Miss Marple
Más allá de la burbuja
Alemania lleva seis décadas sosteniendo la construcción de una Europa que Francia, con un poder derivado más de las posiciones respectivas como perdedor y ganador de la IIGM, ha dirigido principalmente hacia el mantenimiento de su sector agrícola y el sostén anti-competitivo de sus grandes empresas ("campeones nacionales"). El tratado de Maastricht y el compromiso de la moneda única fueron la forma de conjurar los inevitables miedos causados por la reunificación alemana. Alemania, a cambio de la reunificación, ponía a disposición del resto de la UE su activo más preciado: el Marco. Para ello hacía falta que el BCE se convirtiera en heredero del Bundesbank. Muchas voces se alzaron en su momento criticando el absurdo de una unión monetaria sin unión fiscal. Vale la pena recordar las declaraciones al respecto de Romano Prodi:
El fracaso del Euro tal y como fue concebido se reflejó muy pronto en la divergencia (en vez de la deseada convergencia) entre las distintas economías. Las burbujas en Irlanda y España eran inevitables en un entorno de tipos de interés reales negativos y falta de política fiscal común (la poca coordinación que había recibió un golpe fatal con la decisión de simultánea de Chirac y Schroeder en 2003 de pasarse por el Arc de Triomphe - o la puerta de Brandenburgo- el pacto de estabilidad y crecimiento).
Recientemente asistí a una conferencia en la que Joschka Fischer, ministro de exteriores alemán del gobierno de Schroeder, recordó como en 2003 Aznar se ofreció a dar lecciones a Schroeder sobre como contener el déficit público. La respuesta de Schroeder, según Fischer, fue que si España devolviese a Alemania todo el dinero que había recibido en ayudas europeas, Alemania no tendría problemas con el déficit. Me parece una anécdota muy instructiva sobre las actitudes culturales y las desconfianzas entre países, tanto por la chulería de nuevo rico tan española de Aznar como la incapacidad tan alemana de Schroeder de aceptar ningún reproche, ni en broma, de países a los que consideran inferiores por aceptar las ayudas alemanas.
Alemania ha pagado durante mucho tiempo, y ahora quiere cobrar. Quiere una Zona Euro a su imagen y semejanza. Está dispuesta a compartir el músculo financiero del BCE (que controla, a través del Bundesbank), solo si el BCE o instituciones similares controlan la política fiscal de cada país. Esto parece de sentido común después de ver el uso del dinero público que se ha hecho en Grecia o España. Pero es muy delicado, como demuestran los continuos arranques de Mariguano defendiendo la soberanía e independencia de España en materia fiscal (y eso en España, uno de los países más europeístas, donde la constitución europeo se aprobó con casi el 77% de los votos). La oferta alemana es clara: primero se cede la soberanía fiscal, y entonces se puede hablar de eurobonos. No se puede hacer al revés porque no funcionaría, como se ha demostrado en la década perdida desde que se aprobó la agenda de Lisboa. Recomiendo leer detenidamente la entrevista que el presidente del Bundesbank concedió hace un par de días a una serie de periódicos de países periféricos para entender mejor la postura alemana (“Las condiciones del rescate a España deben ser amplias†| Economía | EL PAÍS).
La partida es con Francia. La próxima mano se juega en la cumbre europea de finales de Junio. Francia con Sarkozy era nominalmente el aliado de Alemania en imponer austeridad a los periféricos. A algunos se nos ocurrió hace tiempo que cuando el sacrifico de soberanía fiscal se impondría gradualmente a través de sacrificios voluntarios o rescates a los insumisos, y que Alemania dejaría a Francia para el final. Pero la elección de Hollande y su amago de aliarse con los periféricos para exigir impresora para todos ha puesto las cartas sobre el tapete. Merkel ya no ahorra advertencias:
España, como el resto de países intervenidos (sea a través de rescate o no-rescate) está fuera de juego. Italia tiene más posibilidades de que no se la someta a rescate (para ella si intervendría el BCE) ; este trato de favor vendrá en parte por su condición de socio fundador de la UE, porque el problema de sus deuda se puede considerar herencia histórica y el estado de sus cuentas públicas no es malo (tienen déficit primario casi cero), y por la importancia de su norte industrial; pero siempre condicionado a que Monti continúe reformando la economía y muestre una actitud positiva y de cooperación.
Alemania no va a aceptar ultimatums, porque prefiere perder lo que sea que estar en una unión en la que garantiza la deuda sin controlar como se gasta (unión que en cualquier caso implosionaría inevitablemente en un par de años). Eso es algo que todo el mundo debería tener claro antes de echar faroles. La triple AAA es suya y solo la compartirá si se juega con sus reglas: unión política, con la soberanía fiscal fuera de las manos de los parlamentos y gobiernos nacionales, aprobada por tratado y modificando las constituciones nacionales.
Pero como siempre he dicho mi opinión es que la unión va a implosionar en cualquier caso porque las heridas que este proceso está causando al proyecto europeo como idea ilusionante por la cual griegos, franceses, españoles, alemanes… estaban dispuestos a sacrificar parte de su cultura y soberanía son incurables, por lo cual acabaremos, antes o después, como el rosario de la aurora.
Hay otros temas de interés, como la relación de la nueva unión fortalecida con GB y otros países en la UE pero fuera del euro, y los precisos mecanismos para tratar con los países rescatados (o no-rescatados) y las pruebas y tribulaciones que tendrán que pasar antes de que se les juzgue redimidos y dignos de participar del elíseo eurobonil; pero como tocho ya me he pasado varios pueblos.
The flowers that launched the euro | euronews, world news“Well, the difficult moments were predictable. When we created the euro, my objection, as an economist (and I talked about it with Kohl and with all the heads of government) was: how can we have a common currency without shared financial, economical and political pillars? The wise answer was: for the moment we’ve made this leap forward. The rest will amow."
El fracaso del Euro tal y como fue concebido se reflejó muy pronto en la divergencia (en vez de la deseada convergencia) entre las distintas economías. Las burbujas en Irlanda y España eran inevitables en un entorno de tipos de interés reales negativos y falta de política fiscal común (la poca coordinación que había recibió un golpe fatal con la decisión de simultánea de Chirac y Schroeder en 2003 de pasarse por el Arc de Triomphe - o la puerta de Brandenburgo- el pacto de estabilidad y crecimiento).
Recientemente asistí a una conferencia en la que Joschka Fischer, ministro de exteriores alemán del gobierno de Schroeder, recordó como en 2003 Aznar se ofreció a dar lecciones a Schroeder sobre como contener el déficit público. La respuesta de Schroeder, según Fischer, fue que si España devolviese a Alemania todo el dinero que había recibido en ayudas europeas, Alemania no tendría problemas con el déficit. Me parece una anécdota muy instructiva sobre las actitudes culturales y las desconfianzas entre países, tanto por la chulería de nuevo rico tan española de Aznar como la incapacidad tan alemana de Schroeder de aceptar ningún reproche, ni en broma, de países a los que consideran inferiores por aceptar las ayudas alemanas.
Alemania ha pagado durante mucho tiempo, y ahora quiere cobrar. Quiere una Zona Euro a su imagen y semejanza. Está dispuesta a compartir el músculo financiero del BCE (que controla, a través del Bundesbank), solo si el BCE o instituciones similares controlan la política fiscal de cada país. Esto parece de sentido común después de ver el uso del dinero público que se ha hecho en Grecia o España. Pero es muy delicado, como demuestran los continuos arranques de Mariguano defendiendo la soberanía e independencia de España en materia fiscal (y eso en España, uno de los países más europeístas, donde la constitución europeo se aprobó con casi el 77% de los votos). La oferta alemana es clara: primero se cede la soberanía fiscal, y entonces se puede hablar de eurobonos. No se puede hacer al revés porque no funcionaría, como se ha demostrado en la década perdida desde que se aprobó la agenda de Lisboa. Recomiendo leer detenidamente la entrevista que el presidente del Bundesbank concedió hace un par de días a una serie de periódicos de países periféricos para entender mejor la postura alemana (“Las condiciones del rescate a España deben ser amplias†| Economía | EL PAÍS).
La partida es con Francia. La próxima mano se juega en la cumbre europea de finales de Junio. Francia con Sarkozy era nominalmente el aliado de Alemania en imponer austeridad a los periféricos. A algunos se nos ocurrió hace tiempo que cuando el sacrifico de soberanía fiscal se impondría gradualmente a través de sacrificios voluntarios o rescates a los insumisos, y que Alemania dejaría a Francia para el final. Pero la elección de Hollande y su amago de aliarse con los periféricos para exigir impresora para todos ha puesto las cartas sobre el tapete. Merkel ya no ahorra advertencias:
Debt crisis: tensions mount as Angela Merkel attacks French economy - TelegraphShe hit out at Mr Hollande for blocking EU supervision of national spending and supporting eurobonds, which she warned would "mask" divergences between Germany and "mediocre" or declining eurozone economies, such as that of France.
"If you look at the development of unit labour costs between Germany and France, differences have now been growing a lot more strongly, a topic that must be discussed," Mrs Merkel said.
España, como el resto de países intervenidos (sea a través de rescate o no-rescate) está fuera de juego. Italia tiene más posibilidades de que no se la someta a rescate (para ella si intervendría el BCE) ; este trato de favor vendrá en parte por su condición de socio fundador de la UE, porque el problema de sus deuda se puede considerar herencia histórica y el estado de sus cuentas públicas no es malo (tienen déficit primario casi cero), y por la importancia de su norte industrial; pero siempre condicionado a que Monti continúe reformando la economía y muestre una actitud positiva y de cooperación.
Alemania no va a aceptar ultimatums, porque prefiere perder lo que sea que estar en una unión en la que garantiza la deuda sin controlar como se gasta (unión que en cualquier caso implosionaría inevitablemente en un par de años). Eso es algo que todo el mundo debería tener claro antes de echar faroles. La triple AAA es suya y solo la compartirá si se juega con sus reglas: unión política, con la soberanía fiscal fuera de las manos de los parlamentos y gobiernos nacionales, aprobada por tratado y modificando las constituciones nacionales.
Pero como siempre he dicho mi opinión es que la unión va a implosionar en cualquier caso porque las heridas que este proceso está causando al proyecto europeo como idea ilusionante por la cual griegos, franceses, españoles, alemanes… estaban dispuestos a sacrificar parte de su cultura y soberanía son incurables, por lo cual acabaremos, antes o después, como el rosario de la aurora.
Hay otros temas de interés, como la relación de la nueva unión fortalecida con GB y otros países en la UE pero fuera del euro, y los precisos mecanismos para tratar con los países rescatados (o no-rescatados) y las pruebas y tribulaciones que tendrán que pasar antes de que se les juzgue redimidos y dignos de participar del elíseo eurobonil; pero como tocho ya me he pasado varios pueblos.