Si la gente piensa así (sobre el aborto, la mujer, etc) es por la propaganda, es decir, es fruto de acciones coordinadas desde una élite. Está claro que la propia gente es hasta cierto punto compatible con el contenido de esas ideas, y además se realimenta internamente en ecos que no siempre están alimentados directamente por el poder, pero éste tiene que hacer esfuerzos para seguir avanzando en su agenda. En cuanto dejara de empujar, la gente se pararía y derivaría hacia una posición más razonable que el horizonte hacia el que eran dirigidos.
Los poderosos no es que no sean diferentes, es que las ovejas van por donde dice el pastor, por eso sus caminos coinciden. Lo que sí tienen que estar es dispuestas y ser capaces de meterse por donde el pastor las lleva. Pero precisamente si son ovejas es porque con tal de seguir al rebaño la mayoría está dispuesta a hacer ese esfuerzo e ignorar lo que otros instintos les dicen cuando detectan incongruencias o peligros. Y es que también hay muchas otras tareas que atender en la vida: los que estamos obsesionados con lo que hace el conjunto de la sociedad y su destino sólo somos unos pocos.
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