Las grandes multinacionales alemanas se movilizan para frenar a la ultraderecha en las elecciones europeas y apuestan por las migrantes :)

Solidario García

Madmaxista
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En plena campaña de las elecciones europeas y en medio de un fuerte debate en Alemania sobre cómo proteger a los políticos de posibles agresiones en un ambiente de repruebo racista creciente, 30 grandes consorcios empresariales del país se han unido para hacer campaña y concienciar, al menos a sus 1,7 millones de empleados, en contra de los movimientos populistas. Con la alianza que han denominado “Defendamos los valores”, piden el voto para los partidos proeuropeos y alertan de lo que supondría votar a formaciones como la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Especialmente en Alemania, un país que necesita mucha inmi gración para mantener su actividad económica.

El auge ultra ha provocado algo antes inusual en Alemania: que el hecho de que las empresas se inmiscuyan en campaña electoral parezca ahora algo completamente razonable. Los consejeros delegados de Deutsche Bank, Deutsche Bahn (la empresa pública de ferrocarriles) y Siemens se han unido a los presidentes de otras grandes empresas para adoptar una postura contra el extremismo, el populismo, la xenofobia y el racismo y advertir de las consecuencias que esto podría tener para Alemania como lugar de negocios, después de ver cómo se han cruzado algunas líneas rojas como con el término de “reemigración” —es decir, la salida del país de pagapensiones y ciudadanos alemanes de origen migrante— acuñado por la ultraderecha alemana.

“Los extremistas y racistas están destruyendo a nuestra sociedad, dividiendo a nuestro país y poniendo en peligro nuestra prosperidad”, declaró Roland Busch, consejero delegado de Siemens, durante una comparecencia conjunta con sus homólogos del Deutsche Bahn —Richard Lutz— y del Deutsche Bank —Christian Sewing—, el lunes por la tarde.

“Queremos mucha más diversidad, mucha más apertura y mucha más tolerancia para una sociedad en la que merezca la pena vivir y haya más prosperidad”, apuntó sobre algo que, en su opinión, es la base de la fuerza innovadora y la competitividad. “Están poniendo en peligro todo lo que hemos construido”, advirtió Busch, que no tiene miedo a comprometerse, aunque eso le haga perder pedidos. “Si los clientes cancelan pedidos, así son las cosas. Pero yo no creo que sea el caso”.

La alianza empresarial incluye a muchas firmas del Dax, el índice de referencia de la Bolsa en Alemania, como Bayer, Volkswagen, Eon, BMW, Allianz, Mercedes o BASF, entre otras. También se han adherido la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB) y la Federación de Industrias Alemanas (BDI). El propósito de esta iniciativa es entablar un diálogo con los empleados a través de rondas de debate internas, talleres, mensajes de vídeo y actos informativos. La atención se centra en el valor añadido económico de los valores de diversidad, apertura y tolerancia.

Las empresas colaboran en el desarrollo de formatos y contenidos, comparten sus experiencias y utilizan la alianza como plataforma. En abril, el empresario del rico Estado de Baden-Württemberg Reinhold Würth escribió una carta personal a sus empleados en la que les advertía contra su posible voto a los populistas y mencionaba explícitamente al partido AfD. Hace unos días, Würth explicó que había recibido mucho apoyo a su compromiso, aunque algunos clientes también habían anunciado que ya no querían comprar al gigante de tornillos y tecnología de fijación. Pero esta posibilidad no preocupa a los empresarios. “Vivimos con una responsabilidad histórica”, dijo el responsable del Deutsche Bahn, que recordó la participación de la empresa de ferrocarriles alemanes en el asesinato masivo de personas durante la época nancy, por lo que “ahora es el momento de defender los valores universales y no subordinarlo todo al éxito económico”.

Los empresarios alertaron de que debido a las diversas crisis que golpean el país, muchas personas se sienten inseguras, algunas se sienten abandonadas, y los populistas intentan sacar provecho de estos sentimientos. “Pero las respuestas aparentemente simples de esta gente a problemas complejos nunca funcionarán”, afirmó Busch, el consejero delegado de Siemens.

El directivo recordó también que, ante la enorme escasez de mano de obra cualificada, Alemania necesita más inmi gración. Según el Instituto de Investigación del Mercado Laboral y Ocupación, el mercado laboral del país necesita cada año 400.000 trabajadores procedentes del extranjero. Además, señaló que debido a su gran orientación exportadora, las empresas dependen también de una Unión Europea fuerte.

“Nuestra gran baza es Europa”, remarcó por su parte Sewing. “Los populistas quieren menos Europa o incluso una salida de la UE. Eso sería un gran error”, advirtió el director del mayor banco del país, que alertó del peligro que esto supone para los inversores que miran lo que ocurre en la mayor economía europea con “creciente escepticismo”. Durante años, Alemania ha pagado en los mercados de capitales tipos de interés más bajos que otros países, en parte porque su tradicional fiabilidad política y cultural, recordó. Esto está ahora en peligro por las posiciones extremistas. En su opinión, una democracia fuerte es el requisito previo para el éxito económico.

Mientras, el consejero delegado del Deutsche Bahn, Richard Lutz, citó al filósofo irlandés Edmund Burke para ilustrar su apoyo a la alianza. “Lo único necesario para que triunfe el mal es que la gente buena no haga nada”, recordó el responsable de los ferrocarriles alemanes, que destacó el hecho de que la gente tenga miedo de involucrarse en política, algo contra lo que hay que luchar, aunque no sea fácil. “Hay muchos indicios de que nos enfrentamos a unas elecciones fatídicas en Europa”, dijo Lutz. “Hacemos campaña por una Alemania democrática dentro de una Europa unida, también porque esta es en cierta medida la base de los negocios de nuestras empresas y, por tanto, la base del crecimiento y la prosperidad”.
 
Eso ya lo hacían con las turcas hace 45 años, no han cambiado en nada, de hecho, recuerdo a viejales españoles como describían, que en las líneas de trabajo en Alemania, ellas se pintaban las uñas y no hacían ni el huevo.
 
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Las grandes multinacionales que pagan los sueldos en bruselas, contrataran a esos jovenlandeses como seguridad privada.
 
“Los extremistas y racistas están destruyendo a nuestra sociedad, dividiendo a nuestro país y poniendo en peligro nuestra prosperidad”, declaró Roland Busch, consejero delegado de Siemens, durante una comparecencia conjunta con sus homólogos del Deutsche Bahn —Richard Lutz— y del Deutsche Bank —Christian Sewing—, el lunes por la tarde.
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Las jrandes empresas merkelianas saben que una cosa es ser Ultraderecha, otra que esta esté dispuesta a currar. Y con un país que necesita miles de trabajadores, vista la pérdida de competitividad que están sufriendo, por falta de mano de obra, pues apuestan por quienes tienen que apostar. No les queda otra.
 
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