El problema de los sistemas políticos globales es que sólo benefician a un determinado tipo de personas.
Por ejemplo, yo considero que hay tres grandes grupos de personas: las sacrificadas, las talentosas/creativas y las que no son ni lo uno ni lo otro (el clásico vago sin muchas luces). Es muy difícil encontrar una persona con talento y capacidad de sacrificio, al igual que una persona sacrificada que sea también creativa.
Un sistema como el comunismo, por ejemplo, tiene la ventaja de que no beneficia a ninguno de esos grupos sobre otro, pero por contra, no satisface a los primeros dos grupos, que creen merecer más que los del tercero.
Así pues, se impone el capitalismo. Sin embargo, el capitalismo tiene un grave problema, y es que las estructuras vienen heredadas, y cada vez son más inamovibles. Así, las altas esferas sí suelen estar formadas, casi exclusivamente, por gente con talento, pero sólo son unos pocos. Mientras tanto, si eres una persona con talento y no has tenido la suerte de nacer ya ubicado en una de esas esferas de poder, te tocará lidiar en un terreno (la masa esclavizada) en el que sólo se va a valorar tu capacidad de sacrificio, y el trabajo sumiso será la única catapulta hacia el éxito, lo que lo convierte en un sistema arbitrario y profundamente injusto. Y poco apreciable.