Si hay suerte, todo se quedará en una guerra de banderas (sin sangre, pero simbólica) y se recentralizará el país poco a poco (además, hay que pagar la fiesta de estos 40 años, así que tenemos que tirar lo que no podemos mantener, o sea, 17 estados de taifas)
Si no hay suerte, una guerra civil (con el ejército acuartelado, que sería lo deseable para los que nos sabemos españoles, o protegiendo canarias, ceuta y melilla), que destrozará la economía mundial (esto es bueno para nosotros), y que si todo va bien, al ser mayoría, acabará con una España unida, con una sola ley para todo el territorio, y los nazis separatistas sin poder hacer nada por varias generaciones.