Copio pego de la página 716-722, todavía me estoy descojonando desde ayer que lo leí:
McFolleteo
"Bienvenida a McFolleteo. Mi nombre es Salomón. ¿Que
desea?"
"Muy buenas. Póngame una ración de Big MaloteCiclado, con
tres meses de relaciones sensuales sin faldas y a lo loco. Póngale
un poco de autoestima. Y por favor no le ponga mala conciencia
ni consecuencias".
"Lo siento, pero no nos queda autoestima. ¿Quiere que le ponga
una porción de racionalización por tan sólo un Euro?"
"Ok, está bien. Que sea tamaño gigante por favor".
"Gracias. Pase por ventanilla para recoger su pedido".
Ahí tenemos a nuestra protagonista, caminando por esos
caminos del Señor, a su aire. Es joven, guapa, independiente y
tiene todo el tiempo del mundo. Recurre a McFolleteo cuando
tiene hambre. Hace lo mismo cuando está triste, alegre, sola,
acompañada, feliz, infeliz, emocionada, necesitada, asustada,
fuerte, débil, deprimida, de mal humor, alegre, eufórica, etc.
Toda o ninguna razón del mundo es buena porque ella está
siendo "fiel a sí misma". Cada dos o tres meses (esta suele ser la
media en la que suele acudir a su McFolleteo) pide lo mejor o
más emocionante de su menú (porque ella es muuuuy selectiva).
También se toma las Cocacolas, Sprites, o postres que vienen con
el menú, pero no come tanto como otras chicas, que no tienen
derecho a juzgarla.
Es joven y su metabolismo funciona a la perfección, por lo que
ahora es el momento de hacer caso a todo lo que le pida su
cuerpo sin consecuencias.
A la edad de 27, comienza a notar como esta dieta constante de
relaciones rápidas ya no le llena tanto como antes. Esos locales
de carteles fluorescentes con colores chillones, el servicio rápido
y presentación barata están bien para divertirse y pasar un buen
rato, pero ahora siente hambre de verdad, hambre de afecto
sano y empieza a mostrar signos de desnutrición emocional.
Tiene que haber algo más ahí afuera. Algo mejor, con más
sustancia.
Así que decide cambiar, se terminaron los novios de comida
rápida. Todo el mundo sabe que aquello fue una etapa de su vida
y no fue culpa suya, ya que es lo que te vende la sociedad,
nuestra cultura. Este tipo de locales se encuentran en cada
esquina, se anuncian en todas las televisiones, están idealizados
en los medios, y nadie le dijo lo malo que pueden llegar a ser
para la salud. Además todas las chicas están haciendo lo mismo,
así que ¿Cómo se podía esperar que ella hiciese otra cosa?
Ahora llegó el momento de probar un buen trozo de carne de
res, con vinito del bueno, y vive Dios que está convencida de que
se merece por lo menos un restaurante de cinco tenedores.
Así que esa noche se pega una buena ducha y se pone su mejor
perfume, esperando que el olor a fritanga de su larga década
frecuentando el McFolleteo no se note demasiado. Ella no sabe
cómo comportarse en un asador exclusivo pero no pasa nada, los
hombres siempre se lo han perdonado todo ya que ella es guapa
y lo vale.
Así que se viste sus mejores galas, y confiando en que puede
actuar como el tipo de mujer que ha estado toda su vida
cenando en restaurantes de lujo, se dirige hacia el que
probablemente es el mejor Asador de la ciudad. ¿Por qué no?
Ella lo vale y su amiga Michelle cenó allí la semana pasada (y eso
que Michelle no le llega a ella ni a la suela de los zapatos)
Con toda la confianza no merecida que puede jamás caber en
una persona y en un caso bastante patológico mezcla de
egocentrismo e inmadurez, se detiene en el parking del "Asador
Juan Pablo". Se da cuenta de que a la puerta del local hay una
cola bastante larga de gente que al parecer ya estaba allí con
bastante antelación. Ahí hay algo que no entiende.
La petulante de recepción le pregunta si tiene reserva. ¿Reserva?
¿Reserva de qué? ¿Cómo se atreve? Ella tiene una vagina y eso
ha sido más que suficiente hasta ahora, así que ¿Qué es lo que se
hace? Le responden que al parecer el Asador está completo y no
tiene mesas disponibles por lo menos durante unos cuantos
meses.
Ahora sí que la han puesto fuera de sus casillas. ¿Pero cómo
puede el Asador negarle una mesa? ¿Qué más da si ella ha
aparecido justo al horario de la cena (27 años en punto) y pidió la
mejor mesa? Ella se lo merece, se ha estado reservando
precisamente para este momento... Bueno, realmente no, pero
al menos siempre supo que el Asador estaba allí, aunque nunca
se hubiese tomado el tiempo para hacer una reserva. No es culpa
de ella.
Justo cuando se da media vuelta para marcharse, se da cuenta
de que tiene otro problema. Todavía tiene hambre. Así que
arranca y se acerca a otro McFolleteo, esta vez disgustada por
haber tenido que recurrir a eso. Pero ella ya ha cambiado, ya no
es la misma, así que decide probar algo diferente.
"Bienvenida a McFolleteo. Mi nombre es Salomón. ¿Que desea?"
"Uh, sí. Un Filet Mignon con salsa chimichurri por favor”.
"Er... Oiga aquí no tenemos de eso. Enséñeme las berzas”.
"Filete, por favor".
"Le puedo ofrecer tres meses de relaciones sensuales sin sentido
en el menú Big MaloteCiclado, y no ponerle mala conciencia ni
consecuencias si lo desea".
"Filete por favor".
"Oiga, ¿Quiere que le sirva a los tres meses de relaciones
sensuales sin sentido del Big MaloteCiclado o no?"
"Filete".
"Bueno venga. Pase por la ventanilla para recoger su menú y de
paso llévese un regalito para su hámster".
Nuestra protagonista continúa en este plan hasta que un buen
día cumple 30 años y se da cuenta finalmente de que nunca le
van a dar mesa en el Asador. Al final termina conformándose con
que un Hombrecillo Beta Carapadre la lleve cada noche a un
restaurante de comida china que está bastante bien de precio.
No es el Asador que se merece, pero es mucho mejor que el
fulastre de Salomón y su McFolleteo. Al menos el chino tiene
cubiertos de verdad.
Una noche se encuentra en internet con el post de un blog
titulado "Novios de comida rápida" y eso la altera bastante. Ella
no es así como la pintan, ella es diferente, especial y única. ¿Qué
derecho tiene el autor a pensar que la conoce o atreverse a
describir lo que ha pasado en su vida? Él no la conoce de nada,
no conoce su historia, no conoce su interior. No puede juzgar sus
acciones en base a lo que otras chicas han hecho simplemente
porque ella ha hecho lo mismo y terminó exactamente en la
misma situación. No puede decirle qué tipo de persona es, o
predecir su futuro. Ella es diferente a todas las demás. Ella es
fuerte, independiente y adulta.
Esa noche sale a la carretera, todavía bastante alterada por lo
que acaba de descubrir y decepcionada porque todavía no ha
conseguido lo que se merecía en la vida. Con su novio Carapadre
en casa preguntándose dónde diablos se ha metido, pasa por
delante del Asador que tiene las puertas cerradas. Cegada por la
ira e impulsada por la emoción, decide realizar un cambio brusco
en su vida. Esta vez es un cambio radical. Va a hacer las cosas
bien y a disfrutar de lo que se merece porque ella lo vale. Su
hámster de racionalización la ayuda a escoger el destino y la lleva
a un lugar donde nunca ha estado. Un lugar nuevo, paradisiaco,
justo lo que necesitaba. Esta vez está convencida de que allí
obtendrá lo que merece.
Y tiene toda la razón.
"Bienvenida a McFolleteo. Mi nombre es Salomón. ¿Que desea?"
"Filete, por favor".