Al lobo le gusta verse y venderse como rebelde, como el último cuerdo en un mundo de locos... Sin embargo, tanto su actitud como sus acciones lo definen como el perfecto agente desmoralizante al servicio de lo que dice oponer.
Es un tipo que arrastra a los, ya de por sí depresivos, españoles inconformistas, sobre todo a hombres, y los seduce con su personaje quijotesco.
¿Hacía donde? Hacía la más absoluta impotencia e irrelevancia cultural, a un pozo de depresión y victimismo del que no se puede salir.
Su filosofía de vida es negativa, basada en lamentarse de lo perdido y en una postura defensiva perpetua. No hay ninguna proposición real, es todo un deseo adolescente por vivir en un mundo distinto. No hay crecimiento más allá de un espiritismo anodino new-age.
Si aquello que no está creciendo está muriendo, entonces el lobo no para de morir y decaer. Su rechazo al esfuerzo y a la dignidad vital (salvo en cuanto a las mascaras) hace a mucha gente vulnerable gravitar hacía la vagancia auto-justificada.
Pocas cosas hay tan peligrosas como un vago que ha aprendido a justificar su mediocridad.
Qué opina lobo de tener familia¿?
Qué opina lobo de trabajar¿?
Es un individuo que desactiva a cualquier tipo de disidencia con ideas estúpidas y promesas vagas de una "sociedad rural alternativa", siendo él un tipo que odia el trabajo, urbanita y con rasgos adolescentes en su personalidad.
Ser frugal es una virtud, ser pobre no. Ser realista es una virtud, ser derrotista no. Ser inocente es una virtud, ser infantil no.
La vida monástica es virtuosa, la vida hippie no.
El lobo no sabe dónde están los limites de estos ámbitos, y por eso se cree virtuoso, siendo destructivo.