Son como las cucarachas. Se están colando por todos sitios, y cada vez más cantidad. Hay gente que las cucarachas lo han echado de su casa porque no han podido acabar con ellas, fijarse.
Salvo excepciones, no valen para otra cosa que no sea una oficina. Oficina, oficina y oficina... Tiene narices el asunto.
Bueno, yo, con tal de dejasen de dar por ojo ciego, las metía a todas en oficinas, eso sí, salario normal, no ajustado a nivel de vida que quieren llevar, porque entonces, ya acabamos. Sería mejor, porque las metes a todas en las oficinas, edificios llenos de oficinas y de tías, con eso acaban matándose entre ellas.
Si yo eso lo he vivido. Mi mujer estaba en empresa privada, pero así. Mira, unas cuantas. Tenían una montada que para qué contar. Faltó el canto de un duro para que se cosiesen a tortas, pero por nada, encima, si le decía yo que no le entrara al juego, la pagaba conmigo. Hacer lo que os dé la real gana...
Anda que esto ha cogido un camino...