Buenos días.
Uno se mira al espejo a diario. Pasan los años y no percibes en toda su magnitud el envejecimiento. En cambio, si se encuentran dos personas que no se veían desde hacía 20 años, ambos observarán de manera más auténtica el transcurso del tiempo.
Con el el bichito-19 sucede algo similar. Estamos en una espiral diaria y continuada de cifras, datos, variantes, medidas, banderillas e informaciones que nos resta cierta perspectiva. Y el tiempo pasa y, en mi opinión, el problema se va agravando sin que estemos siendo realmente conscientes de ello.
Casi en cualquier crisis o catástrofe (económica, una guerra, financiera, nuclear, etc) se suele concluir que “no se actuó a tiempo”, “que se llegó tarde”, “que se veía venir pero no se hizo nada”.
En esta esa época en el 2020 de la que yo le hablo también se argumenta lo mismo: lentitud, dejadez, pasividad, incumplimiento, etc. Salvo en dos aspectos: que los laboratorios por primera vez en la historia fabricaron diversas banderillas en tiempo récord y que cobraron miles de millones de euros incluso antes de fabricarlas. Es evidente que el dinero agiliza todo mucho, sobre todo si sale del bolsillo del ciudadano. Sospechoso, cuanto menos.
Hay que actuar. El tiempo pasa. Si seguimos este ritmo y esta dinámica, empeoraremos. En primer lugar, propongo exigir a Oxford-Astrazeneca la devolución inmediata de hasta el último euro público invertido o pagado más la correspondiente indemnización por los daños y perjuicios causados. En caso contrario, embargo de todos sus bienes y detención de sus propietarios y directivos. Ya veríais como el resto de laboratorios toma nota y se dejan de juegos, ocultaciones y mentiras.
En segundo lugar, liberalización de todas las patentes, transparencia total y publicación de todos los ensayos y contratos. No solo para poder fabricar y distribuir banderillas con total celeridad sino, fundamentalmente, para que toda la comunidad científica pueda acceder a una información relevante que facilite encontrar una solución eficaz cuanto antes.
“Estoy a veinte minutos de allí. Llegaré en diez.” ( Harvey Keitel, en el papel de Señor Lobo)
Hasta luego.