Pobrecillo...es normal su indignación. Al menos este franquista reconvertido en la nueva voz del régimen socialista sabía muy bien quien era su amo. Desde el "Gramma" que controlaba a su antojo no tuvo reparos en ser el corifeo de los que dinamitaron el incipiente estado de derecho que pretendía la transición, aplaudiendo la ley orgánica del poder judicial, la intervención fraudulenta de Banesto que le dió a los Chuetas el poder omnímodo sobre la banca española. Tampoco se arredó a la hora de zaherir mortalmente a quienes denunciaron el expolio del fondo de garantía de depósitos y los delitos y falsedades con dinero neցro de las cesiones de crédito del Santander, por la que se pedían cientos de años de guandoca para su amo y señor.
Tampoco dudó un ápice en servir a su otro señor, el finado judío Jesús de Polanco, colocando en el punto de mira al Juez Gómez de Liaño hasta conseguir apartarlo de la carrera judicial por osar entrometerse en los manejos del amo con las fianzas del canal plus y otros mamoneos.
Y es normal que se indigne con el oligofrénico que han puesto al frente de un gobierno, nada menos que el de España. Sabido es que la masonería y el lobby lgtb no deben perder el norte y saber bien a quien sirven y quienes les han puesto ahí. Pero a veces ocurre que estos simples útiles se muestran renuentes a la felonía y a la felación para la que han sido dispuestos, llegando incluso a creerse su propio papel fuera de la obra de teatro en la peligrosa inconsciencia autista de que ellos detentan el poder.
Que a nadie le quepa la menor duda de que si alguien apartará a este grupo de badulaques del gobierno, ése no será el partido popular.