resultados electorales, por su propio diseño -determina Buesa- actúa como factor de inercia en la distribución de poder, de manera que se hace muy difícil penetrar en el oligopolio partidario y más aún en su núcleo central formado por el PP y el PSOE, en el nivel nacional, y CIU y PNV, en el regional. No obstante -advierte-, en las últimas elecciones, en un contexto de fuerte pérdida de apoyo popular para el Partido Socialista, se han dado tres casos de entrada de dicho oligopolio (Amaiur, Compromís y Foro Asturias).
Los tres males de la política española
Buesa es especialmente crítico con la selección de personal político, la burocratización de las organizaciones, además de la desideologización de los partidos políticos. Con el curso de los años -analiza- "se ha ido extendiendo un proceso de selección de los dirigentes locales, regionales y nacionales de los partidos políticos vinculado al desarrollo de una carrera profesional dentro de su correspondiente organización". "Los partidos -defiende- buscan cada vez menos atraer a profesionales con conocimientos útiles para la gestión política, y se conforman con la promoción de los que han sabido ser fieles a la organización". Recordando polémicas declaraciones de Wert, Buesa sostiene que "los políticos profesionales, sobre todo en el ámbito local y regional, también en el nacional, han estado sujetos así, de manera creciente, a un proceso de selección adversa en el que los mejor preparados resultan rechazados, mientras que los más dóciles con quienes ostentan el poder son promocionados".
Con este bagaje - prosigue-, "no resulta nada sorprendente que los partidos se hayan convertido en organizaciones fuertemente burocratizadas, lo que se aprecia a la hora de renovar sus élites, incluso en situaciones adversas". "Un caso dramático es -expone-, el del PSOE, donde la totalidad de los dirigentes nacionales y regionales, así como buena parte de los locales, son perdedores en las respectivas elecciones".
A todos estos problemas se añade el de la desideologización de los partidos. "El debate político tiene muy poco de ideológico -manifiesta Buesa-. Los partidos han ido vaciándose en los últimos años de su sustrato ideológico originario, para irse llenando de propuestas dispares procedentes distintos grupos sociales o de intereses que cuenta con una cierta proyección electoral". Las consecuencias de este fenómeno -concluye- "son devastadoras, especialmente en el terreno de la unidad nacional y el de la política económica. Me refiero -matiza- a una creciente permeabilidad de los partidos nacionales hacia ideas propuestas de los partidos nacionalistas periféricos". Y en cuanto a la económica -reprocha-, puede afectar a aspectos como la presión fiscal, el sistema de pensiones, la regulación del mercado de trabajo, la libertad de mercado, la supervisión del sistema financiero, la política de innovación y, tantos otros, objetos de controversias y que en lo esencial, dependen de la posición que, en cada momento, ocupa cada uno de los partidos".
Si está repe: papelera + baneo + lefazo...
ienso:Los tres males de la política española: la selección de personal, la burocratización y la desideologización - EcoDiario.es
Los políticos españoles, cuestionado por sus actuaciones. Imagen: Archivo
Ni donaciones de particulares ni cuota de afiliados. La financiación de los partidos políticos españoles se fundamenta en subvenciones públicas, que, en función de los casos, oscila entre el 75 y el 83% de la dotación total de sus presupuestos. Miquel Buesa, catedrático de Economía Comparada, pone el acento en los tres males de la política española: "la selección de personal, la burocratización y la desideologización". "Una situación que amenaza con convertirse en ingobernable", apostilla. El bipartidismo se desploma.
La rebaja del 20% de las ayudas del Estado no ha evitado que solo en el último trimestre de 2012, partidos como PP o PSOE recibieran por su número de representantes en el Congreso de los Diputados 7.678.864,89 y 4.381.357,28 euros respectivamente, según datos del BOE.
Viajes, comidas, teléfono. El contribuyente español cubre la práctica totalidad de los gastos de nuestros políticos -sueldos aparte-, en un momento en el que se debaten los mimbres de la Ley de Transparencia y algunos dirigentes son cuestionados por su doble jovenlandesal, exigiendo a sus funcionarios austeridad, al mismo tiempo que sus emolumentos dejan constancia de conferencias telefónicas por la amplia geografía del globo terráqueo. Es el caso del edil de Valdepeñas (Ciudad Real), juzgado estos días en el Supremo por prevaricación y delitos de desobediencia a la autoridad judicial, informa este lunes Interviú.
Sospechas sobre España
La financiación de las formaciones políticas y la ejecución de sus partidas no han perdido ni un ápice de actualidad. Los supuestos tejemanejes del extesorero Luis Bárcenas apenas representan una aguja en el pajar. En 2011, el Grupo de Estados contra la Corrupción, GRECO, creado por el Consejo de Europa, consideró que España tiene que mejorar la transparencia de la financiación de sus paliativos políticos.
En la actualidad, los fraudes de este género quedan impunes. La condonación de la deuda, por parte de los bancos, será de un máximo de 100.000 euros. Los partidos podrán endeudarse cuanto quieran. La identidad de los donantes solo la conocerá el Tribunal de Cuentas. Además, los partidos podrán recibir donaciones inmobiliarias. Finalmente, las empresas que contraten con las administraciones públicas sí podrán hacer donaciones a las fundaciones.
El reparto de poder
Recientemente, Miquel Buesa, profesor de Economía Comparada en la Universidad Complutense de Madrid, valoraba la economía de los partidos políticos en España, "lo que en nada favorece su funcionamiento democrático y además perjudica a la economía de los ciudadanos" Hablamos -indica- "de un oligopolio altamente concentrado. Un sistema donde los partidos han devenido en instituciones fuertemente dependientes de la obtención de subvenciones públicas, instituciones económicamente vinculadas al Estado, las Comunidades Autónomas y las Corporaciones Locales"; lo que se ha venido a llamar las tres bandas.
El alimento político
En la actualidad, los partidos políticos se alimentan de tres tipos de subvenciones: Gastos electorales siempre que obtengan representación; por gastos de los grupos parlamentarios en las Cortes Generales y en las Asambleas Autonómicas y, para su funcionamiento ordinario siempre que haya obtenido representación en el Congreso de los Diputados. Hay que destacar que las subvenciones son proporcionales a los resultados electorales, de manera que reciben más los partidos con mayor representación.
"La vinculación de estas subvenciones a los resultados electorales, por su propio diseño -determina Buesa- actúa como factor de inercia en la distribución de poder, de manera que se hace muy difícil penetrar en el oligopolio partidario y más aún en su núcleo central formado por el PP y el PSOE, en el nivel nacional, y CIU y PNV, en el regional. No obstante -advierte-, en las últimas elecciones, en un contexto de fuerte pérdida de apoyo popular para el Partido Socialista, se han dado tres casos de entrada de dicho oligopolio (Amaiur, Compromís y Foro Asturias).
Los tres males de la política española
Con este bagaje - prosigue-, "no resulta nada sorprendente que los partidos se hayan convertido en organizaciones fuertemente burocratizadas, lo que se aprecia a la hora de renovar sus élites, incluso en situaciones adversas". "Un caso dramático es -expone-, el del PSOE, donde la totalidad de los dirigentes nacionales y regionales, así como buena parte de los locales, son perdedores en las respectivas elecciones".
A todos estos problemas se añade el de la desideologización de los partidos. "El debate político tiene muy poco de ideológico -manifiesta Buesa-. Los partidos han ido vaciándose en los últimos años de su sustrato ideológico originario, para irse llenando de propuestas dispares procedentes distintos grupos sociales o de intereses que cuenta con una cierta proyección electoral". Las consecuencias de este fenómeno -concluye- "son devastadoras, especialmente en el terreno de la unidad nacional y el de la política económica. Me refiero -matiza- a una creciente permeabilidad de los partidos nacionales hacia ideas propuestas de los partidos nacionalistas periféricos". Y en cuanto a la económica -reprocha-, puede afectar a aspectos como la presión fiscal, el sistema de pensiones, la regulación del mercado de trabajo, la libertad de mercado, la supervisión del sistema financiero, la política de innovación y, tantos otros, objetos de controversias y que en lo esencial, dependen de la posición que, en cada momento, ocupa cada uno de los partidos".
Si está repe: papelera + baneo + lefazo...
