Madrid
Madmaxista
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Ya sea en cualquiera de sus formas, en Imperio otomano o Turquía. Históricamente enemigo nuestro, no pocas batallas épicas dejaron nuestros encuentros con ellos, algunas con un resultado muy favorable, como La Goleta en Túnez (1525), la expulsión de sus presiones sobre la Malta (1565) que sería el preludio de Lepanto (1571). Por el contrario, tenemos que lamentar la fállida Toma de Argel (1541) cuando Carlos V llevaba los mejores militares de la época encabezados por el Duque de Alba, con la presencia de un maduro Hernán Cortés, la derrota en Gelves (1560), el sitio de Castelnuovo, actual Herceg Novi en Montenegro, aunque esto fue una victoria moral porque el propio Barbarroja quedó asombrado de la fuerza de nuestros Tercios.
Aunque la Sublime Puerta iba languideciendo al mismo tiempo que nosotros. Su dominio total en los Balcanes con el atraso que supuso en dicha Península y sus posteriores conflictos étnicos, sus intentos de entrar en Viena (1520-1683) que bien hubiera cambiado el curso de la historia europea, sus ansias expansionistas hacía Rusia, con la Guerra de Crimea (1853) aquí ya la mano anglosajona contra los eslavos hace su primera aparición, sumado al primer Genocidio conocido en la historia de la humanidad contra el pueblo armenio (1896-1915) en el que medio millón de armenios fueron exterminados, sus injerencias interminables en Grecia, la invasión de Chipre(1974) que a día de hoy sigue en sus dominios, más finalmente el autentico genocidio inhumano que hace con los kurdos, son ingredientes suficientes para ganarse el dudoso honor de ser un pueblo realmente da repelúsnte.
Si bien, cabe decir, que hubo un tiempo que podrían haber sido tocados de muerte, cuando en la Guerra de Oriente, Rusia tuvó muy cerca entrar en Estambul, rehacer Constantinopla, dejar hundido y quien sabe si hubiera sido el fin del Imperio otomano. Pero de nuevo, los anglos no lo permitieron, un contingente serbo-ruso-bulgaro esperaba el ataque final en Istrina. Finalmente Rusia, alcanzó un acuerdo con la Sublime Puerta, alcanzando el Tratado de San Stefano, en el cual Bulgaria era considerado como estado independiente, corría el año 1878.
Sin lugar a dudas, uno de esos enemigos fuertes , ya lo dice el refranero español, “bicho malo, nunca muere”.
Aunque la Sublime Puerta iba languideciendo al mismo tiempo que nosotros. Su dominio total en los Balcanes con el atraso que supuso en dicha Península y sus posteriores conflictos étnicos, sus intentos de entrar en Viena (1520-1683) que bien hubiera cambiado el curso de la historia europea, sus ansias expansionistas hacía Rusia, con la Guerra de Crimea (1853) aquí ya la mano anglosajona contra los eslavos hace su primera aparición, sumado al primer Genocidio conocido en la historia de la humanidad contra el pueblo armenio (1896-1915) en el que medio millón de armenios fueron exterminados, sus injerencias interminables en Grecia, la invasión de Chipre(1974) que a día de hoy sigue en sus dominios, más finalmente el autentico genocidio inhumano que hace con los kurdos, son ingredientes suficientes para ganarse el dudoso honor de ser un pueblo realmente da repelúsnte.
Si bien, cabe decir, que hubo un tiempo que podrían haber sido tocados de muerte, cuando en la Guerra de Oriente, Rusia tuvó muy cerca entrar en Estambul, rehacer Constantinopla, dejar hundido y quien sabe si hubiera sido el fin del Imperio otomano. Pero de nuevo, los anglos no lo permitieron, un contingente serbo-ruso-bulgaro esperaba el ataque final en Istrina. Finalmente Rusia, alcanzó un acuerdo con la Sublime Puerta, alcanzando el Tratado de San Stefano, en el cual Bulgaria era considerado como estado independiente, corría el año 1878.
Sin lugar a dudas, uno de esos enemigos fuertes , ya lo dice el refranero español, “bicho malo, nunca muere”.