Hola, buenos días.
Me pareció interesante la entrevista de Iker Jiménez con la viróloga china anoche. ¿Por el contenido? En absoluto, la exiliada y protegida del gobierno Trump repitió lo que ha dicho anteriormente en otros foros.
Me pareció de interés porque reprodujo el patrón que emplean en cualquier ámbito de la vida los medios de comunicación, los políticos, la Banca, la Justicia y resto de centros de influencia. El objetivo principal siempre es el dinero y el poder.
En primer lugar, se nos presenta a una prestigiosa viróloga perseguida por el régimen chino que afirma con rotundidad que el bichito es artificial, un arma creada en un laboratorio y expandido intencionadamente.
A continuación, ya sin la presencia de la china, una mesa de médicos y científicos serios que, de una forma u otra, transmiten el mensaje opuesto. Señalan que la viróloga no ha probado nada, que su publicación tiene importantes deficiencias y que todo apunta al origen natural del bichito.
¿En esta tesitura, quién salió vencedor? Pues todos y, especialmente, Iker.
La viróloga lanzando un mensaje favorable a USA, especialmente para la Administración Trump en plenas elecciones. ( la china no habla gratis). Los de la mesa que, situándose al lado de la comunidad científica internacional y las instituciones, obtendrán su rédito. Y, especialmente, Iker, que únicamente pensaba en hacer audiencia y ganar el máximo dinero posible.
Si mañana se confirmase la teoría de la viróloga china, saldría Iker lleno de orgullo indicando que en su programa la expuso libremente. Si, por el contrario, se confirmase el origen natural, entonces destacaría las críticas de los miembros de la mesa frente a la disparatada teoría de la china.
En realidad nadie sabía la verdad. Y lo que es peor, no estaban muy interesados en saberla. El interés principal era mantener una posición que se pudiese rentabilizar en términos económicos, de prestigio, imagen o poder. Vamos, lamentablemente como casi todo en esta vida.
Si uno comprende como funcionó anoche Iker (pareciendo neutral e interesado en ambas hipótesis al mismo tiempo) entonces uno entiende cualquier información sobre una banderilla, un medicamento, las vitaminas y otros remedios, los datos y cifras de infectados, los fallecidos, etc.
En esta sociedad actual, desgraciadamente, la verdad es lo último que interesa salvo que genere dinero o poder. Este forma de actuar que los humanos hemos generalizado constituye la antítesis de la que sería la óptima para salir de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo.
En una época de engaño universal decir la verdad es un acto revolucionario” (George Orwell)