Belisario
Himbersor
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Del tema de la ingeniería social se habla mucho en el foro pero esta vez quería enfocarlo desde el punto de vista estrictamente musical. Para aclarar conceptos, que si no a veces empiezan discusiones paralelas, decir que por ingeniería social me refiero a toda práctica política y cultural (consciente y deliberada aunque a veces inconsciente) destinada a transmitir unos determinados valores que se consideran como buenos y apropiados por parte de quienes detentan el poder político, económico, cultural o mediático.
La música es uno de los elementos centrales de la cultura en una sociedad desde tiempo inmemorial, pero con el auge de la sociedad de masas ha tenido un crecimiento exponencial, sobre todo con la explosión de los años sesenta en adelante y los efectos de la globalización. En torno a la música se ha creado un auténtico espacio de socialización y transmisión de mensajes (también de mercado) que muchas veces encuentra a un público permeable y totalmente predispuesto a asumir sus estereotipos y sus ideales, en gran medida joven (14-22 años) pero también más mayor.
A través de la música se pueden expresar muchas cosas, a veces sin necesidad de letra, y por supuesto no toda la música tiene la misión de influenciar ni adoctrinar, sino simplemente de transmitir lo que el autor sentía en el momento de la composición. Sin embargo, con la masificación de ciertos canales para la música (radio, televisión e internet) se ha convertido en un elemento imprescindible para los ingenieros sociales. Lo que hace cincuenta años difícilmente llegaba a un porcentaje pequeño de población, hoy puede ser recibido por millones de personas en todo el mundo. Su objetivo ha sido siempre el mismo: homogeneizar la población, especialmente joven, y desactivar cualquier capacidad de establecer un criterio propio. Influir en las personas para que adopten un determinado modo de vida, aunque esté alejado de sus propias circunstancias.
[YOUTUBE]tlYY8tCQk3c[/YOUTUBE]
Una de las ideas-fuerza de la ingeniería social a través de la música es el buenrollismo. Las famosas campañas de Mediterráneamente son el mejor ejemplo de ello. Imágenes de jóvenes (guapos y exitosos) siempre de fiesta, siempre alegres y sin preocupaciones, adoptando una postura cómoda y dócil frente a las cuestiones del mundo, abogando por el pensamiento naïve y el optimismo progre. Al American Way of Life habría que sumar en los últimos años el Mediterranean Way of Life.
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[YOUTUBE]Esxy-DeiEbI[/YOUTUBE]
No todo es buenrollismo directo o explícito. También hay un gran subgénero que plantea actitudes de rebeldía juvenil o pseudomacarrismo. Esto va siempre sumado a un trasfondo de individualismo extremo siempre en el mal sentido del concepto (el individualismo como tal no es malo por sí mismo), ya que en el fondo lo que quiere es homogeneizar: hacer creer a la gente que son especiales y super diferentes y originales pero curiosamente todos aparecen cortados por el mismo patrón; si todos somos especiales entonces ninguno lo somos. Volviendo a lo de la rebeldía, se trata de una actitud desafiante pero solo en las formas, une rebeldía sin causa que es lo más inocuo para el sistema. Mientras crean que llevar determinado peinado y usar según qué lenguaje, gestos y símbolos es rebeldía, el sistema duerme muy contento. Gran parte de la filosofía 15-M estaba inundada tanto por el buenrollismo como por la rebeldía inocua. :bla:
[YOUTUBE]ue-FnsqS5cM[/YOUTUBE]
La parte más importante es, por supuesto, el culto al éxito superficial, aquel que está basado en la belleza y el lujo, y al consumismo exacerbado para llenar todos los posibles vacíos de una persona. La vida solo tiene sentido si se está en la cresta de la ola, consumiendo para ser como los demás, explotando la belleza (si se tiene o se cree tenerla), aparentando... es la cultura del estímulo continuo y el fin de la privacidad porque es necesario exhibirse. La música en este sentido no es nada sin la imagen que lleva asociada, los rasgos visibles que se asocian al modo de vida presentad como correcto e ideal, aunque el emisor del mensaje viva en una mansión de California y el receptor/a en un barrio de Cuenca.
[YOUTUBE]hHUbLv4ThOo[/YOUTUBE]
Juventud alienada y homogeneizada, desactivada a través de la cultura de masas = perpetuación del pensamiento dominante y los poderes que se aprovechan de ello. Cada vez veo que más gente de mi entorno (de jóvenes ya tienen poco) no tiene criterio propio respecto a casi nada. Ponen la tele o la radio para ver qué les echan y bajan la música que en estos momentos es popular en esas mismas cadenas de radio, anuncios y programas de TV. Son lo más pasivo del mundo. Y con todo esto no me refiero a una cuestión de calidad en plan todo es una hez salvo lo que me gusta a mí. En lo mainstream hay cosas buenas e incluso muy buenas. Todo es cuestión de actitud y de cómo afrontamos la continua propaganda que nos golpea.
La música es uno de los elementos centrales de la cultura en una sociedad desde tiempo inmemorial, pero con el auge de la sociedad de masas ha tenido un crecimiento exponencial, sobre todo con la explosión de los años sesenta en adelante y los efectos de la globalización. En torno a la música se ha creado un auténtico espacio de socialización y transmisión de mensajes (también de mercado) que muchas veces encuentra a un público permeable y totalmente predispuesto a asumir sus estereotipos y sus ideales, en gran medida joven (14-22 años) pero también más mayor.
A través de la música se pueden expresar muchas cosas, a veces sin necesidad de letra, y por supuesto no toda la música tiene la misión de influenciar ni adoctrinar, sino simplemente de transmitir lo que el autor sentía en el momento de la composición. Sin embargo, con la masificación de ciertos canales para la música (radio, televisión e internet) se ha convertido en un elemento imprescindible para los ingenieros sociales. Lo que hace cincuenta años difícilmente llegaba a un porcentaje pequeño de población, hoy puede ser recibido por millones de personas en todo el mundo. Su objetivo ha sido siempre el mismo: homogeneizar la población, especialmente joven, y desactivar cualquier capacidad de establecer un criterio propio. Influir en las personas para que adopten un determinado modo de vida, aunque esté alejado de sus propias circunstancias.
[YOUTUBE]tlYY8tCQk3c[/YOUTUBE]
Una de las ideas-fuerza de la ingeniería social a través de la música es el buenrollismo. Las famosas campañas de Mediterráneamente son el mejor ejemplo de ello. Imágenes de jóvenes (guapos y exitosos) siempre de fiesta, siempre alegres y sin preocupaciones, adoptando una postura cómoda y dócil frente a las cuestiones del mundo, abogando por el pensamiento naïve y el optimismo progre. Al American Way of Life habría que sumar en los últimos años el Mediterranean Way of Life.
:[YOUTUBE]Esxy-DeiEbI[/YOUTUBE]
No todo es buenrollismo directo o explícito. También hay un gran subgénero que plantea actitudes de rebeldía juvenil o pseudomacarrismo. Esto va siempre sumado a un trasfondo de individualismo extremo siempre en el mal sentido del concepto (el individualismo como tal no es malo por sí mismo), ya que en el fondo lo que quiere es homogeneizar: hacer creer a la gente que son especiales y super diferentes y originales pero curiosamente todos aparecen cortados por el mismo patrón; si todos somos especiales entonces ninguno lo somos. Volviendo a lo de la rebeldía, se trata de una actitud desafiante pero solo en las formas, une rebeldía sin causa que es lo más inocuo para el sistema. Mientras crean que llevar determinado peinado y usar según qué lenguaje, gestos y símbolos es rebeldía, el sistema duerme muy contento. Gran parte de la filosofía 15-M estaba inundada tanto por el buenrollismo como por la rebeldía inocua. :bla:
[YOUTUBE]ue-FnsqS5cM[/YOUTUBE]
La parte más importante es, por supuesto, el culto al éxito superficial, aquel que está basado en la belleza y el lujo, y al consumismo exacerbado para llenar todos los posibles vacíos de una persona. La vida solo tiene sentido si se está en la cresta de la ola, consumiendo para ser como los demás, explotando la belleza (si se tiene o se cree tenerla), aparentando... es la cultura del estímulo continuo y el fin de la privacidad porque es necesario exhibirse. La música en este sentido no es nada sin la imagen que lleva asociada, los rasgos visibles que se asocian al modo de vida presentad como correcto e ideal, aunque el emisor del mensaje viva en una mansión de California y el receptor/a en un barrio de Cuenca.
[YOUTUBE]hHUbLv4ThOo[/YOUTUBE]
Juventud alienada y homogeneizada, desactivada a través de la cultura de masas = perpetuación del pensamiento dominante y los poderes que se aprovechan de ello. Cada vez veo que más gente de mi entorno (de jóvenes ya tienen poco) no tiene criterio propio respecto a casi nada. Ponen la tele o la radio para ver qué les echan y bajan la música que en estos momentos es popular en esas mismas cadenas de radio, anuncios y programas de TV. Son lo más pasivo del mundo. Y con todo esto no me refiero a una cuestión de calidad en plan todo es una hez salvo lo que me gusta a mí. En lo mainstream hay cosas buenas e incluso muy buenas. Todo es cuestión de actitud y de cómo afrontamos la continua propaganda que nos golpea.
