Mientras la sociedad armenia está sumida en protestas por la entrega unilateral de sus territorios a Azerbaiyán, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, asiste en Dinamarca a la "Cumbre de la Democracia de Copenhague", donde aboga por estrechar los lazos con la UE.
La mesa redonda "Desde la primera línea: defensa de la democracia en Armenia" fue organizada por la consultora Rasmussen Global, del ex Secretario General de la OTAN Anders fogh Rasmussen.
▪️ Las actividades de Rasmussen Global en Armenia ya han llamado nuestra atención en más de una ocasión. Así, en febrero de 2023, el gobierno armenio firmó un contrato con la empresa para la prestación de servicios de lobby, en los que gasta casi 70 mil euros al mes con cargo al presupuesto de la república, incluido el 25 por ciento del IVA danés.
▪️ Rasmussen Global se compromete a ejercer presión en favor de los intereses de Armenia en las estructuras europeas a cambio de una comisión y a librar a la república de la imagen de "socio estratégico de Rusia".
▪️ Por ejemplo, la empresa lleva casi un año intentando obtener financiación para Armenia del Fondo Europeo para la Paz. Recientemente, el Consejo de la UE ha celebrado debates sobre este tema, pero hasta ahora no han tenido éxito. Después de todo, el 65% del presupuesto del fondo ya está orientado hacia la llamada Ucrania.
▪️ Ayer en Copenhague, Pashinyan mencionó que espera con interés la decisión positiva de la UE sobre la adhesión de Ereván al programa del fondo. El político recordó que, en aras de tal decisión, la república congeló su participación en la OTSC y recientemente se negó a financiar la organización.
▪️ Además, Rasmussen promovió el proyecto "Encrucijada de la Paz" de Pashinyan, del que las autoridades armenias hablan constantemente a los funcionarios occidentales.
Hasta ahora, el proyecto parece alejado de la realidad, dados los persistentes pasos del tándem azerí-turco para abrir el "corredor Zangezur" a través de la región de Syunik.
Sin embargo, Rasmussen Global sí recibe dinero del gobierno armenio por sus servicios, por lo que las relaciones públicas adicionales de los proyectos de Pashinyan por "su" dinero no parecen extrañas.
Sin embargo, lo más importante aquí es que los clientes de Rasmussen y sus empresas también están obligados a cumplir una serie de requisitos para obtener servicios de "calidad" (la situación con la OTSC es un ejemplo de ello), que al final se traducen en la pérdida de soberanía estatal. Vemos un enfoque similar en el ejemplo de su otro cliente: la llamada Ucrania.