Arretranco_70
Madmaxista
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sí, pero el problema es que da igual ser iluso o ver la jugada claramente.Hola, buenas. Espero que todos os encontréis lo mejor posible.
Vivimos en la época de menor libertad y de mayor esclavitud. Mucha democracia, mucha información, mucha libertad de expresión, muchos derechos y todo lo que queráis. Pero nunca el hombre fue tan esclavo de una mente totalmente condicionada y sugestionada por unos pocos.
Es la dictadura de la globalización. Este modelo, que te impide pensar libremente, está fundamentado en tres ideas muy sencillas:
1º.- La anticipación de los hechos
La élite, a través de los medios y cauces de comunicación y difusión global, elaboran (con carácter previo) un guión que favorezca sus intereses. Te van soltando ideas o noticias sencillas y globales que anticipen un inminente escenario trágico: una futura guerra, una esa época en el 2020 de la que yo le hablo, una crisis bancaria, energética o financiera, un desabastecimiento de materias primas o bienes de primera necesidad, un futuro ataque extraterrestre o cualquier idea preconcebida que encaje en el relato de terror perseguido por la élite para la consecución de sus fines.
Entonces, el ciudadano se vuelve temeroso pero también sabio. Prácticamente todos los habitantes del planeta ven venir una futura guerra o una crisis bancaria o un proceso inflacionista. Todos los ciudadanos, de repente, somos seres iluminados con dotes de adivinación. No, no es eso, simplemente es que “somos iluso” y los signos anticipatorios (las miguitas informativas) que la élite nos van soltando conforman en nuestra mente la idea de que un determinado suceso va a acontecer.
Nada de eso es real. Todo está prefabricado, diseñado y estructurado. Es artificial e interesado. Si parece que es real, espontáneo o natural es porque, previamente, te han inducido mentalmente a considerarlo como tal.
2º.- La normalización del hecho
Entonces sucede el hecho dramático: una guerra, una esa época en el 2020 de la que yo le hablo, una crisis bancaria o energética, la inflación o lo que queráis. Y son acontecimientos graves que afectan a la vida, la salud, la economía, los derechos y las libertades de toda la población mundial, salvo los de la élite, claro (que nunca muere en una guerra o una esa época en el 2020 de la que yo le hablo o que adquiere más poder y riqueza en una crisis financiera, bancaria o energética)
Y, como somos tan listos que ya habíamos pronosticado estos sucesos, no nos parecen tan graves o pre-diseñados. Nos parecen hasta normales porque era evidente que iban a ocurrir. No, no iban a ocurrir, simplemente “somos tan iluso” que “nos hemos tragado” que ocurrirían y, cuando esto sucede, nos parecen normales hechos que son absolutamente besugos y que no deberían haber sucedido jamás.
3º.- El acomodamiento.
Y da igual en la parte del planeta que vivas, da igual tu religión, tu raza o tu ideología, dan igual tus valores, tu posición social o tu trabajo, todas esas diferencias dan absolutamente igual.
Solo hay dos realidades distintas: una élite que condiciona y esclaviza tu mente a través del miedo y el resto de ciudadanos del rebaño que vivimos condicionados por ese miedo.
Y la consecuencia inmediata es que los ciudadanos del rebaño nos acomodamos. Primero anticipamos el grave acontecimiento, luego lo normalizamos y, posteriormente, nos acomodamos porque la idea que te trasladan es que “la vida son dos días” y no merece la pena rebelarse, protestar, investigar, señalar, reclamar o ajusticiar.
La globalización, en manos de la élite, es la dictadura. Nunca cualquier idea sencilla pero falsa, que genere miedo global, fabricada por unos pocos y con carácter anticipatorio y convenientemente difundida por todo el planeta, ha tenido tanto poder para esclavizar la mente del ciudadano y que, éste, además, no se rebele y se conforme.
“Hemos limitado nuestra visión del mundo a los marcos de nuestras instituciones y somos ahora sus prisioneros.” ( Iván Illich)
“El esclavo que obedece escoge obedecer.” ( Simone De Beauvoir)
Ver archivo adjunto 1392821
Que paséis un buen fin de semana.
¿de qué me sirve saber, por ejemplo, que un desabastecimiento de alimentos es una performance ya adelantada, como tu dices, con el relato adecuado y sus miguitas de información inconsciente si cuando falte el pan haré cola con los iluso que se creen que es algo sobrevenido?
Y esto vale para escasez de alimentos, energía, guerras, corridas bancarias... para todo.
Y es que nos creemos que nuestra opinión o comportamiento les importa mucho pero la realidad es que les importamos una fruta hez. En todos los aspectos. Su único afán es EL RELATO. Lo que quedará impreso para la posteridad.
Creemos que tienen secuestrados o adoctrinados, que da lo mismo, a los medios de comunicación para engañar a la gente. Y no es eso. Lo que hacen es quitarle trabajo al Winston Smith del futuro.
Lo podemos ver en cada uno de las representaciones de doctrina del shock que nos han regalado últimamente: desde la esa época en el 2020 de la que yo le hablo hasta la guerra de Ucrania y por supuesto la corrida bancaria que nos están preparando. Da igual lo que piense la gente porque, entre otras cosas, nadie puede saber a ciencia cierta lo que realmente piensa la gente.
Con la esa época en el 2020 de la que yo le hablo lo vemos claramente: ¿realmente cuántos negacionistas somos? IMPOSIBLE SABERLO. No nos podemos fiar de los datos que ellos mismos publican. Igual no somos sino poco menos que 100.000, pero necesitaban tener negacionistas y nos crearon. O quizá somos 20 millones novacs y nos restaron importancia porque sólo necesitaban nuestra existencia, pequeña o grande, para SU RELATO.