Lamento no ser creyente. Siempre he dicho que me encantaría creer en el más allá, y en todo lo que describe la Biblia, y en Dios. Digo que lo lamento, porque si creyera con firmeza en la existencia de lo que podríamos llamar "el mundo del Más Allá" no dudaría un segundo en ponerme al servicio del malo. Desgraciadamente, no creo en él más de lo que creo en Dios, pero si existiera... lo considero un libertador, un rebelde. Alguien que se opuso a la dictadura establecida y que pagó por ello un precio. Por supuesto, la historia la escriben los vencedores...
A Dios, siempre lo he imaginado como este señor, co-protagonista de "El show de Truman"
Un señor obsesionado, celoso y paranoico, capaz de dar de baja de la suscripción de la vida fanáticamente lo que supuestamente más ama, porque su creación ha decidido abandonar su guandoca y le ha superado. El Dios descrito por la Biblia es así, aunque en el NT viniera Jesucristo como community manager a lavar la imagen del Dios del AT.
Como digo, no creo en nada de todo esto. Las personas que se encargaron de educarme en la fe católica se encargaron también de que comprendiera la inexistencia de Dios. Gracias a ellos detesto el "tú no lo puedes entender, así que no preguntes", él "es así porque lo digo yo", y todas esas cosas que la religión promueve para que los ricos le puedan seguir comiendo las tripas a los pobres.
Ojalá creyera. Desgraciadamente muchas experiencias me han enseñado que a los dioses los crean los hombres para controlar a la masa, y soy incapaz, pero ojalá. Para mí todo tendría sentido, y por mis principios y convicciones, preferiría una eternidad en el infierno que un solo segundo en la guandoca.