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Don Pelayo
Guest
La alberca del jovenlandés
Por Carlos Herrera
Un grupo -ignoro si muy nutrido- de fieles a la religión del amor residentes en comarcas
leridanas como Segarra o Urgell y, al parecer, tambien en la propia
capital, se han dirigido a sus respectivos ayuntamientos para exigir
que las piscinas municipales segreguen debidamente a los hombres y a
las mujeres o para que, al menos, exista un horario especial mediante
el cual las mujeres musulmanas, las suyas, puedan bañarse al abrigo de
miradas de hombre alguno, fieles a la religión del amor o no.
Inmediatamente algunos malpensados han comenzado a elucubrar lo que
ocurriría si algún día un de la religión del amor obtuviera una alcaldía en las
comarcas del Segre: a no ser que lo impidieran determinados resortes
legales, nos tendríamos que tragar dobladas sus pretensiones. ¿Es ese
un escenario posible? Gran pregunta sin respuesta clara y
determinante.
A tenor de la alianza de civilizaciones, por lo visto, tenemos que
tejer con elementos de este jaez, valdría aventurar que el
envalentonamiento y descaro con el que plantean reivindicaciones, que
ni por asomo contemplarían a la inversa en sus lugares de origen,
viene consentido de largo por la actitud tolerante de muchos
partidarios del multiculturalismo.
Efectivamente, desde la descerebrada y anacrónica exigencia de estos
colectivos de fieles a la religión del amor, ninguno de los severos líderes sociales que
tanto velan por laicismos militantes y otras muestras de
anticatolicismo, ninguno, ha abierto su boquita de piñón.
Supuse desde mi ignorancia definitiva, que un alud de asociaciones
feministas saltarían de sus asientos de milimétricas observadoras del
match diario que juegan hombres y mujeres en la sociedad para
ensordecernos a todos con su protesta firme y tajante.
Pues menudo chasco. Ni una. Pero es que ni una. Ninguna de estas
valerosas gudaris de la igualdad ha mostrado su solidaridad con las
mujeres musulmanas que tienen que bañarse con hábito y a las que
pretenden encerrar en una alberca solitaria para que remojen sus
carnes al atardecer.
Son culturas con tinte atávico que irán transformándose a medida que
convivan con la realidad de occidente, piensan. O deben pensar.
¡ Y una cosa ! Más tiempo llevan en Francia y la imposición del velo
sigue sin resolverse a pesar de la determinación inapelable del Estado
francés.
Cuando los colectivos fieles a la religión del amor exigen que, por ejemplo, no se les
pueda practicar cacheos corporales, que se retoquen leyes del ruido
para poder expandir el llamamiento a la oración en barrios enteros,
que se creen tribunales especiales y voluntarios para juzgarles según
la arcaica Shariah de la que tenemos alguna noticia ya o crear un
criterio ‘Rushdie’ de la justicia y poder actuar enérgicamente contra
los que critican el islam –por ejemplo, este artículo–, están
soliviantando la progresión hacia la justicia y la igualdad que
emprendió occidente cientos de años atrás.
====================================================
Los Abusos del Islám
http://lainvasion.blogspot.com/
......Conquistaremos Europa con los vientres de nuestras mujeres.(Osama
Ben Laden)
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Por Carlos Herrera
Un grupo -ignoro si muy nutrido- de fieles a la religión del amor residentes en comarcas
leridanas como Segarra o Urgell y, al parecer, tambien en la propia
capital, se han dirigido a sus respectivos ayuntamientos para exigir
que las piscinas municipales segreguen debidamente a los hombres y a
las mujeres o para que, al menos, exista un horario especial mediante
el cual las mujeres musulmanas, las suyas, puedan bañarse al abrigo de
miradas de hombre alguno, fieles a la religión del amor o no.
Inmediatamente algunos malpensados han comenzado a elucubrar lo que
ocurriría si algún día un de la religión del amor obtuviera una alcaldía en las
comarcas del Segre: a no ser que lo impidieran determinados resortes
legales, nos tendríamos que tragar dobladas sus pretensiones. ¿Es ese
un escenario posible? Gran pregunta sin respuesta clara y
determinante.
A tenor de la alianza de civilizaciones, por lo visto, tenemos que
tejer con elementos de este jaez, valdría aventurar que el
envalentonamiento y descaro con el que plantean reivindicaciones, que
ni por asomo contemplarían a la inversa en sus lugares de origen,
viene consentido de largo por la actitud tolerante de muchos
partidarios del multiculturalismo.
Efectivamente, desde la descerebrada y anacrónica exigencia de estos
colectivos de fieles a la religión del amor, ninguno de los severos líderes sociales que
tanto velan por laicismos militantes y otras muestras de
anticatolicismo, ninguno, ha abierto su boquita de piñón.
Supuse desde mi ignorancia definitiva, que un alud de asociaciones
feministas saltarían de sus asientos de milimétricas observadoras del
match diario que juegan hombres y mujeres en la sociedad para
ensordecernos a todos con su protesta firme y tajante.
Pues menudo chasco. Ni una. Pero es que ni una. Ninguna de estas
valerosas gudaris de la igualdad ha mostrado su solidaridad con las
mujeres musulmanas que tienen que bañarse con hábito y a las que
pretenden encerrar en una alberca solitaria para que remojen sus
carnes al atardecer.
Son culturas con tinte atávico que irán transformándose a medida que
convivan con la realidad de occidente, piensan. O deben pensar.
¡ Y una cosa ! Más tiempo llevan en Francia y la imposición del velo
sigue sin resolverse a pesar de la determinación inapelable del Estado
francés.
Cuando los colectivos fieles a la religión del amor exigen que, por ejemplo, no se les
pueda practicar cacheos corporales, que se retoquen leyes del ruido
para poder expandir el llamamiento a la oración en barrios enteros,
que se creen tribunales especiales y voluntarios para juzgarles según
la arcaica Shariah de la que tenemos alguna noticia ya o crear un
criterio ‘Rushdie’ de la justicia y poder actuar enérgicamente contra
los que critican el islam –por ejemplo, este artículo–, están
soliviantando la progresión hacia la justicia y la igualdad que
emprendió occidente cientos de años atrás.
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Los Abusos del Islám
http://lainvasion.blogspot.com/
......Conquistaremos Europa con los vientres de nuestras mujeres.(Osama
Ben Laden)
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