a alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, junto al secretario autonómico de Turismo, Daniel Marco, otros miembros de la Corporación Municipal y técnicos municipales encargados de esta obra, inauguraron el pasado 28 de marzo, con prisas electorales y sin estar terminada la obra, el Paseo Fluvial del Xúquer.
Esta obra ha servido para restaurar y acondicionar la margen derecha del río Xúquer, a su paso por Alzira, a través de actuaciones con la voluntad de recuperar el estado natural y ecológico de la ribera, haciéndolo accesible, recuperando la infraestructura verde, los activos ambientales, paisajísticos y culturales cuyo objetivo busca satisfacer el interés de los ciudadanos por este espacio.
Ese día, un monolito de 4,39 metros de altura servía de icono a esta infraestructura. Ni previamente a su colocación, momento en el que se debe repasar un borrador; ni en su colocación, ni en su inauguración se dieron cuenta que el grabado en mármol del monolito tenía 30 errores, entre faltas de ortografía e incorrecciones tipográficas.
Insistimos y no nos cansaremos de repetir que la negligencia y la falta de responsabilidad deteriora el concepto de imagen de ciudad avanzada que nos venden cada dos por tres. La falta de control es total, aquí nadie se entera y, como dijo en una ocasión uno de nuestros colaboradores, "el gobierno de Bastidas pasará a la historia como la era de las faltas de ortografía".
La "comodidad" de algunos puestos públicos y la ineptitud y falta de control de quienes deben velar por la buena imagen de la ciudad nos siguen dejando en evidencia y en ridículo.
Grabado que figura en el monolito
Bad Request
Esta obra ha servido para restaurar y acondicionar la margen derecha del río Xúquer, a su paso por Alzira, a través de actuaciones con la voluntad de recuperar el estado natural y ecológico de la ribera, haciéndolo accesible, recuperando la infraestructura verde, los activos ambientales, paisajísticos y culturales cuyo objetivo busca satisfacer el interés de los ciudadanos por este espacio.
Ese día, un monolito de 4,39 metros de altura servía de icono a esta infraestructura. Ni previamente a su colocación, momento en el que se debe repasar un borrador; ni en su colocación, ni en su inauguración se dieron cuenta que el grabado en mármol del monolito tenía 30 errores, entre faltas de ortografía e incorrecciones tipográficas.
Insistimos y no nos cansaremos de repetir que la negligencia y la falta de responsabilidad deteriora el concepto de imagen de ciudad avanzada que nos venden cada dos por tres. La falta de control es total, aquí nadie se entera y, como dijo en una ocasión uno de nuestros colaboradores, "el gobierno de Bastidas pasará a la historia como la era de las faltas de ortografía".
La "comodidad" de algunos puestos públicos y la ineptitud y falta de control de quienes deben velar por la buena imagen de la ciudad nos siguen dejando en evidencia y en ridículo.
Grabado que figura en el monolito
Bad Request