La vecina a la que se le hincharon los ovarios y mato a sus vecinos por el ruido de sus mascotas

Hoy en dia te cae menos condena por dar de baja de la suscripción de la vida a Los vecinos que a Las mascotas
 
No hay nada que justifique un asesinato tan salvaje, los que aplaudis en el foro(el 90%) a esta loca del shishi estais desequilibrados de la cabeza igual que ella.

La mayoria ni estan desequilibrados ni nada, es solo para darselas de duros y machotes.

Los nenes tienen que adoptar la pose killer en el foro aunque sea jaleando a una fruta subida de peso Sudamericano drojadicta que ha dado de baja de la suscripción de la vita a dos ancianos.
 
Vivo en Alemania. Conozco Europa, en general, bien.

Si algo sé es que entre lo que cree burbuja que sucede en Europa, y lo que sucede en Europa, hay ENORMES DIFERENCIAS.

Desengáñate. En toda Europa puedes ir con el perro hasta a los bancos. No hay conflicto social.

En Europa la gente no hecha polvos de azufre por la calle (que están prohibidos y además no funcionan para repeler).
En Europa la gente no hecha comida envenenada por los parques.
En Europa la gente no hecha comida con clavos por los parques.
En Europa no hay batalla en el Ayuntamiento si deciden habilitar un 1% de la playa para perros.


En Europa, en general, no se odia a los perros. Eso es algo jovenlandés.

Vete a buscar links a Google que te den la razón, amacabras Mohamed.

Porque la gente será bastante más educada y sus perros también. Aquí la falta de civismo es brutal.
 
Porque la gente será bastante más educada y sus perros también. Aquí la falta de civismo es brutal.

Sí, es cierto.
Los perros alemanes van a la Universidad Humboldt y si te pones a charlar con ellos te citan a Kierkegaard, tocan a Rachmaninov al piano y son capaces de declamar a Goethe con una dicción que ya la querrían para sí los perros españoles.

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la historia sale hoy en lo pais, pero es de hace 2 años. La tipa sigue en prisión.

Convivencia fatal: el caso de la mujer que mató a sus vecinos por el ruido de sus mascotas

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Es verano en Sevilla y todo el que puede huye a la playa. Pero ya sabemos que el mal no descansa: un doble asesinato acaba de cometerse en Dos Hermanas, a apenas 15 kilómetros de la capital. El Grupo de Homicidios está en cuadro. Los que no tienen la suerte de remojarse en agua salada se personan sin demora en la urbanización Vistazul. Son las tres de la tarde, no hay sombra bajo la que cobijarse y el sol cae a plomo sobre los policías, a los que les rezuma hasta el alma.

Pero cuando contemplan la masacre, se les cuela un escalofrío parecido al que uno sentiría en una noche gélida de invierno. Los cadáveres sanguinolentos de un hombre y una mujer yacen a la espera de ser retirados y, como la autopsia revelará más tarde, ambos han sido atropellados, golpeados con una piedra y apuñalados hasta la fin. Alevosía y ensañamiento a raudales.


¿Qué? No, no, esperen. Esto no tiene nada que ver con Camino Vargas, ni con Pascual, ni con Fito, ni con ninguno de los componentes de ese Grupo de Homicidios ficticio que persigue asesinos por las calles de Sevilla. Me temo que les hablo de un caso real. Ocurrió el 24 de julio de 2020. Tres días después, el juzgado ordenaba el ingreso en prisión provisional de la presunta autora de este doble crimen.

¿Presunta? Es lo que hay que decir prima facie, ya saben. A día de hoy, Joyce Greyce sigue a la espera de juicio. Pero lo cierto es que esta vecina de la pareja reconoció los hechos desde el primer momento, y lo hizo con una determinación pasmosa. Contó que no podía más, que actuó movida por el repruebo y, literalmente, manifestó a los policías que acudieron a la vivienda:

— Porque me fallaron las fuerzas, que les habría arrancado la cabeza.

Además, y esto es casi lo más insólito, dio a conocer sus razones: el matrimonio tenía unas mascotas muy ruidosas.

Y es que aquel viernes de julio, Joyce había decidido que no iba a aguantar más. progenitora de tres hijos, llamó a su expareja antes de cometer los crímenes para asegurarse de que quedarían bajo su cuidado.

— Por si ocurre algo importante.

Algo importante como, por ejemplo, masacrar a tus vecinos hasta la fin. Los informes de autopsia señalan el mismo patrón lesivo en las dos víctimas: primero fracturas óseas y abrasiones producidas por el atropello, luego politraumatismos y contusiones al ser golpeados con un pedrusco, y finalmente heridas en zonas vitales causadas por arma blanca —un cuchillo de cocina de 14 centímetros de hoja—.

A sangre fría

Haciendo uso de la misma sangre fría con la que Joyce avisó primero a su exmarido y perpetró los crímenes después, al finalizar su tarea se metió en la ducha —estaría de sangre hasta el corvejón—, guardó la ropa manchada y preparó un macuto con algunas prendas limpias, previendo ya su captura por las fuerzas del orden. Cuando los policías llamaron a la puerta, hubieron de enfrentarse a una respuesta cuanto menos sorprendente:

— Esperen un poco, estoy terminando de asearme.

Pero antes de la ducha, Joyce quería dejar todo bien atado. Llamó a su hija de 14 años, la mayor de los dos que vivían con ella, para ponerla al día. La chiquilla se encontraba en casa de una amiga y oyó lo ocurrido de voz de su progenitora.

— Los he dado de baja de la suscripción de la vita.

Una vez pronunciada la espeluznante sentencia, Joyce le dijo que le pasara el teléfono a la progenitora de la amiga, a quien le pidió que se hiciera cargo de ella hasta que el padre la recogiera. Luego mandó a su hijo pequeño, de 12 años, a unirse a su hermana. El niño se encontraba en la casa. Estremece pensar lo aterrorizado que estaría al ver aparecer a su progenitora de esa guisa. Por último, volvió a llamar a su ex y le pidió que se encargara de los dos hijos. Ahora sí, solo le restaba asearse y esperar.

Un móvil muy animal

Pero volvamos al casus belli de esta historia: los animales ruidosos de los vecinos como límite de una convivencia tolerable para Joyce. Y es que la cosa no iba de un par de perritos. Manuel y Cristina habían creado un refugio en su vivienda, Asociación Sevilla Felina. En total, daban acogida a unos 60 gatos y perros. Ladridos, maullidos, carreras arriba y abajo. Menuda juerga a la hora de la siesta.

Joyce llevaba años quejándose de las molestias que le causaban los animales, y Manuel y Cristina le recriminaban a su vez la falta de atención a sus propios hijos.
Ella llegó a temer que llamaran a los servicios sociales, quién sabe si podían quitarle a los niños. Y entretanto, los gatos a sus anchas. Fue más de lo que pudo soportar.

Por aquellas fechas, yo había hecho mi propia inmersión en refugios a raíz del proceso de documentación de Especie, novela negra que tiene el trato que damos a los animales como telón de fondo. Incluso llegué a pasar unos días en La Candela, santuario sevillano donde pude conocer la ingente y desagradecida tarea de estas personas, que se las ven cada día con la incomprensión del resto de la sociedad y de la propia administración. Lo único que quieren, entendí, es algo tan humano como dar un final de vida digno a animales rescatados de un destino cruel.

Contacté con Lucía, administradora de La Candela, y me contó que los refugios y protectoras de la ciudad se habían movilizado para ayudar al tropel de nuevos huérfanos. En su caso, donaron todos los tests diagnósticos necesarios para comprobar la vacunación de los gatos.

No fueron los únicos que actuaron. La Policía Nacional hubo de personarse en la vivienda, previo mandamiento judicial, para darles de comer y beber (aquí los lectores de Progenie sin duda reconocerán a Pascual Molina estornudando al tiempo que rellena táperes con agua fresquita). Tres días después, las fuerzas del orden regresaban para supervisar un operativo de retirada de animales.

A partir de ahí, fue tarea de los voluntarios tratar de encontrarles un hogar a todos estos huérfanos para que no acabaran, ellos también, sacrificados.


El proceso

Desde entonces, la justicia ha ido dando sus pasos al ritmo cachazudo al que nos tiene acostumbrados. A Joyce se le tomó declaración, en la que siguió admitiendo su culpa, y durante los meses siguientes tuvo lugar una ronda de testigos que concluía en diciembre con la comparecencia de su pareja actual, quien afirmaba que consumía mucho hachís y que había dejado la medicación que tenía prescrita contra la depresión.

El 8 de enero de 2021, la Fiscalía de Sevilla imputaba a Joyce los dos delitos de asesinato con alevosía y ensañamiento. Y ya en abril de este año, conocíamos los resultados del estudio psiquiátrico: trastorno mixto de personalidad con rasgos límites y paranoides, sumado a un trastorno por consumo de cannabis. Se daba por probado que Joyce tenía alterada su capacidad de reacción y comprensión de los hechos.

A día de hoy, el caso sigue en la Audiencia Provincial a la espera de celebrar un juicio con jurado. Entre tanto, Joyce ha tenido que ser trasladada de prisión desde la guandoca de mujeres de Alcalá de Guadaíra (Sevilla) debido a sus amenazas a otras reclusas, a quienes tenía intimidadas. No sabemos si ellas también metían mucho ruido.

En sus zapatos

Es difícil ponerse en el lugar de un criminal, mucho más si el crimen es tan salvaje como el que hoy les narro. Es más difícil aún si esa persona tenía problemas de salud mental. ¿Cómo imaginar el infierno de cada uno, sin siquiera conocer qué le ha llevado hasta ahí? Joyce Greyce no tuvo un pasado fácil. Viajó desde Brasil en busca de una oportunidad. Como tantas otras perdedoras en este juego, la vida no le dio cartas y terminó recurriendo a la prespitación. Pero hasta a los perdedores les cae una mano en condiciones alguna vez. En el club de alterne, la brasileña conoció al futuro padre de sus hijos. Se casó, conquistó una vida más normalizada que fue capaz de sostener por algunos años. Hasta que las cosas se truncaron y llegó el divorcio. Joyce se trasladó con sus hijos a la urbanización de Vistazul, ignorando que allí todo se torcería aún más. Ruidos, olores, una discusión tras otra. Y algo en su interior, algo que había resistido todos aquellos embates vitales, se quebró de repente.

Sin entrar a valorar si Manuel y Cristina traspasaron los límites de la convivencia, está claro que la pareja representaba el reverso del egoísmo rampante en una sociedad donde cada verano muchos abandonan a sus mascotas como muebles que comienzan a estorbar. Quizá obsesionados con ofrecer un hogar a gatos tuertos, desorejados, reponiéndose de un atropello, de un abandono que no comprenden, de todos esos zarandeos que la vida también les había dado, no supieron ver que el aguante de su vecina estaba a punto de desbordarse.

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Precisamente lo que hay que entrar a valorar son los límites de la convivencia y el que fueron años avisando al personal de lo que podia pasar. El contrapunto a ese hilo que se abrió hace 1 mes del fulano que sufrió años en su piso por culpa de 2 familias de energúmenos con perros, al que le quedaron secuelas y traumas mil y apenas le dieron 12000 euros creo recordar. Esta decidió que no iba a seguir por ese camino.

Es llamativo que a esa mujer la presentan como "una loca" y hablan de no sé qué fundación para acoger perritos y gatitos etc etc... y obvian que esa mujer habría denunciado el ruido constante 1.000 veces antes y nadie hizo nada.

Estos eran unos santos según el periodismo "progresista" de El País:

" Sin entrar a valorar si Manuel y Cristina traspasaron los límites de la convivencia, está claro que la pareja representaba el reverso del egoísmo rampante en una sociedad donde cada verano muchos abandonan a sus mascotas como muebles que comienzan a estorbar. Quizá obsesionados con ofrecer un hogar a gatos tuertos, desorejados, reponiéndose de un atropello, de un abandono que no comprenden, de todos esos zarandeos que la vida también les había dado, no supieron ver que el aguante de su vecina estaba a punto de desbordarse."



Hay gente que es indiferente con lo que le suceda a las personas que tienen al lado, mientras se gastan 100 euros al mes en cortarle el pelo al perro, y pasan 2 horas al día o 3 dedicadas en cuerpo y alma al chucho.. ahora tenemos que soportar a estos bichos hasta en tiendas.. hasta en el Mercadona los he visto, en un supermercado donde se venden alimentos. Es poco agradable.
 
Es llamativo que a esa mujer la presentan como "una loca" y hablan de no sé qué fundación para acoger perritos y gatitos etc etc... y obvian que esa mujer habría denunciado el ruido constante 1.000 veces antes y nadie hizo nada.

Estos eran unos santos según el periodismo "progresista" de El País:

" Sin entrar a valorar si Manuel y Cristina traspasaron los límites de la convivencia, está claro que la pareja representaba el reverso del egoísmo rampante en una sociedad donde cada verano muchos abandonan a sus mascotas como muebles que comienzan a estorbar. Quizá obsesionados con ofrecer un hogar a gatos tuertos, desorejados, reponiéndose de un atropello, de un abandono que no comprenden, de todos esos zarandeos que la vida también les había dado, no supieron ver que el aguante de su vecina estaba a punto de desbordarse."



Hay gente que es indiferente con lo que le suceda a las personas que tienen al lado, mientras se gastan 100 euros al mes en cortarle el pelo al perro, y pasan 2 horas al día o 3 dedicadas en cuerpo y alma al chucho.. ahora tenemos que soportar a estos bichos hasta en tiendas.. hasta en el Mercadona los he visto, en un supermercado donde se venden alimentos. Es poco agradable.

Por cierto, aficionada a los porros, con la de monsergas que se suelen dar en el foro de narcos y tal.

100 euros al mes × 60 gatos y perros = 6000 euros al mes peluquería.

Esto es como cuando el macho occidental declaró el gato especie invasora, se juntaron envidia de platano de jovenlandés, de donde vienen los gatos, a envidia de platano de gato, a donde van, a las bigotudas patrias rodeadas de gatos (castrados) traicionando a la patria por gatos judíos quintacolumnistas de los protocolos de Garfield.
 
Yo apoyo a la mujer. Si estuviera en el gobierno la indultaría.

Los ruidos no están suficientemente penados en este país.

Edito: los finados no se merecían la fin. Pero se la buscaron.
 
Odias a los perros. Como buen españolete, tienes eso bien interiorizado de la cultura morisca que dominó España durante siglos.

Cruzas los Pirineos y el repruebo al perro desaperece. Es algo bastante característico de España, pero los españoles no lo saben porque no les gusta reconocerse un poco jovenlandeses.

Que lo sepáis: cuando os entra la cosa antiperra esa... lo que hacéis es ser un poco Mohammeds.

En el resto de Europa no hay conflicto social alguno.


Y eso de que vivir en un piso es desquiciante para un perro te lo has inventado.



Ojo, no digo que tener 60 perros en un piso sea una buena idea. No lo es.
De ahí a justificar vuestra cultura islamista (la canofobia es profundamente fiel a la religión del amora) hay un trecho que no voy a recorrer. Yo no soy un puñetero jovenlandés amacabras.


Menos aplaudir a asesinos y más asesinar, si sóis tan machotes.... panda de cobardes.

Anda sociología barata, de la mírame que especialitos somos los occidentales que da auto 50 instalikes en burbugram.

Ahora explícanos lo bien que tratan los jovenlandeses a los gatos y lo mal que les tratan los cristianos, y cómo es que españa tiene lo mejor de ambos mundos y comida envenenada en el parque tanto para gatos como perros
 
La gente que tiene animales en pisos deberia ser encarcelada por secuestro y maltrato animal.

Un animal, aislado en un piso, aguantandose los meos durante horas, con solo unos minutos diarios de "recreo" es lo mas parecido a una condena. Lo peor no es que se haga para pagar algun delito, se hace por el capricho de unos alicaídos malvados que les da placer hacer daño un animal, personificando su vida.

Es pura crueldad disfrazada de buenismo. La cosa del buenismo occidental, infantiloide y estupido, llevado al paroxismo en seres que no pueden defenderse. El sueño occidental de la raza superior que reparte el bien a los seres inferiores obligandoles a hacer lo que a el le interesa y conviene disfrazado de amor y generosidad.
 
La gente que tiene animales en pisos deberia ser encarcelada por secuestro y maltrato animal.

Un animal, aislado en un piso, aguantandose los meos durante horas, con solo unos minutos diarios de "recreo" es lo mas parecido a una condena. Lo peor no es que se haga para pagar algun delito, se hace por el capricho de unos alicaídos malvados que les da placer hacer daño un animal, personificando su vida.

Es pura crueldad disfrazada de buenismo. La cosa del buenismo occidental, infantiloide y estupido, llevado al paroxismo en seres que no pueden defenderse. El sueño occidental de la raza superior que reparte el bien a los seres inferiores obligandoles a hacer lo que a el le interesa y conviene disfrazado de amor y generosidad.

Otro "argumento" típico de los fiel a la religión del amores.... pero falso.
Estas cosas las dicen concretamente aquellos que, por no tener contacto con perros (la mayor parte de las veces por MIEDO a los perros), lo desconocen todo sobre los perros.

Los perros se acostumbran a vivir en cualquier lado. Hasta en el coche, en la caravana, o en una caja de cartón.
Se llaman animales domésticos por una razón.


Sí, ya sé que vosotros os imagináis a Lassie retozando por el prado y os creeis que eso es lo único aceptable. (Es otra mentira, claro, pues si vivieráis en el prado también os quejaríais y el miedo no se os iría).

En todo el mundo los perros viven en pisos y no pasa nada. La mar de felices y contentos.
Si tan mal estuvieran, si estuvieran sufriendo una tortura constante por el mero hecho de vivir en un piso... Se escaparían.

Pero, claro, los pisaprados evocan a Lassie porque se creen que así invocan nosequé virtud naturista. Naturismo Mohammed, claro, porque quienes dicen esas cosas normalmente sólo son unos pisaprados que TAMPOCO conocen la vida en el prado.


En estos hilos de fiel a la religión del amores consigo siempre poneros a todos en fila... y el motivo por el que me resulta tan fácil es porque os conformáis con los mismos dos o tres argumentos comodín.



¡Que salgáis a la calle a dar de baja de la suscripción de la vida perros si sóis tan machotes, panda de cobardes!
Alá se avergüenza de vuestra cobardía.
 
Por cierto, aficionada a los porros, con la de monsergas que se suelen dar en el foro de narcos y tal.

100 euros al mes × 60 gatos y perros = 6000 euros al mes peluquería.

Esto es como cuando el macho occidental declaró el gato especie invasora, se juntaron envidia de platano de jovenlandés, de donde vienen los gatos, a envidia de platano de gato, a donde van, a las bigotudas patrias rodeadas de gatos (castrados) traicionando a la patria por gatos judíos quintacolumnistas de los protocolos de Garfield.

Céntrate, tontito.

La asesina porrera NO era la de los perros.
Ni siquiera has sabido entender el texto de la noticia.
 
Céntrate, tontito.

La asesina porrera NO era la de los perros.
Ni siquiera has sabido entender el texto de la noticia.

Cuando he dicho que la porrera era la perrera? Además me citas precisamente en la respuesta en la que no me dirijo a tí. Y cuando te dije que tu teoría del veneno jovenlandés parquil era una cosa porque se la echan a los gatos y son los amacamellos los que quieren a los gatos, y los chovinistas cristianos los que no, no dijiste ni mú.

Pero es aún peor, si en uropa no ponen veneno, es porque ya se los han cargado. En el norte, angloamericano no tienen ni perros ni gatos callejeros porque hace décadas que los sacrificaron.

Pero es que éste foro no da para más, lleno de burguesillos victimitas.
 
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