La traición de Cebrián a los Polanco

currobena

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La traición de Cebrián a los Polanco: con el apoyo de Felipe González, pretende que Carlos Slim compre PRISA
Al “hombre más rico del mundo” lo que le interesa es Sogecable, y, a lo grande, Telefónica. Mientras tanto, latinoamericano Pérez mantiene unidos a los Polanco para que no se ceda la gestión. Problemas para vender activos no vitales: Digital+ no lo quiere nadie. León Benelvas trata de vender Localia, Cinco Días, el grupo de revistas y las imprentas, incluso las radios iberoamericanas, sin mucho éxito. Habrá que contar con Jaime Botín, que algo tiene que decir en PRISA Juan Luis Cebrián no considera que esté traicionando el testamento de Jesús Polanco. Por el contrario, cree, al igual que Felipe González, que si PRISA-Sogecable, en su totalidad manifiesta, se vende a Carlos Slim, el catalogado como el hombre más rico del mundo, para quien trabaja el ex presidente del Gobierno español, que la solución sería la más adecuada, porque los hermanos Polanco, con la excepción de Isabel y del sobrino Javier Díez, siempre se han sentido más movidos al rentismo que a la gestión. Además, no se trataría de echar a los Polanco, que seguirían unidos a la causa, sino de plantear la entrada de Slim como el aporte necesario para un multimedia verdaderamente global, naturalmente progresista, como siempre ha sido, y por encima de las presiones del Zapaterismo, cada día más alejado del Felipismo, al menos en materia de intereses tribales, que no ideológicamente. Dicho de otra forma: Cebrián vende la entrada del mexicano como la forma de pararle los pies a La Sexta, con Mediapro.

Enfrente, Cebrián, no tiene a los Polanco, sino a Francisco Pérez González, el socio eterno de Jesús Polanco, que se ha mantenido en un segundo plano hasta la fin del patriarca. Desde entonces ha asumido -ya lo anuncié en su obituario de Polanco, un protagonismo desconocido. Ni el presidente, Ignacio Polanco, ni latinoamericano Pérez, se atrevieron a hacer lo que según muchos en la casa, ya debería haber hecho: despedir al consejero delegado, Juan Luis Cebrián. latinoamericano considera que la ocasión no es propicia, en pleno enfrentamiento con los hermanos progresistas de Mediapro, pero si las aguas vuelven a su cauce, todo se andará.

La tesis de latinoamericano Pérez es muy sencilla. Para recuperar el pulso, hay que vender todos los aderezos del Grupo, los menos rentables. Lo primero de todo: Digital+. Ahora bien, la plataforma de pago, que ya se ofreciera a través de Morgan Stanley, el banco de inversión favorito de PRISA, no hay quien la compre, especialmente ahora, con crisis crediticia, el capital riesgo en recesión y la liquidez bajo mínimos. Ahora, la esperanza radica en el acuerdo firmado con Telefónica, que entrará en vigor el 1 de noviembre, por el que toda la fuerza de la operadora se centrará en la venta de Digital+, al tiempo que Imagenio, su opción de cable, se beneficiará de los contenidos de Digital+. En definitiva, la jugada consiste en unir cable y aire, habida cuenta de que lo que parecía tecnología triunfadora, las del satélite, pierde terreno frente a la que parecía perdedora, el cable. Más en concreto, la TV por ADSL, coincide por sus siglas en inglés, IPTV: Internet Protocol Televisión.

Lo que el grupo Pérez-Polanco intenta vender son activos como Localia, El grupo impresor, Cinco Días, la editora de revistas o el grupo iberoamericano de radio (éste no se vendería, se unificaría y saldría a bolsa). De este paquete se encarga un hombre de confianza de la Casa, León Benelvas pero, por el momento, con poco éxito. El problema es que la crisis de confianza ha provocado que nadie compre nada, y que los fondos de capital-riesgo compren menos que nadie. Incluso latinoamericano Pérez se plantearía, llegado el caso, la venta del mejor negocio, el de Santillana, negocio rentable en sí mismo y rentable también por la canalización de ayudas públicas en material educativo.

Cebrián, por contra, opta por la solución final, o global, o total, y con él al mando. Quiere convertir a las familias Pérez y Polanco, que controlan el grupo, en rentistas. El mensaje que lanza es el de que se tienen bien merecido el descanso, y de que la entrada de Slim les quitaría muchos problemas de encima, incluidos la presión de Mediapro y el Zapaterismo. Comprar PRISA, o al menos una parte de la misma, es tarea de titanes, incluso para Slim. Por ejemplo, Sogecable vale hoy más de 3.400 millones de euros, mientras la matriz, PRISA, anda por 2.860 millones, siendo que PRISA posee un 46% de Sogecable. A pesar del varapalo bursátil, sigue siendo un desembolso importante. Incluso para Carlos Slim y Felipe González, que no es rico por su casa.

Eso sí, si las familias Pérez y Polanco se niegan a vender la intentona de Cebrián simplemente será imposible. El problema es que los hermanos Polanco, principalmente el presidente, Ignacio, se ha dado cuenta ahora de lo que se le viene encima. Eso no quita que, en principio, lo que les pide el cuerpo es hacerles pagar caro a Juan Luis Cebrián su traición’.

Por otra parte, hay que saber lo que piensa de esto la familia Botín, especialmente Jaime, accionista y hombre clave del Grupo Polanco. Y siempre cabe la solución intermedia: que Slim entre como minoritario en Sogecable y luego ya veremos. El caso es que ‘Janli’ quiere cambiar a Polanco por Slim. Se siente más seguro. Ahora bien, a quien no le gusta nada esta opción es a Carlos Slim, que siempre se ha quejado de que en España se le niega el pan y la sal. Realmente, lo que se compraría Slim de muy buena gana sería la Telefónica de César Alierta, pero claro, Telefónica vale algo más. Para ser exactos: 93.850 millones de euros.

A río revuelto, ganancia de pescadores...:cool:
 
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