Yo siempre he pensado que el problema del separatismo es que nunca se han llevado su parte correspondiente en cuanto a sufrimiento u horror, por tanto les resulta practicamente imposible identificarse con el sufrimiento ajeno.
Me explico. En la guerra civil funcionaba el ojo por ojo, si cualquier rojo perversos cometía un crimen luego se lo devolvían con creces. Muchos tuvieron que salir por patas siempre conscientes de que todos sus asesinatos, todos sus latrocinios y crímenes no serían perdonados, que incluso otros pagarían por ellos.
En cambio a toda esta peña les ha salido gratis. No hay pueblos del Goyerri arrasados hasta los cimientos, no hay represalias violentas por cada uno de los crímenes de la ETA. A los separatas catalanes, no los persiguen, son ellos los que señalan, marginan, acosan y persiguen. Por tanto no existe el sufrimiento asociado a sus felonías. No hay nada pues de lo que arrepentirse.
Y como la izquierda psicopática funciona así, solo respeta lo que teme, pues se pueden soltar en la sangre y el sufrimiento de las victimas de en frente que no pasa nada.
Si cada uno de los criminales etarras o catalanes hubiese pagado con la sangre de su familia, de toda ella, con miles o cientos de miles de victimas inocentes, como ocurre EN UNA GUERRA DE VERDAD, el precio de sus desahogos, ahora estarían llamando a la paz, la concordia y el respeto al adversario.
Es el gran error de la derecha. Pensar que esta gente funciona de otra forma. Si la tipeja esta se hubiese pasado media vida, aún a día de hoy, temiendo que un grupo de ultraderecha la volase dentro de su coche, a ella o su familia, tened por seguro que comprendería perfectamente el sufrimiento ajeno.
Y no hay más misterio. Así son y así se comportan. Y por cierto los jovenlandeses no son muy distintos en ese aspecto.