Los narizones siguen tentando al jovenlandés de a pie.
Cuando empezaron a cambiar el modus operandi de lo que es un atentado normal ( tiroteos, bombas en coches, mochilas, etc.) por el asunto mucho más simple de cuchillazo y/o atropello, ya pudimos ver cómo quieren ponérselo fácil. Ya no hay que comprar nitrato amónico, AKs47 ni ir en procesión a la mina Conchita: usted, señor jovenlandés cabreado contra los infieles, puede tomar un cuchillo de su cocina o alquilar/robar un vehículo para dar de baja de la suscripción de la vida.
Ahora tenemos un paso más,, para los que no quieren dar la cara, para los que quieren mantener su taqiya y seguir sonriendo a los vecinos cuando se los crucen: meter veneno (valdría cualquier matarratas) en la comida de los infieles.
A ver si los jovenlandeses locos se animan y seguimos para bingo.
Veo burbuja de envenenados en 3, 2,...