Sylar
Madmaxista
Cuando hablo de la generación de los pre-parados, los ninis, generación Y o lo que se le quiera llamar me refiero a aquellos entre 20 y 35 años. A esta generación le ha tocado sufrir muchos cambios sociales y como consecuencia están muy desorientados. Muchos aún arrastran el peso de expectativas tradicionales (trabajo, pareja, casa, familia), y se sienten frustrados al ver que los cambios traídos por la implantación gradual del cuencoarrocismo en España les impiden realizar su "proyecto vital" (dios, como repruebo esa cursilada).
Hay gente que con ayuda paterna y/o gran esfuerzo ha conseguido el sueño de una hipoteca vitalicia y emparejarse. Los niños están al cuidado de los abuelos, y la familia es frágil por la presión de la crisis y los incentivos perversos a la mujer para romper el matrimonio (la adjudicación casi automática de la vivienda familiar a la mujer en caso de divorcio). Pero al menos han cumplido con el imperativo genetico de reproducirse, aún a costa de gran sacrificio personal (más sacrifica el macho de la mantis religiosa).
Pero hay muchos otros que no llegan. Les falla el trabajo: les han contado que vale la pena hacer becas, prácticas, trabajo voluntario: lo que sea con tal de meter el pie en la puerta, los principios son duros siempre, al principio duele pero luego mejorarás... y se encuentran que no, que no hay nada mejor más allá, solo más de lo mismo. La salida de las oposiciones se ha cerrado de un portazo con la crisis, mientras comienza el lento pero inexorable proceso de apretar los tornillos a los que ya entraron. Siempre queda la emigración, no? Esa es otra puerta que ya se ha cerrado. Quizá en Canada o Australia aún queda algún puesto de ingeniero o informático; en Alemania, Francia, UK o USA ya no caben más, para estupefacción de muchos que lo descubren tras un par de años de servir cafés o limpiar suelos.
No queda más que volverse a casa, con una beca por aquí, un contrato temporal por allá, un curso con paguita, algún Master... lo que sea para que los padres sigan pagando las facturas. Una vida de hez según los criterios tradicionales, pero que no tiene porque ser trágica si se acepta que hay que elegir entre esclavismo y parasitismo. El camino de la felicidad puede pasar por la renuncia a tener descendencia y casa en propiedad, y abrazar la simplicidad de espíritu y el vivir la vida día a día. Ya se heredará algo algún día, y para qué tener hijos que serán esclavos trabajando por un cuenco de arroz en un mundo sin petróleo? En este foro de visionarios tenemos a AllSeeingEye, a quien saludo por su clarividencia. Pronto la elección se hará mucho más clara para mucha más gente.
Cuando una especie se extingue, otra ocupa su lugar. No faltan ni faltarán pagapensiones dispuestos a aceptar las condiciones que sean. Cuando veo a gente que fomentó activamente la burbuja y todo el carnaval grotesco y macabro que ha sido España en los últimos 20 años echando espumarajos al hablar de latinoamericanos y jovenlandeses, me alegra pensar que en treinta años la mitad de la juventud será hijos de pagapensiones, compitiendo codo con codo por su cuenco de arroz con los hijos de los pepitos. Hay gente a quien esa idea le molesta; a mí, sinceramente, me da igual. Buena suerte con el solar. Quizá sea más digno extinguirse con estilo que explotar para criar más esclavos.
Hay gente que con ayuda paterna y/o gran esfuerzo ha conseguido el sueño de una hipoteca vitalicia y emparejarse. Los niños están al cuidado de los abuelos, y la familia es frágil por la presión de la crisis y los incentivos perversos a la mujer para romper el matrimonio (la adjudicación casi automática de la vivienda familiar a la mujer en caso de divorcio). Pero al menos han cumplido con el imperativo genetico de reproducirse, aún a costa de gran sacrificio personal (más sacrifica el macho de la mantis religiosa).
Pero hay muchos otros que no llegan. Les falla el trabajo: les han contado que vale la pena hacer becas, prácticas, trabajo voluntario: lo que sea con tal de meter el pie en la puerta, los principios son duros siempre, al principio duele pero luego mejorarás... y se encuentran que no, que no hay nada mejor más allá, solo más de lo mismo. La salida de las oposiciones se ha cerrado de un portazo con la crisis, mientras comienza el lento pero inexorable proceso de apretar los tornillos a los que ya entraron. Siempre queda la emigración, no? Esa es otra puerta que ya se ha cerrado. Quizá en Canada o Australia aún queda algún puesto de ingeniero o informático; en Alemania, Francia, UK o USA ya no caben más, para estupefacción de muchos que lo descubren tras un par de años de servir cafés o limpiar suelos.
No queda más que volverse a casa, con una beca por aquí, un contrato temporal por allá, un curso con paguita, algún Master... lo que sea para que los padres sigan pagando las facturas. Una vida de hez según los criterios tradicionales, pero que no tiene porque ser trágica si se acepta que hay que elegir entre esclavismo y parasitismo. El camino de la felicidad puede pasar por la renuncia a tener descendencia y casa en propiedad, y abrazar la simplicidad de espíritu y el vivir la vida día a día. Ya se heredará algo algún día, y para qué tener hijos que serán esclavos trabajando por un cuenco de arroz en un mundo sin petróleo? En este foro de visionarios tenemos a AllSeeingEye, a quien saludo por su clarividencia. Pronto la elección se hará mucho más clara para mucha más gente.
Cuando una especie se extingue, otra ocupa su lugar. No faltan ni faltarán pagapensiones dispuestos a aceptar las condiciones que sean. Cuando veo a gente que fomentó activamente la burbuja y todo el carnaval grotesco y macabro que ha sido España en los últimos 20 años echando espumarajos al hablar de latinoamericanos y jovenlandeses, me alegra pensar que en treinta años la mitad de la juventud será hijos de pagapensiones, compitiendo codo con codo por su cuenco de arroz con los hijos de los pepitos. Hay gente a quien esa idea le molesta; a mí, sinceramente, me da igual. Buena suerte con el solar. Quizá sea más digno extinguirse con estilo que explotar para criar más esclavos.
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