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Madmaxista
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Miremos la parte "positiva" de una posible reedición del gobierno Sanchista. Recordarán el tema de los peajes en las autovías, un red muy extensa que en muchos lugares no ofrece otra opción, o si la ofrece será inviable por el estado de las carreteras, lo tortuoso de su recorrido y el cruce constante de pueblos con trazados todavía más barrocos. La gratuidad, ese orgullo español, desaparecerá y seremos al fin más europeos... Lógicamente este "impuesto" se trasladará al consumidor al hacer más cara su movilidad y todos los precios en general, porque todo se transporta de un lugar a otro. ¿Tocarán el IVA? Es posible, como tocarán un montón de impuestos porque hay que "equilibrar" las cuentas que no cuadran. ¿Tocarán el sector político y la administración del estado y regional? Será lo último, si es que lo hacen. ¿Tocarán el estado de bienestar, su garantismo y su empatía con los "más necesitados"? Dependerá del sector contra el que vayan esos ajustes. Cabe pensar, dada la experiencia, que el sector autóctono será el pagano porque al ser autóctono su grado de resiliencia será mayor y por tanto, la red familiar -esa que quieren destruir- volverá a ser el refugio de los más desesperados con ocho apellidos españoles.
Recortes, ajustes, "haré lo que tenga que hacer aunque me cueste el puesto" ¿Recuerdan?
Se decía allá por los tiempos de afeminadostaña que los ciclos económicos tenían una sabia representación política, con el PP para reconstruir y fortalecer la economía y el PSOE para repartir las ganancias con sus políticas sociales de amplio espectro... Tecnócratas e ideólogos alternándose en el poder en un empuje constante hacia el futuro y el progreso, unos consolidando la plataforma y los otros haciéndola volar...
Pues bien, en estas elecciones no se ha hablado apenas de economía y de su estado real, sino del modo de gestionarla como si tuviéramos un control total sobre su futuro inmediato. Aquí nadie ha negado la crisis como en 2008, aunque luego se pidiera "tiempo" con el adelanto electoral sin agotar la legislatura. EL PSOE tiene esa rara habilidad de seguir la linde de las vacas obesas aunque ya no haya linde, y sin mayor problema, se quita de en medio para que sea el PP quien meta mano al desaguisado, con el coste político que supone el ser "los hombres de neցro" en nuestra política local, aderezado todo con los penetrantes aromas de la corrupción que siempre los acompaña y cuya persistencia siempre viene en auxilio de la otra corrupción, la que no se lo lleva crudo a las cuentas de resultados empresariales, sino a los amigos de clase, entiéndase en sentido amplio toda vez que alegórico. En fin, que darle un proyecto a una empresa a dedo, es mucho peor que ofrecerles a los amigos cursos variados y cubiles de pienso porque no hay que dejar a nadie atrás. Al final el dinero se volatiliza pero no me va a comparar que se emplee en puros habanos a que se gaste en gambas. Lujo suntuoso frente a los simples placeres de la vida. Los españoles somos asín...
El caso es que los recortes están a la vuelta de la esquina en medio de una inflación que por mucho que se tuerza no va a ponernos en bandeja los viejos precios. Recortes, inflación, impuestos, castigo directo o indirecto a los sectores productivos y un mimo maternal al sector servicio público, que si es privado, que se aguante. "O yo o el caos". Si, tu y el caos hasta que tengas una revelación y te eches a un lado, que otros se comerán tus delirios en medio del acoso de tus mesnadas, manadas y mareas, deseosas de pisar la calle pidiendo justicia y calidac y más inversión en el sector público que es la garantía de repartir(-se) la riqueza que se está fugando por el vertedero. El mito del "rico" que pagará justamente es la fe y la confianza que nunca se pierde, pero no en modo de milagro compasivo sino del repruebo justiciero. A poca sensibilidad religiosa que tenga, sabrán distinguir a qué clase de entidades se elevan esas "oraciones". Imaginen a los partenaires de Sánchez arrimar el hombro por el bien destepaís en un contexto de cambio feroz de ciclo económico y con todas las demandas de Bruselas que tenemos por delante. Solo de pensarlo me veo instalado en el infierno, no por lo calores sino por la desesperación de que no podremos hacer nada dentro de los cauces de la serenidad democrática. Democráticamente destruirán nuestra sociedad y en ella nuestra convivencia acrecentando la polarización que se ha impuesto radicalmente como único acerbo político entre nosotros.
Espero equivocarme y reconozco abiertamente que mis ideas no son frescas porque no puedo escaparme de este ambiente asfixiante de números, de lecturas amargas de intenciones, y de estrategias que más parecen la letra muerta que trata de engordar un relato del que todos o casi todos sabemos o intuimos un mal final.
Madurar acaba siendo el arte de aceptar las cosas como son para luego seguir siendo un idealista cínico o un relista fracasado. Cabe otra opción, la mejor sin duda, y la que aquilata la madurez como un tesoro: resistir a sabiendas de los sacrificios sin poner límites temporales a que podamos o no estar presentes cuando esos sacrificios den su resultado. Así se labraron las grandes civilizaciones y los buenos momentos, sin la condición de que debamos recibir el menor reconocimiento en esta vida o en la otra. Luchen por aquello en lo que creen porque salir a defenderlo les ofrecerá la imagen más veraz de su compromiso verdadero. Si están rendidos y desesperados sepan que su opinión solo alimenta a quien es culpable de su estado de ánimo.
La vida no termina hasta que se termina. Ánimo.
Recortes, ajustes, "haré lo que tenga que hacer aunque me cueste el puesto" ¿Recuerdan?
Se decía allá por los tiempos de afeminadostaña que los ciclos económicos tenían una sabia representación política, con el PP para reconstruir y fortalecer la economía y el PSOE para repartir las ganancias con sus políticas sociales de amplio espectro... Tecnócratas e ideólogos alternándose en el poder en un empuje constante hacia el futuro y el progreso, unos consolidando la plataforma y los otros haciéndola volar...
Pues bien, en estas elecciones no se ha hablado apenas de economía y de su estado real, sino del modo de gestionarla como si tuviéramos un control total sobre su futuro inmediato. Aquí nadie ha negado la crisis como en 2008, aunque luego se pidiera "tiempo" con el adelanto electoral sin agotar la legislatura. EL PSOE tiene esa rara habilidad de seguir la linde de las vacas obesas aunque ya no haya linde, y sin mayor problema, se quita de en medio para que sea el PP quien meta mano al desaguisado, con el coste político que supone el ser "los hombres de neցro" en nuestra política local, aderezado todo con los penetrantes aromas de la corrupción que siempre los acompaña y cuya persistencia siempre viene en auxilio de la otra corrupción, la que no se lo lleva crudo a las cuentas de resultados empresariales, sino a los amigos de clase, entiéndase en sentido amplio toda vez que alegórico. En fin, que darle un proyecto a una empresa a dedo, es mucho peor que ofrecerles a los amigos cursos variados y cubiles de pienso porque no hay que dejar a nadie atrás. Al final el dinero se volatiliza pero no me va a comparar que se emplee en puros habanos a que se gaste en gambas. Lujo suntuoso frente a los simples placeres de la vida. Los españoles somos asín...
El caso es que los recortes están a la vuelta de la esquina en medio de una inflación que por mucho que se tuerza no va a ponernos en bandeja los viejos precios. Recortes, inflación, impuestos, castigo directo o indirecto a los sectores productivos y un mimo maternal al sector servicio público, que si es privado, que se aguante. "O yo o el caos". Si, tu y el caos hasta que tengas una revelación y te eches a un lado, que otros se comerán tus delirios en medio del acoso de tus mesnadas, manadas y mareas, deseosas de pisar la calle pidiendo justicia y calidac y más inversión en el sector público que es la garantía de repartir(-se) la riqueza que se está fugando por el vertedero. El mito del "rico" que pagará justamente es la fe y la confianza que nunca se pierde, pero no en modo de milagro compasivo sino del repruebo justiciero. A poca sensibilidad religiosa que tenga, sabrán distinguir a qué clase de entidades se elevan esas "oraciones". Imaginen a los partenaires de Sánchez arrimar el hombro por el bien destepaís en un contexto de cambio feroz de ciclo económico y con todas las demandas de Bruselas que tenemos por delante. Solo de pensarlo me veo instalado en el infierno, no por lo calores sino por la desesperación de que no podremos hacer nada dentro de los cauces de la serenidad democrática. Democráticamente destruirán nuestra sociedad y en ella nuestra convivencia acrecentando la polarización que se ha impuesto radicalmente como único acerbo político entre nosotros.
Espero equivocarme y reconozco abiertamente que mis ideas no son frescas porque no puedo escaparme de este ambiente asfixiante de números, de lecturas amargas de intenciones, y de estrategias que más parecen la letra muerta que trata de engordar un relato del que todos o casi todos sabemos o intuimos un mal final.
Madurar acaba siendo el arte de aceptar las cosas como son para luego seguir siendo un idealista cínico o un relista fracasado. Cabe otra opción, la mejor sin duda, y la que aquilata la madurez como un tesoro: resistir a sabiendas de los sacrificios sin poner límites temporales a que podamos o no estar presentes cuando esos sacrificios den su resultado. Así se labraron las grandes civilizaciones y los buenos momentos, sin la condición de que debamos recibir el menor reconocimiento en esta vida o en la otra. Luchen por aquello en lo que creen porque salir a defenderlo les ofrecerá la imagen más veraz de su compromiso verdadero. Si están rendidos y desesperados sepan que su opinión solo alimenta a quien es culpable de su estado de ánimo.
La vida no termina hasta que se termina. Ánimo.