Qiwi tiene serios problemas de dos tipos: regulatorios y de competenca, y está perdiendo ambos.
Regulatorios: la nueva ley rusa va a restringir mucho el sector de las apuestas online para expulsar a las operadoras que funcionan desde terceros países y paraísos fiscales (Malta, Gibraltar...). Ahora habrá una sola entidad. El problema es que gran parte del negocio de Qiwi era el de gestionar pagos, depósitos y retidadas de capital entre usuarios u casas de apuestas, y ahora va a perder ese negocio.
Por si fuera poco, Rusia ha prohibido usar las tarjetas de débito de Qiwi para realizar compras en comercio electrónico extranjero (por la opacidad de esas tarjetas). También hay alguna demanda más por enmedio, pero, vamos, lo peor va a ser la ley de apuestas on line.
De competencia. Los bancos rusos se han puesto las pilas con la digitalización de los servicios a clientes, y tanto Sberbank como Tinkoff ofrecen todo lo que Qiwi puede ofrecer. Lo dicen en su propio informe anual: la competencia ha aumentado y nos enfrentamos a rivales con gran cantidad de recursos financieros y de otro tipo.
Puestos a invertir en compañías rusas prometedoras, me gusta mucho más Beluga Goroup, por ejemplo.
Esto del informe anual 2020 de Qiwi, detallando ellos mismos, de manera muy exacta, los riesgos: