La respuesta de la sociedad debe ser el asociacionismo (alguno de vosotros lo llamó unos posts más arriba "echarle un cable al vecino": pues yo lo llamo asociacionismo, porque beneficia a ambos). Me explico: te asocias con un vecino colindante, el acuerdo es que sólo uno mantenga el contrato con la suministradora y el otro ordene el retiro del contador (baja en el contrato de suministro). La potencia contratada del contrato del primero no se altera (o lo hace para adecuarse a la potencia máxima simultánea del vecino a acoger). Luego se conectan ambas instalaciones receptoras por un simple cable. Para repartir el término variable (consumo) entre ambas familias: o se toman promedios históricos de ambos (y se prorratea en base a ellos) o se pone un contador de potencia (deben ser bastante económicos). Así, el término fijo se reparte entre dos usuarios (2 familias). Obviamente, el "coeficiente de utilización" de la potencia contratada (término fijo) aumentará, lo que se traducirá en una reducción de la facturación del término fijo por kWh consumido. Y, obviamente, deberá haber un acuerdo entre vecinos relativo al horario de utilización de los aparatos de mayor potencia (hornos, lavavajillas, lavadoras, placas, etc.): de esta forma se reduce el nivel de confort, pero eso es a lo que tendemos en todo, o no? Toda reducción de costes implicará, en la España a partir de ahora, una reducción en el confort. Ejemplo: ¿que quieres ahorrar en gasolina? Pues deberás tener un coche de menos prestaciones, etc, etc.
Acciones como éstas, que parecen de lonchafinismo más extremo, son las respuestas a unos políticos de cosa que gobiernan para beneficio de unos pocos en vez de hacerlo para beneficio de la población. Y además las actitudes de los usuarios deben radicalizarse cada vez más. Yo, que controlo en detalle mis facturas de Iberdrola y efectúo un control estricto de hábitos de consumo, he notado que mi consumo en los 3,5 últimos años se ha reducido en un 50% (en términos de kWh consumidos) (reemplazando bombillas por unas de bajo consumo, apagando puntos de consumo que no se utilizan, regulando termostatos, etc, etc). Sin embargo, la facturación media total por kWh consumido (incluye términos fijo y variable) se ha incrementado de 0,17 €/kWh a 0,23 €/kWh, esto es, un 35% de incremento. Esto, de momento, significa que le vengo ganando la batalla a Iberdrola: en ese periodo la facturación bruta global se ha reducido en un 32%.
Y ya estoy decidiéndome a ir a hablar con uno de mis dos vecinos.