InteligenciaEmocional
Madmaxista
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En primer lugar, y como es de ley, quiero agradecer a todos los que haceis posible este foro el haber encontrado en él una manera distinta de entender el problema de la vivienda. Gracias de corazón!!!
Me atrevo a escribir por primera vez porque a veces habeis aludido a causas psicológicas, emocionales o similares para entender por qué se ha llegado a esta situación. Soy psicólogo, trabajo con gente normal y corriente (hago coaching, nada de psicopatología) y me gustaría destacar dos variables que a mi entender pueden ser el cimiento tóxico sobre el que se ha creado este problema y que a su vez son causa de muchos otros problemas que padecemos habitualmente.
La primera variable alude a que estamos inmersos en el Imperio del YO. Todo lo que no sea ver la vida desde mí y para mí es mal visto, calificado de merluzez, desgana, utopía y descalificativos de género parecido. Consecuencia: no vemos más allá de nuestras propias narices. Un ejemplo, la generación que nos venden a los jóvenes los pisos a precios desmesurados va a gastar sus ganancias en ser atendidos cuando sean mayores, con costes elevadísimos, porque sus familiares directos estarán ocupados trabajando para pagar las hipotecas que sus padres crearon. Se les cuidará desde el interés, no desde el cariño.
La segunda variable, más individual, se refiere a la falta de autocontrol emocional y que se constata en una falta de límites personales que hace que todo sea insuficiente para llenar la bolsa sin fondo en que se ha convertido nuestras vidas. Un ejemplo, nos quejamos de los políticos pero, ¿qué candidato saldría elegido que nos dijera NO a determinadas peticiones más propias de niños consentidos que de personas adultas? No tenemos los políticos que nos merecemos, más bien, los políticos responden a lo que les pedimos desde lo que sentimos o deseamos, no desde el pensamiento lógico con el que a veces analizamos el mundo.
Son dos variables que, unidas, forman un coctel explosivo y que aparece en otros problemas aparte del de la burbuja.
Me atrevo a escribir por primera vez porque a veces habeis aludido a causas psicológicas, emocionales o similares para entender por qué se ha llegado a esta situación. Soy psicólogo, trabajo con gente normal y corriente (hago coaching, nada de psicopatología) y me gustaría destacar dos variables que a mi entender pueden ser el cimiento tóxico sobre el que se ha creado este problema y que a su vez son causa de muchos otros problemas que padecemos habitualmente.
La primera variable alude a que estamos inmersos en el Imperio del YO. Todo lo que no sea ver la vida desde mí y para mí es mal visto, calificado de merluzez, desgana, utopía y descalificativos de género parecido. Consecuencia: no vemos más allá de nuestras propias narices. Un ejemplo, la generación que nos venden a los jóvenes los pisos a precios desmesurados va a gastar sus ganancias en ser atendidos cuando sean mayores, con costes elevadísimos, porque sus familiares directos estarán ocupados trabajando para pagar las hipotecas que sus padres crearon. Se les cuidará desde el interés, no desde el cariño.
La segunda variable, más individual, se refiere a la falta de autocontrol emocional y que se constata en una falta de límites personales que hace que todo sea insuficiente para llenar la bolsa sin fondo en que se ha convertido nuestras vidas. Un ejemplo, nos quejamos de los políticos pero, ¿qué candidato saldría elegido que nos dijera NO a determinadas peticiones más propias de niños consentidos que de personas adultas? No tenemos los políticos que nos merecemos, más bien, los políticos responden a lo que les pedimos desde lo que sentimos o deseamos, no desde el pensamiento lógico con el que a veces analizamos el mundo.
Son dos variables que, unidas, forman un coctel explosivo y que aparece en otros problemas aparte del de la burbuja.
