SrPurpuron
Gñé
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Es un fenómeno histórico que afecta a las antiguas metrópolis que terminan llenándose de ex ciudadanos de las colonias.
Después de llorar en los años 50 y clamar por la independencia, las ex colonias confirmaron lo que se llevaba diciendo desde las capitales, que las colonias, son colonias y no albergan historia ni desarrollo propios. Solo se puede hablar de éxito postcolonial en EEUU y eso porque en lugar de quedarse llorando, hicieron lo mismo que sus colonos: adueñarse por la fuerza y mediante engaños de territorios para no tener que volver a las capitales con el regazo entre las piernas. Lo tenían muy claro y no fue una rabieta.
En el caso español resulta incluso patético. Hemos comprado el discurso victimista de las colonias, aún incluso después de haber estado en ellas trabajando y levantandolas. En Reino Unido han desarrollado un racismo disimulado que les ha llevado a tener un alcalde de Londres de la religión del amor y un primer ministro indio, mientras que aquí se ha asumido la culpabilidad y el autofustigamiento aunque afortunadamente no hemos llegado tan lejos.
Pero la latinitizacion de España ha sido lo peor que le ha pasado al país y nos ha revelado que teníamos al enemigo en casa: traidores que compadrean con otros traidores y han asimilado sus pésimas costumbres. Los latinitos llevan la pobreza con ellos porque no saben pensar. No quieren progresar en la vida porque es más fácil llorar y culpar a los demás de tu propia pobreza, además de tener los vicios más mamarrachos y pusilánimes, como el alcoholismo, que solo tiene explicación por la horrible música que tienen que escuchar y unas manifestaciones culturales muy pobres, como las de cualquier otra colonia.
La derecha de este país ha creído con pasmosa habilidad que los latinitos trabajan más por menos, cuando no es así y nunca ha sido así. Lo que más le ha gustado a la derecha patria de esta inmi gración es que no se quejan y le ríen las gracias al jefe, pero solo es una estrategia para avanzar en su decadencia y corrupción, se hacen los simpáticos para que no les manden mucho trabajo.
Como no podía ser de otra manera, en su pobre concepción de la vida y el trabajo no obtienen lo que esperan, que es tirando muy por debajo del mínimo esfuerzo, para sus chelas y sus cauamas. Y lo que es peor, esas mañas han sido asimiladas por el proletarismo patrio, creyendo erróneamente que funciona. Pero como todavía queda alguien que piensa en este sitio poco agradable, cuando se dan cuenta se arrancan en un llantolastimero, culpando al resto, como hacen sus compas de no saber dirigir sus propias vidas con éxito.
Después de llorar en los años 50 y clamar por la independencia, las ex colonias confirmaron lo que se llevaba diciendo desde las capitales, que las colonias, son colonias y no albergan historia ni desarrollo propios. Solo se puede hablar de éxito postcolonial en EEUU y eso porque en lugar de quedarse llorando, hicieron lo mismo que sus colonos: adueñarse por la fuerza y mediante engaños de territorios para no tener que volver a las capitales con el regazo entre las piernas. Lo tenían muy claro y no fue una rabieta.
En el caso español resulta incluso patético. Hemos comprado el discurso victimista de las colonias, aún incluso después de haber estado en ellas trabajando y levantandolas. En Reino Unido han desarrollado un racismo disimulado que les ha llevado a tener un alcalde de Londres de la religión del amor y un primer ministro indio, mientras que aquí se ha asumido la culpabilidad y el autofustigamiento aunque afortunadamente no hemos llegado tan lejos.
Pero la latinitizacion de España ha sido lo peor que le ha pasado al país y nos ha revelado que teníamos al enemigo en casa: traidores que compadrean con otros traidores y han asimilado sus pésimas costumbres. Los latinitos llevan la pobreza con ellos porque no saben pensar. No quieren progresar en la vida porque es más fácil llorar y culpar a los demás de tu propia pobreza, además de tener los vicios más mamarrachos y pusilánimes, como el alcoholismo, que solo tiene explicación por la horrible música que tienen que escuchar y unas manifestaciones culturales muy pobres, como las de cualquier otra colonia.
La derecha de este país ha creído con pasmosa habilidad que los latinitos trabajan más por menos, cuando no es así y nunca ha sido así. Lo que más le ha gustado a la derecha patria de esta inmi gración es que no se quejan y le ríen las gracias al jefe, pero solo es una estrategia para avanzar en su decadencia y corrupción, se hacen los simpáticos para que no les manden mucho trabajo.
Como no podía ser de otra manera, en su pobre concepción de la vida y el trabajo no obtienen lo que esperan, que es tirando muy por debajo del mínimo esfuerzo, para sus chelas y sus cauamas. Y lo que es peor, esas mañas han sido asimiladas por el proletarismo patrio, creyendo erróneamente que funciona. Pero como todavía queda alguien que piensa en este sitio poco agradable, cuando se dan cuenta se arrancan en un llantolastimero, culpando al resto, como hacen sus compas de no saber dirigir sus propias vidas con éxito.
