Las pensiones suben el triple que los sueldos en la última década

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Marbella de tal y tal
Miles de pensionistas de diferentes comunidades autónomas se manifestaban el sábado pasado en Madrid para exigir la revalorización de las pensiones respecto al incremento del IPC acumulado anual y una pensión mínima del 60% del salario medio. Era la primera manifestación de una serie de protestas que tendrán lugar este otoño y se produce a pocos meses de que sus nóminas crezcan un 8,5%, en línea con la inflación esperada, y cuatro veces más de lo que ha crecido los sueldos de los trabajadores pactados en los convenios. Si la comparación la realizamos con el salario medio y echamos la vista atrás las pensiones han subido el triple que los sueldos en una década.

De todo se deduce que la brecha entre pensionistas y trabajadores, especialmente los más jóvenes, se agranda y marca una profunda línea divisoria similar a la que tradicionalmente ha separado el norte del sur de España. Mientras en la última década la precariedad laboral y los sueldos bajos se ha impuesto en el mercado de trabajo, cebándose con especial empeño en los más jóvenes, los pensionistas han logrado asegurar sus rentas con la revalorización de sus nóminas con el IPC y con prestaciones más elevadas, fruto de carreras más largas de cotización y aportaciones al sistema más altas.

El problema es de un calado extraordinario, teniendo en cuenta que España cuenta con un sistema de reparto en el que los trabajadores pagan las pensiones de los jubilados del momento. Si sus sueldos son bajos, como ocurre ahora con los jóvenes, sus aportaciones serán bajas e insuficientes para cubrir los pagos, lo que seguirá provocando déficit y deuda -actualmente la Seguridad Social suma 100.000 millones de pasivo- y el Estado tendrá que seguir ayudando al sistema, como lo lleva haciendo años y lo hará el próximo con casi 40.000 millones.
Según los últimos datos del INE, un trabajador español cobraba de media en España 2.097 euros brutos mensuales en 2020, mientras que un pensionista ingresaba de media 1.170 euros al mes (hoy la cifra ha escalado a 1.257 euros). Más relevante que el salario medio resulta el salario más frecuente que, según los datos de la última encuesta anual de estructura salarial, se situó en torno a los 18.490 euros anuales en 2019, lo que arroja un sueldo mensual de poco más de 1.000 euros con dos pagas

Disparidad en los ingresos
Con todo, observando el detalle de la cifras sobre la evolución experimentada en la última década, tanto por los salarios medios de los trabajadores como de los pensionistas, se aprecia como la renta de los jubilados ha estado sensiblemente más protegida que la de los empleados, teniendo en cuenta que ambos colectivos han enfrentado en este periodo la cornada de la crisis financiera de 2008 y la provocada por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo en 2020. La nómina de los jubilados ha estado más protegida pero también ha tenido efecto multiplicador porque de esta renta han comido familias en situaciones muy delicadas como las vividas en la crisis financiera.
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Las transferencias a la Seguridad Social aumentarán un 65% respecto al año pasado
Partiendo de las cifras generales, se aprecia una evolución heterogénea entre los ingresos percibidos. Por un lado, tomando las cifras de la encuesta de estructura salarial del INE, el sueldo medio de los españoles se situó a cierre de 2020 -último dato oficial disponible- en 25.165,5 euros brutos anuales (2.097,1 euros mensuales). Diez años antes, este mismo salario era de 22.790,2 euros brutos al año (1.899,1 euros al mes). Por lo que el avance de la remuneración media de los trabajadores ha escalado un 10,4% en la última década.


Por otro lado, el colectivo de los pensionistas, la mayoría de los que perciben una prestación de la Seguridad Social, han visto incrementada su renta un 31,1%, es decir, algo más del triple que los trabajadores asalariados. La cifras que arroja el ministerio dirigido por José Luis Escrivá sitúan la pensión media a cierre de 2020 -cifra comparable al último dato disponible sobre retribución de los trabajadores- en los 16.382,8 euros brutos anuales (1.170,2 euros al mes). Si nos retrotraemos una década sobre esa fecha, vemos como la prestación media que percibían los jubilados era de 12.492,2 euros al año (892,3 euros al mes). Es decir, la cuantía de la pensión ha crecido un 31,1% en la década, tres veces más que la nómina media de un trabajador en España.
Revalorizaciones
La brecha entre la revalorización de las pensiones y de los salarios tiene su origen en las subidas experimentadas por ambos colectivos. Las nóminas de los pensionistas dependen del Gobierno, mientras que la actualización de las retribuciones de los trabajadores de la negociación colectiva. Aquí entra en juego el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) que negocian empresarios y sindicatos, normalmente a un plazo de tres años, y que establece un marco de referencia para las subidas de sueldos de los asalariados.

Según se observa en la estadística oficial del Ministerio de Trabajo, el sueldo pactado en los convenios colectivos acumula revalorizaciones por valor del 14,3% entre 2010 y 2020. En esa década la subida media fue del 1,3% anual. Aunque en el caso de las pensiones las revalorizaciones son incluso menores, afectadas por los cuatro años de subida del 0,25% que aplicaba el derogado Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) aprobado en la reforma de 2013, la brecha que refleja la evolución del suelo medio y de la pensión media recoge el impacto de las nuevas pensiones de jubilación son mayores año tras año, como producto de que las carreras laborales son cada vez más largas, con remuneraciones más altas, generando así más derechos de cara a la jubilación.
En este punto, cabe recordar que las nuevas altas de jubilación han experimentado una importante revalorización en la última década, casi un 10%. De modo que las nuevas jubilaciones ascendían a los 19.502 euros anuales brutos en 2010 (1.393,4 euros al mes) y diez años después estas nóminas han escalado hasta los 21.392 euros anuales (1.528 euros al mes). Estas nóminas son un 20% de media más altas que las pensiones que dejan de pagarse por fallecimiento del beneficiario.

Mientras que si tratamos de disgregar del mismo modo el dato de los sueldos medios, se aprecia como esos 2.097,1 euros brutos al mes (25.165,5 euros al año) que arroja el INE para 2020 no reflejan la realidad del mercado laboral posterior a la gran crisis financiera. Estadística reconoce igualmente que el sueldo más habitual en España es de 18.480 euros anuales brutos. Por lo que las nuevas pensiones han sido en estos años similares a las retribuciones de los trabajadores. Siendo esta la principal contribución a la brecha entre el alza del sueldo medio y de la pensión media en la última década.
La punta del iceberg
Las cifras son solo la punta del iceberg de uno de los problemas más complejos y profundos que afronta la sociedad española. Tanto la precariedad salarial como la proximidad de la llegada de los 'baby boomers' están directamente relacionadas con el futuro del sistema de pensiones y su salud financiera. Este complejo escenario es el que ha obligado al Gobierno a llevar a cabo una reforma de pensiones que, por exigencia de Bruselas, debe estar concluida el próximo diciembre.

Y hoy por hoy a Europa no le convence ni el mecanismo que sustituirá el factor de sostenibilidad, el MEI, ni la renuncia del ministro José Luis Escrivá a ampliar los años que se tienen en cuenta para el cálculo de la pensión de 25 a 35 años. La reforma planteada por el titular de la Seguridad Social no asegura la sostenibilidad del sistema, no introduce mecanismos de ajuste y sus cambios solo implican gasto. Así lo creen las autoridades comunitarias, que están metiendo presión al gestor de las pensiones para que adopte medidas de recorte en un sistema que paga diez millones de pensiones y cada mes debe desembolsar casi 11.000 millones de euros para pagar sus nóminas.


 
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Miles de pensionistas de diferentes comunidades autónomas se manifestaban el sábado pasado en Madrid para exigir la revalorización de las pensiones respecto al incremento del IPC acumulado anual y una pensión mínima del 60% del salario medio. Era la primera manifestación de una serie de protestas que tendrán lugar este otoño y se produce a pocos meses de que sus nóminas crezcan un 8,5%, en línea con la inflación esperada, y cuatro veces más de lo que ha crecido los sueldos de los trabajadores pactados en los convenios. Si la comparación la realizamos con el salario medio y echamos la vista atrás las pensiones han subido el triple que los sueldos en una década.

De todo se deduce que la brecha entre pensionistas y trabajadores, especialmente los más jóvenes, se agranda y marca una profunda línea divisoria similar a la que tradicionalmente ha separado el norte del sur de España. Mientras en la última década la precariedad laboral y los sueldos bajos se ha impuesto en el mercado de trabajo, cebándose con especial empeño en los más jóvenes, los pensionistas han logrado asegurar sus rentas con la revalorización de sus nóminas con el IPC y con prestaciones más elevadas, fruto de carreras más largas de cotización y aportaciones al sistema más altas.

El problema es de un calado extraordinario, teniendo en cuenta que España cuenta con un sistema de reparto en el que los trabajadores pagan las pensiones de los jubilados del momento. Si sus sueldos son bajos, como ocurre ahora con los jóvenes, sus aportaciones serán bajas e insuficientes para cubrir los pagos, lo que seguirá provocando déficit y deuda -actualmente la Seguridad Social suma 100.000 millones de pasivo- y el Estado tendrá que seguir ayudando al sistema, como lo lleva haciendo años y lo hará el próximo con casi 40.000 millones.
Según los últimos datos del INE, un trabajador español cobraba de media en España 2.097 euros brutos mensuales en 2020, mientras que un pensionista ingresaba de media 1.170 euros al mes (hoy la cifra ha escalado a 1.257 euros). Más relevante que el salario medio resulta el salario más frecuente que, según los datos de la última encuesta anual de estructura salarial, se situó en torno a los 18.490 euros anuales en 2019, lo que arroja un sueldo mensual de poco más de 1.000 euros con dos pagas

Disparidad en los ingresos
Con todo, observando el detalle de la cifras sobre la evolución experimentada en la última década, tanto por los salarios medios de los trabajadores como de los pensionistas, se aprecia como la renta de los jubilados ha estado sensiblemente más protegida que la de los empleados, teniendo en cuenta que ambos colectivos han enfrentado en este periodo la cornada de la crisis financiera de 2008 y la provocada por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo en 2020. La nómina de los jubilados ha estado más protegida pero también ha tenido efecto multiplicador porque de esta renta han comido familias en situaciones muy delicadas como las vividas en la crisis financiera.
NOTICIA RELACIONADA

Las transferencias a la Seguridad Social aumentarán un 65% respecto al año pasado
Partiendo de las cifras generales, se aprecia una evolución heterogénea entre los ingresos percibidos. Por un lado, tomando las cifras de la encuesta de estructura salarial del INE, el sueldo medio de los españoles se situó a cierre de 2020 -último dato oficial disponible- en 25.165,5 euros brutos anuales (2.097,1 euros mensuales). Diez años antes, este mismo salario era de 22.790,2 euros brutos al año (1.899,1 euros al mes). Por lo que el avance de la remuneración media de los trabajadores ha escalado un 10,4% en la última década.


Por otro lado, el colectivo de los pensionistas, la mayoría de los que perciben una prestación de la Seguridad Social, han visto incrementada su renta un 31,1%, es decir, algo más del triple que los trabajadores asalariados. La cifras que arroja el ministerio dirigido por José Luis Escrivá sitúan la pensión media a cierre de 2020 -cifra comparable al último dato disponible sobre retribución de los trabajadores- en los 16.382,8 euros brutos anuales (1.170,2 euros al mes). Si nos retrotraemos una década sobre esa fecha, vemos como la prestación media que percibían los jubilados era de 12.492,2 euros al año (892,3 euros al mes). Es decir, la cuantía de la pensión ha crecido un 31,1% en la década, tres veces más que la nómina media de un trabajador en España.
Revalorizaciones
La brecha entre la revalorización de las pensiones y de los salarios tiene su origen en las subidas experimentadas por ambos colectivos. Las nóminas de los pensionistas dependen del Gobierno, mientras que la actualización de las retribuciones de los trabajadores de la negociación colectiva. Aquí entra en juego el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) que negocian empresarios y sindicatos, normalmente a un plazo de tres años, y que establece un marco de referencia para las subidas de sueldos de los asalariados.

Según se observa en la estadística oficial del Ministerio de Trabajo, el sueldo pactado en los convenios colectivos acumula revalorizaciones por valor del 14,3% entre 2010 y 2020. En esa década la subida media fue del 1,3% anual. Aunque en el caso de las pensiones las revalorizaciones son incluso menores, afectadas por los cuatro años de subida del 0,25% que aplicaba el derogado Índice de Revalorización de las Pensiones (IRP) aprobado en la reforma de 2013, la brecha que refleja la evolución del suelo medio y de la pensión media recoge el impacto de las nuevas pensiones de jubilación son mayores año tras año, como producto de que las carreras laborales son cada vez más largas, con remuneraciones más altas, generando así más derechos de cara a la jubilación.
En este punto, cabe recordar que las nuevas altas de jubilación han experimentado una importante revalorización en la última década, casi un 10%. De modo que las nuevas jubilaciones ascendían a los 19.502 euros anuales brutos en 2010 (1.393,4 euros al mes) y diez años después estas nóminas han escalado hasta los 21.392 euros anuales (1.528 euros al mes). Estas nóminas son un 20% de media más altas que las pensiones que dejan de pagarse por fallecimiento del beneficiario.

Mientras que si tratamos de disgregar del mismo modo el dato de los sueldos medios, se aprecia como esos 2.097,1 euros brutos al mes (25.165,5 euros al año) que arroja el INE para 2020 no reflejan la realidad del mercado laboral posterior a la gran crisis financiera. Estadística reconoce igualmente que el sueldo más habitual en España es de 18.480 euros anuales brutos. Por lo que las nuevas pensiones han sido en estos años similares a las retribuciones de los trabajadores. Siendo esta la principal contribución a la brecha entre el alza del sueldo medio y de la pensión media en la última década.
La punta del iceberg
Las cifras son solo la punta del iceberg de uno de los problemas más complejos y profundos que afronta la sociedad española. Tanto la precariedad salarial como la proximidad de la llegada de los 'baby boomers' están directamente relacionadas con el futuro del sistema de pensiones y su salud financiera. Este complejo escenario es el que ha obligado al Gobierno a llevar a cabo una reforma de pensiones que, por exigencia de Bruselas, debe estar concluida el próximo diciembre.

Y hoy por hoy a Europa no le convence ni el mecanismo que sustituirá el factor de sostenibilidad, el MEI, ni la renuncia del ministro José Luis Escrivá a ampliar los años que se tienen en cuenta para el cálculo de la pensión de 25 a 35 años. La reforma planteada por el titular de la Seguridad Social no asegura la sostenibilidad del sistema, no introduce mecanismos de ajuste y sus cambios solo implican gasto. Así lo creen las autoridades comunitarias, que están metiendo presión al gestor de las pensiones para que adopte medidas de recorte en un sistema que paga diez millones de pensiones y cada mes debe desembolsar casi 11.000 millones de euros para pagar sus nóminas.


¿El triple? si hay convenios que sólo han subido un 1% a mí me salen 7 veces más.
 
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