Id olvidándoos del comodín del verano y los rayos UV. La Historia nos enseña que pandemias de este calado se desatan en varios puntos interrelacionados a lo largo y ancho del globo, sin tener en cuenta estacionalidad alguna y en momentos prácticamente simultáneos. Sus efectos se prolongan en el tiempo en periodos que se miden en AÑOS, NO MESES.
Por ejemplo, la cepa europea de gripe en 1918 se desató al mismo tiempo en Brest + Freetown (Sierra Leona) y en Boston + Dublin, durante el mes de agosto del 18. Prácticamente al mismo tiempo, Reino Unido empezó a experimentar durante el verano un aumento significativo de casos, los cuales se dispararon a partir de octubre, pero sufrieron un repunte al año siguiente, desde febrero hasta abril del 19.
La llamada gripe asiática comenzó en diciembre de 1889 y la historiografía le pone fin un año después, 1890; pero hubo cuatro repuntes importantes hasta 1895, incluyendo dos en los meses estivales del hemisferio norte.
¿Qué quiero decir con esto? Cuando organizéis vuestros pertrechos, reservas y agendas; preparáos para, como poco, un año. Lo más probable es que sean dos, pero en el peor de los escenarios pueden sobrevenir recurrencias (de menor virulencia) hasta cinco años vista (2020-2025). Obviamente muy pocos, por no decir nadie, pueden permitirse sustento y aislamiento durante un periodo tan prolongado. Simplemente, tened en mente que esto ha venido para quedarse una larga temporada.
No descarto la posibilidad que estemos viviendo el tercer año de desarrollo de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, siempre tomando como punto de referencia una hipotética desviación en el ratio de fallecimientos por neumonía durante 2018 y 2019, lo cual ya se ha sugerido por aquí varias veces. Si dicha desviación existe (está por ver), y se da entre las franjas de edad por encima de los cinco años de edad (las cuales presentan una evolución prácticamente inmutable de 1990 a 2017), no sería de extrañar que el el bichito-19 lleve dos o tres años haciendo de las suyas silenciosamente, especialmente en el África subsahariana y en Asia.
