Tenzing Norgay
Madmaxista
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El mensaje del Rubius ha dolido y de qué manera. Sólo hay que ver las reacciones, habiéndole sido dedicadas palabras gruesas que ni a políticos como Abascal etc. Ha sido el torpedo final a la línea de flotación de un cascarón de nueces de cuarenta años de antigüedad que iba a zozobrar tarde o temprano. El agitador lo va a pagar caro.
Mientras, el sistema se ha puesto a trabajar a toda marcha para denigrarle a la vez que regala tapones para los oídos y que su marcha no resuene en las paredes de la trirreme para seguir con el plan establecido por los trierarcas de turno todos estos años. Rumbo fijo cueste lo que cueste.
Es muy peligroso que uno de los pocos ciudadanos libres de la barcaza romana haya dicho basta sorpresivamente cuando más esfuerzo se demandaba. Al ritmo de los auletes (medios de comunicación afectos) y al paso de los acontecimientos recientes (boga de ariete = más impuestos), un remero distinguido de primera fila ha soltado los remos de golpe. No es importante porque sus remazos fuesen significativos dentro del conjunto o para mantener la dirección y velocidad del gasto, sino porque SIEMBRA EL DESALIENTO entre las filas traseras de los galeotes. A diferencia de lo que pasa en las andanas posteriores, cuando un remero premium se levanta en las primeras todos le ven, y claro, cunde el pánico.
No es de extrañar que los cómitres más despiadados (directores de Hacienda) hayan bajado a dar latigazos para parar la rebelión a tiempo. Les va el sueldo en ello. Los galeotes hace tiempo que no suben a cubierta y se preguntan si otra vida es posible. Pero las arengas personales ya no sirven. Los cómitres andan desesperados por lo que ven al abrir la trampilla de la sentina: ya no hay más hombres de reemplazo y los que hay tienen las manos cortadas o están desfallecidos. Se acumula el trabajo y en la cámara de boga se nota ya el nerviosismo de los que mueven el barco.
Las andanas de Ben-Hur van a parecer el cielo comparado con la que les espera a los trabajadores españoles.
Mientras, el sistema se ha puesto a trabajar a toda marcha para denigrarle a la vez que regala tapones para los oídos y que su marcha no resuene en las paredes de la trirreme para seguir con el plan establecido por los trierarcas de turno todos estos años. Rumbo fijo cueste lo que cueste.
Es muy peligroso que uno de los pocos ciudadanos libres de la barcaza romana haya dicho basta sorpresivamente cuando más esfuerzo se demandaba. Al ritmo de los auletes (medios de comunicación afectos) y al paso de los acontecimientos recientes (boga de ariete = más impuestos), un remero distinguido de primera fila ha soltado los remos de golpe. No es importante porque sus remazos fuesen significativos dentro del conjunto o para mantener la dirección y velocidad del gasto, sino porque SIEMBRA EL DESALIENTO entre las filas traseras de los galeotes. A diferencia de lo que pasa en las andanas posteriores, cuando un remero premium se levanta en las primeras todos le ven, y claro, cunde el pánico.
No es de extrañar que los cómitres más despiadados (directores de Hacienda) hayan bajado a dar latigazos para parar la rebelión a tiempo. Les va el sueldo en ello. Los galeotes hace tiempo que no suben a cubierta y se preguntan si otra vida es posible. Pero las arengas personales ya no sirven. Los cómitres andan desesperados por lo que ven al abrir la trampilla de la sentina: ya no hay más hombres de reemplazo y los que hay tienen las manos cortadas o están desfallecidos. Se acumula el trabajo y en la cámara de boga se nota ya el nerviosismo de los que mueven el barco.
Las andanas de Ben-Hur van a parecer el cielo comparado con la que les espera a los trabajadores españoles.
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