("Huelga" del 21-F) Ni siquiera el carlismo hizo tantos despropósitos

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debajo de una enzima
La huelga adefesio


by Crónica Pupular • 23 febrero, 2019

José Luis López Bulla

Ex Secretario General de Comisiones Obreras de Cataluña


¿Qué queda de la huelga que no fue? Sólo el olor de las ruedas quemadas bloqueando algunas carreteras de Cataluña, los desperfectos en el mobiliario urbano y poca cosa más. El do de pecho que el independentismo había declarado se saldó con un estrepitoso fracaso. Más todavía, se ha reiterado la evidencia de la división de la sociedad catalana: de un lado, manifestaciones de calle y, de otra, el funcionamiento normal de los centros de trabajo; se pusieron andamios y las hormigoneras funcionaron, las fábricas y los talleres levantaron las persianas; las oficinas, tres cuartos de lo mismo. El llamamiento a la huelga general, que realizó un sindicato probeta se convirtió en un lock out patronal. En un adefesio.


El momentum tan acariciado por los estados mayores del independentismo fue un fiasco. Las palabras del ex consejeroSanti Vila ayer en el Tribunal Supremo («Hicimos de aprendiz de brujo») pueden encajar perfectamente con lo ocurrido en el día de ayer en Cataluña.


Con todo, quedan otras circunstancias. El ataque de un escuadrismo grupuscular atacando la sede de Comisiones Obreras y la construcción conceptual y lingüística que intenta destruir los significados y significantes de lo que es la «huelga» y en este caso la «huelga general». Es decir, la huelga –sea general o no– como expresión de la paralización concreta de la actividad en los centros de trabajo. En el caso del glosario independentista, la huelga general queda reducida a manifestaciones fuera de los centros de trabajo. Una distorsión conceptual que, en el fondo, indicaría la impotencia de paralizar la producción y los servicios. O, lo que es lo mismo, la desconexión con el conjunto asalariado.


Una distorsión tan esperpéntica que incluso llega a considerar que el gobierno catalán –esto es, la patronal– se sumó a la huelga.


Del día de ayer quedan otras lindezas. Un periodista, ex dirigente de la CUP, de cuyo nombre tampoco quiero acordarme, ha comparado el día de ayer con la famosa huelga de La Canadiense–año 1919– que duró cuarenta y cuatro días. Una ofensa a la CNT, a sus dirigentes y a todos los huelguistas que participaron en aquella huelga general. Un escarnio a, entre otros, Salvador Seguí, que queda reducido a un agitador de cortes de carretera. Una burla, en definitiva, no sólo de la memoria histórica sino, además, de la Historia propiamente dicha.


¿Fracaso de los convocantes? Por supuesto. Pero, por encima de todo, fracaso de la patronal y su lock out, esto es, del anacoreta de Waterloo. Y de su Enviado en la Tierra, ese Torra que ya dijo en su momento a los comités de defensa de la república aquello de «apreteu, apreteu».


Addenda.– Todo ha sido un adefesio, afirma un querido amigo.


Radio Parapanda.– EL ADEFESIO, escribe Paco Rodríguez de Lecea.


(Viernes, 22 de febrero de 2019)


La huelga que no fue


Aunque el lock out se vista de seda, en cierre patronal se queda. Esta es una aclaración que hacemos gratis et amore al independentismo. Una gente chocante que pretende enredar el significado de los conceptos y de las palabras. Ayer hablamos de la convocatoria de una huelga general por parte de un sindicato probeta y entusiásticamente refrendada por el gobierno catalán en rueda de prensa a cargo del consejero de Interior: La huelga amarilla de mañana en Cataluña. La probeta y el gobierno catalán situaron los objetivos de la movilización. Entre otros, la repulsa a la reforma laboral. Se olvidaron intencionadamente de que los primeros no dijeron ni mú cuando se aprobó y los segundos votaron afirmativamente en las Cortes Españolas.


La juerga, que no huelga, fue convocada contra el Tribunal Supremo, que enjuicia a los líderes del procés. Por lo que la convocatoria ha sido una estafa de proporciones caballunas. Estafas a granel: el consejero de Interior disfrazado de sindicalista para no infundir sospechas; los probetas disfrazados de autoridades gubernamentales para encubrir sus desmanes.


Así, pues, la juerga ha sido una algarada. Carreteras cortadas, vías férreas ocupadas por los manifestantes dando vivas a Terra Lliure. Gimnasia mesocrática. La industria trabajando. Fracaso sin paliativos. Un fracaso que será reconocido cuando pase un tiempo.


Con todo, lo más destacado ha sido que los amarillos han pintarrajeado y lanzado botes de humo a la sede de Comisiones Obreras de Cataluña. Oiga, es un avance por parte del mandamás de la probeta: ha dejado las pistolas para tirar bemoles. No lo duden, es un avance.





Addenda.– Vean la concentración de masas en Sant Vicenç dels Horts con su alcaldesa a la cabeza.


(Jueves, 21 de febrero de 2019).


La huelga amarilla de mañana en Cataluña


Un sindicato—probeta de cuyo nombre no quiero acordarme ha convocado para mañana la huelga general en Cataluña. Ahí es nada, la huelga general. Ni quiera alcanza la representación del 0,1 por ciento, un hilarante Manolo Zaguirre, maestro de sindicalistas, la cifra en un 0,000 infinito. Estas cosas están pasando en Cataluña, cuyo sesgo a la decadencia empieza a ser alarmante. Ahora bien, no menos sorprendente es el apoyo que ha recibido esta convocatoria. Nada menos que del gobierno catalán. Es decir, de la terminal burocrática con sede en Waterloo. Mitad monjes, mitad soldados.


Fuera de Cataluña hay quien piensa que es una falsa noticia, eso que algunos llaman fake news. Ambas cosas son ciertas: la convocatoria y el apoyo gubernamental que ha recibido. La huelga es un elemento de presión contra el Tribunal Supremo que juzga a los dirigentes del procés. Así lo expresó el portavoz del Gobierno en rueda de prensa ayer mismo. Pongan atención: el portavoz fue el mismísimo consejero de Interior. Otra anomalía de la que sin duda habrán tomado nota las cancillerías europeas. Atención: no fue Elsa Artadi quien salió al estrado. Hay que preservarla para otras tareas de ´respetabilidad´ institucional por lo que su relación con la huelga le hubiera restado enteros. Se sirvió la coartada: Artadi estará en Madrid acompañando a los procesados.





En todo caso, hay que señalar que este tipo de convocatoria –esto es, la probeta convocante– representa un fracaso del independentismo catalán. Presionaron ad nauseam al sindicalismo confederal, cuya respuesta fue una rotunda y castiza butifarra, expresión nacional popular de la gastronomía del país.


Esta huelga general, apoyada crematísticamente por el gobierno catalán, será una huelga furriel. No tendrá los entorchados de general y puede que tampoco los galones de cabo primero. Hablando en plata: huelga –lo que se dice huelga– estará sólo en la imaginación de los botarates de Waterloo. Eso sí, habrá cortes de carretera, manifestaciones en las calles, cuyo protagonismo será de la mesocracia catalana (sector irascible) que, de esta manera, intenta dar de baja de la suscripción de la vida las moscas del Estado a cañonazos. Pero que ni siquiera llega a DDT.


Addenda.– Ni siquiera el viejo carlismo catalán hizo tantos despropósitos.
 

ELVR

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¿Fracaso? En absoluto. Se pudo presenciar ¡en directo! las proezas lingúísticas de cierta mujer indepe.