Borja Thyssen se enfrenta a una comprometida situación económica junto a su mujer, Blanca Cuesta. Sus planes de adquirir una lujosa mansión en Madrid se pueden venir abajo por las dificultades que tienen para vender su residencia actual en Ibiza. Las complicaciones se agravan por la negativa de la Baronesa a ayudarles económicamente.
Los planes del matrimonio Thyssen-Cuesta, según publica este domingo el diario El Mundo, pasaban por deshacerse de su finca ibicenca. Sin embargo, nadie se mostró dispuesto a pagarles los 14 millones que pedían (el doble de lo que les costó en su momento). El precio se fue rebajando, hasta que aceptaron la oferta de 7 millones de un empresario madrileño... una oferta que, por el momento, no termina de completarse.
La operación era necesaria para afrontar la compra de su nueva vivienda, una lujosa mansión madrileña de 6.000 metros cuadrados con un coste de 10 millones de euros. El problema es que Borja Thyssen ya pagó una importante cantidad económica a modo de entrada para hacerse con esta residencia, por lo que la paralización de la venta de la finca balear podría provocar improtantes complicaciones para la situación financiera de la pareja.
Además, todo se hace aún más enrevesado al comprobar que el padre biológico de Borja, Manolo Segura, está actuando como intermediario en estas operaciones de compra-venta, por lo que todo apunta a que se adjudicará importantes comisiones en caso de que todo fructifique.
La baronesa desconfía de la capacidad económica de su hijo
Los problemas se incrementan por la difícil relación de Borja Thyssen, y sobre todo, de su mujer, con la baronesa. Carmen Cervera ha asegurado recientemente que de ella "no reciben un duro" y se ha mostrado extrañada por las operaciones de su hijo. "No sé cómo van a pagar ninguna mansión en Madrid", afirma en palabras recogidas por El Mundo.
Algunas opiniones intuyen que el interés de la pareja por trasladarse a la capital se centra en el hecho de poder seguir de cerca la complicada situación jurídica que mantienen con la propia 'Tita' Thyssen. La herencia del barón sigue sin resolverse, y Borja reclama una importante cantidad a su progenitora, por lo que sus encuentros en los tribunales podrían ser frecuentes en un futuro próximo.
