Simón tiene muchísima información y sabe interpretarla. Tanto él, como todo su equipo. Lo que le cuenta a los ciudadanos no tiene absolutamente nada que ver con lo que manejan a nivel interno e interterritorial.
La movida es si los ciudadanos deben recibir información veraz o charlas para que no entren en pánico. Este es el tema.
Los ciudadanos, así, como masa informe no son capaces de digerir la complejidad de esto, pero ni de muy lejos, de modo que esas comparecencias (no veo ni una desde abril o por ahí, pero ni enlazada) son como las misas, para hacer comunión todos juntitos.
Como hoy no esta de moda hablar en latín, como se hacia antiguamente en las misas para dejar patente tu separación del vulgo, lo que se lleva es ser un sabio cercano, de modo que ha optado por describir las curvas y sus proyecciones con todo el lenguaje que puede, florido e inutil, lejanamente geográfico: que si ya llega el pico, que si va a ser una meseta, que si el descenso sera suave, que si va a ser en v, que si en u que si va a aparecer un cabo o un golfo que si con un 6 y un 4 veremos la cara de mi retrato, y así el pueblo comulga con su sacerdote científico, sin sotana, sin bata blanca, campechano él con jerseis de lana tejidos por su mujer.
Un zascandil que jamás soñó que con tan escasa preparación especifica iba tener semejante responsabilidad y absorber tanta cámara y fama. Ya debe andar urdiendo su salida, pero supongo que hay problemas para sustituirle. No es fácil que alguien preparado trague con tanta hez, con unos políticos enanos al lado dirigiéndote, por ser princesa por un día (o un año).