Viendo el espectáculo de estos dos días me han quedado claras algunas cosas. Somos una sociedad que solo se disciplina con el miedo (esto me da mas miedo). Perdido el miedo al bicho y habiendo probado que la policía es inofensiva cuando somos muchos, se han disuelto las reglas. Ni distancias, ni deporte individual, ni sentido comun. Disolución de la disciplina en dos días.
Durante estos días envidiaba esos países con reglas de distanciamiento social y confinamientos suaves, y pensaba por qué no se hacía aquí. Ya lo tengo claro, si quiero esas cosas suaves y de responsabilidad individual, hacer las maletas e irse a tierras mas boreales. Aquí se ha hecho lo único que entendemos, cosas extremas y por narices, como decía mi abuelo soga corta y vara larga.
Una sociedad muy decepcionante para todo lo que sea responsabilidad individual hacia lo colectivo. Para otras cosas serviremos, para esto no. Camino libre para totalitarismos.