Jugando a la ruleta rusa

El problema llega cuando las hipotecas con un precio inflado de más por el "crédito para todos" se pueden convertir en liquidez al segundo de concederlas a cambio de una rentabilidad que, en caso de fallar el negocio subyacente (devaluarse la garantía un 45% mínimo porque la burbuja explotó), está garantizada por el estado español o europeo (inyectando provisiones por el valor de la depreciación).

Porque eso significa que la técnica de titulización, que no es más que un adelanto con descuento de un título de deuda, en un mercado burbujeado, niega la realidad material, que es la de que si no hay pepitos para pagar la hipoteca aquéllas rentabiliades prometidas no pueden ser satisfechas por el acreedor porque nadie del banco (que hizo líquidas las hipotecas y prometió rentabilidades) responde si no hay dinero.

Además en esta ruleta rusa todos los actores de la cadena negocial menos el pepito juegan con casco antibalas. Ese casco es el de la responsabilidad limitada de la sociedades de capital (cuyo fin es incentivar la inversión). Tanto promueve la inversión que junto con su primo "el crédito fácil" provocan burbujas (excesos de inversión y especulación) dejando "pillados" a no inversores, en casos como estos.

No solo quedan pillados por jugar a la ruleta sin casco, si no que se opta por conceder créditos ilimitados y ¡comprar las garantías una vez ejecutadas! (porque no hay forma de convertirlas en liquido) a quienes tienen que pagar a los que les adelantaron el dinero vía títulización.

Quedan pillados porque la caida del empleo es equivalente a la caida del negocio dedicado a burbujear (inmensa en españa), por tanto, el crédito facil y la responsabilidad limitada no solo crean la burbuja y promueven la inversión sin apenas riesgos, respectivamente, si no que, además, hacen depender el tráfico económico de la concesión ilimitada deuda.

Tanto es así, que hoy, después de tsunamis y tsunamis de crédito, se sigue diciendo que lo que necesita la economía es "que fluya el crédito".


Curiosa paradoja: quien no compró para invertir y por esa razón carece del casco de la sociedades de capital, es quien no está protegido contra la caida de precios después de una burbuja, cuando ésta ha sido creada por quienes sí tienen el casco como incentivo para invertir (empresas y bancos)

No es lo mismo prestarle dinero al banco para que te de rentabilidad adelantándole el dinero por las cuotas hipotecarias que tiene que cobrar, que comprar un piso para vivir.

Es decir, unos asumen el riesgo de ir a jugar a la ruleta, pero a otros, los pepitos, se lo ponen como condición de su necesidad de vivir bajo un techo, con la única alternativa del alquiler (o compras o alquilas) y sin casco.

Conclusión: si se quiere especular con todos los sectores de la vida, pues concédase la responsabilidad limitada a todos, al menos hasta el precio que hoy se determine justo, es decir, el obtenido deduciendo el efecto de la burbuja de las deudas y que coincide con el % provisionado por el FROB en atención al posible impago de esos créditos.
 
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