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Retrato al sector financiero español: enladrillado ::, sobredimensionado y con poca liquidez
José Ignacio Goirigolzarri se atreve a hablar claro sobre el sector financiero español. Mucho más que cuando ejercía como consejero delegado de BBVA. Ayer mismo, en su intervención magistral en las jornadas de AECOC, el evento corporativo de la industria del gran consumo española, el financiero vasco diseccionó la situación actual de bancos y cajas de ahorro españoles. Se hizo entender de manera directa y didáctica, resumiendo en
tres los principales problemas: sector sobredimensionado, demasiado expuesto al ladrillo y con necesidades de liquidez.
Su discurso ante los principales empresarios y ejecutivos del sector de la distribución no incluyó ninguna revelación, pero radiografió de manera precisa la situación que a traviesa el sector financiero español. En un escenario de crisis como el actual, se ha demostrado que existe demasiada capacidad instalada,
“sobra entre el 20-30% de la sucursales y, por lo tanto, de las plantillas”, con la particularidad de una sobre exposición al negocio inmobiliario, que al cierre de 2009 hacía que el crédito vinculado al ladrillo representara el 40% del PIB.
Además, Goiri recordó que
el problema de liquidez sigue pendiente, como demuestran las cantidades apeladas al BCE, donde las entidades españolas acaparan el doble de lo que les correspondería por su tamaño. Aun así, el ex consejero delegado del BBVA salvó de la quema al sector financiero español, que “goza de buena salud”, pues a penas ha tenido que ser ayudado por el dinero público, “las ayudas del FROB no pueden considerarse subvenciones”, y ha demostrado un comportamiento de extraordinaria transparencia con las pruebas de estrés.
Con los pros y los contras sobre la mesa, el financiero vasco apuntó a
2011 como un año mucho más exigente que el actual, al coincidir en el tiempo tres factores: el fin de las provisiones genéricas, la reducción de los márgenes y el inicio de un nuevo proceso de fusiones. Sobre este último punto, el ex beveube subrayó que
estas integraciones no resuelven los problemas de capital, al contrario, consumen recursos si de verdad se quieren realizar sinergias. Además, estos procesos deben implementarse con rapidez ante los conflictos de personal que provocan.
Entre los consejos ofrecidos, Goirigolzarri apuntó a una mayor rigurosidad en las provisiones y en el seguimiento de los procesos de fusión. También hizo hincapié en recomendar a los consejos de administración, en alusión a las cajas de ahorro, que sean conscientes de la necesidad de celeridad en la reordenación del sector, en el que no debe haber lugar para las injerencias políticas. En cualquier caso, con un poso optimista, reconoció que la situación actual es mejor que la existente en 2008, aunque aventuró tensiones para los próximos tres años.
Nada volverá a ser como antes
Ante el perfil de los asistentes en el auditorio, el antiguo número dos del BBVA explicó que nada volverá as ser como antes. Simplemente, porque el mundo previo a la crisis en el que vivíamos no era normal y a partir de ahora sucederá una época de mayor aversión al riesgo: los niveles de apalancamiento pasados ya no se toleraran y habrá mayores diferenciales en los créditos. ¨Hay que ver el futuro bajo estos nuevos parámetros y encajar el rumbo de las empresas a ese contexto de menor volumen de crédito y reducción de los niveles de endeudamiento¨.
Teniendo en cuenta que “la liquidez esta en funcion de la confianza que tiene el mercado en las entidades”,
Goirigolzarrí se mostró contrariado por las reticencias de los bancos europeos a aflorar sus perdidas y a realizar ampliaciones de capital, como si han hecho en EEUU, donde además han sido más transparentes con sus pruebas de estrés. Dos modelos diferentes a la hora de abordar un problema:
el duro, en el que se declaran cuanto antes las pérdidas para encontrar el valor real; y el blando, con provisiones por exigentes que sólo busca ganar tiempo.
Dependiendo del modelo, el coste del saneamiento es distinto. En el primer escenario son los accionistas y acreedores quienes asumen la purga, mientras que en el segundo suelen ser los ciudadanos, p
or las ayudas y la falta de financiación, quienes terminan más perjudicados. En su opinión, la sensación de falta de rigor que han transmitido los reguladores de la Unión Europea ha supuesto un inconveniente y recomienda una mayor transparencia y rigor en las provisiones, a pesar de que esto suponga sacrificar el futuro de algunas entidades.