Fácil.
Que las aguerridas txikarronas, orgullosas feministas radicales, luz y faro del mundo vayan a hacerles una visita.
¿No habíamos quedado en que no habría ninguna agresión sin respuesta, y que ellas decían que el miedo iba a cambiar de bando?
Es sencillo, ¿no?
Que se junten un grupo de 10 o 20 mujeres y ACTÚEN contra los criminales de la misma forma que actuarían si los violadores fuesen jugadores de futbol o militares.
¿No?
Porque supongo (como mucha otra gente que se pare a reflexionar dos minutos) que si los agresores no fuesen argelinos si no, por ejemplo, de un pueblo de Vitoria, éstos tendrían que dejar sus trabajos, y abandonar las poblaciones en dónde viven debido a la ENORME PRESIÓN DE LAS PERSONAS INDIGNADAS CON ESOS HECHOS CRIMINALES.
¿O qué pasa?
¿Que lo de la autodefensa y la revolución es sólo apto para poner en cartulinas y/o sobre ciudadanos nacionales?
Me están decepcionando las abertzales, oyes Patxi.
Tan desididas y tan rh-eivindicativas kontra el patriarkado, pero si es berberisko... no les meten ni un mordisko, ahí va la ostra!
Que les suelten un irrintzi por lo menos, para acojonarlos, ¿no?
Euskadi hoy
Euskadi mañana