Esto puede parecer extraño pero es así.
"Hacer una banderilla" exige primero obtener la aprobación para su uso. Este es un largo proceso de desarrollo que requiere demostrar, a base de pruebas clínicas, que la banderilla es segura, o sea: que no produce efectos secundarios graves o inesperados a los que la reciben, y que la banderilla es efectiva, o sea: que produce un cierto grado de protección a los banderilleados.
Las primeras pruebas clínicas en este proceso, tratan de demostrar que la banderilla no es peligrosa y emplean un número pequeño de voluntarios que aceptan recibir la banderilla. Si no hay efectos secundarios en esa prueba y se da por segura la banderilla, hay que demostrar que la banderilla es efectiva, que protege a los banderilleados.
Aunque esta efectividad, lo mismo que la seguridad, se pueden estimar por medio de pruebas en tubo de ensayo y en animales de laboratorio, la única forma de demostrar la efectividad es probarla en un grupo amplio de población voluntaria.
Se inyecta la banderilla al azar a, pongamos, 10.000 voluntarios y un placebo a otros 10.000 del mismo grupo de población.
Luego hay que esperar a que esas personas se vayan contagiando de forma natural y comparar estadísticamente los contagios en el grupo de banderilleados con respecto a los del grupo de control. O sea, comprobar que entre los banderilleados no aparecen casos de contagio o que aparecen muchos menos que en el grupo de control.
Edward Jenner, el inventor de la banderilla contra la viruela, era médico rural y probó su banderilla vacunando y luego contagiando deliberadamente la viruela a niños del pueblo que encontraba por la calle. Entonces había en el mundo niños de sobra y las normas de la ética médica no eran tan estrictas como hoy.
Hoy en día, hay que dejar que los banderilleados del grupo experimental se contagien por accidente en su vida normal, y esto es lo que genera el problema: Si la enfermedad ha desaparecido de la calle, no se producen contagios, ni en el grupo de banderilleados ni en el grupo de control. No es posible, entonces, comprobar si la banderilla es efectiva o no y eso hace imposible producirla y comercializarla.