Knucklehead
Madmaxista
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Ya lo habéis visto tantas veces que llegamos al punto de normalizar lo extravagante. Mientras tanto, las fuerzas enemigas también pretenden normalizar el no llegar a fin de mes, no poder pagar las facturas ni el alquiler, tener que comer productos ultraprocesados y no poder llevar una dieta saludable, no tener acceso a la pluralidad informativa o a las expresiones culturales-artísticas. En definitiva, no llegar a escalar la pirámide de Maslow. Es imposible no tener nada y ser feliz. Y lo paradójico es que quienes sostienen lo contrario, tienen de todo en abundancia.
Eso sí, nominalmente podemos hacer maravillas: considerarnos lo que no somos y hacer que los demás reconozcan lo que no somos. La "libertad" de desafiar a la ciencia, la "libertad" de atacar las creencias ajenas, sobretodo si son mayoritarias en la sociedad. La "libertad" de segregar a la sociedad en los subgrupos o colectivos que podamos imaginar. Ya no se trata de asimilarse y reconocerse en la convivencia heterogénea de una sociedad. Podemos dividirla, como si fuera la Tierra Media, en enanos, elfos, hobbits, cada uno con sus egoístas intereses.
Esta visión totalitarista, es decir, con vocación a ser universal y aplicable a todas las sociedades, es lo que defiende el occidente colectivo. ¿Enviarán curadores LGTB a las tribus amazónicas? ¿Llegarán los agitadores de Soros a la isla Sentinel? Al fin y al cabo, obedecen a su categoría de "sub-humanos" porque no aceptan la verdad universal del egoísmo y de la fracturación de las civilizaciones. No harán eso. De hecho, tratarán de respetar pulcramente la existencia de estas sociedades, para legitimarse y continuar con el sabotaje continuo a los pilares de las civilizaciones que no son la suya.
¿Por qué alguien se cree con el derecho natural de adoctrinar a otros pueblos en unos dogmas que ni siquiera su propia sociedad acepta plenamente? ¿Por qué un señor de California se cree con el derecho divino de poder "cambiar el ADN" de los hijos de los demás, aunque vivan a miles de kilómetros? ¿Por qué una sociedad que no es la tuya, tiene que aceptar tus principios y valores?
Parafraseando al fascista de Soros, sus sociedades no son abiertas, sino destripadas. En su excelsa y cacareada tolerancia, no permiten, no toleran, que haya quienes defiendan otra cosa. Según su visión fundamentalista, todos los demás pueblos tienen que arrodillarse y venerar su verdad revelada. Si no lo hacen, están equivocados y tienen que ser corregidos.
Eso sí, nominalmente podemos hacer maravillas: considerarnos lo que no somos y hacer que los demás reconozcan lo que no somos. La "libertad" de desafiar a la ciencia, la "libertad" de atacar las creencias ajenas, sobretodo si son mayoritarias en la sociedad. La "libertad" de segregar a la sociedad en los subgrupos o colectivos que podamos imaginar. Ya no se trata de asimilarse y reconocerse en la convivencia heterogénea de una sociedad. Podemos dividirla, como si fuera la Tierra Media, en enanos, elfos, hobbits, cada uno con sus egoístas intereses.
Esta visión totalitarista, es decir, con vocación a ser universal y aplicable a todas las sociedades, es lo que defiende el occidente colectivo. ¿Enviarán curadores LGTB a las tribus amazónicas? ¿Llegarán los agitadores de Soros a la isla Sentinel? Al fin y al cabo, obedecen a su categoría de "sub-humanos" porque no aceptan la verdad universal del egoísmo y de la fracturación de las civilizaciones. No harán eso. De hecho, tratarán de respetar pulcramente la existencia de estas sociedades, para legitimarse y continuar con el sabotaje continuo a los pilares de las civilizaciones que no son la suya.
¿Por qué alguien se cree con el derecho natural de adoctrinar a otros pueblos en unos dogmas que ni siquiera su propia sociedad acepta plenamente? ¿Por qué un señor de California se cree con el derecho divino de poder "cambiar el ADN" de los hijos de los demás, aunque vivan a miles de kilómetros? ¿Por qué una sociedad que no es la tuya, tiene que aceptar tus principios y valores?
Parafraseando al fascista de Soros, sus sociedades no son abiertas, sino destripadas. En su excelsa y cacareada tolerancia, no permiten, no toleran, que haya quienes defiendan otra cosa. Según su visión fundamentalista, todos los demás pueblos tienen que arrodillarse y venerar su verdad revelada. Si no lo hacen, están equivocados y tienen que ser corregidos.