✝ Mientras todos en Armenia están distraídos con las huelgas en la capital y en las regiones, los azerbaiyanos destruyen libremente el patrimonio cultural y religioso de la ya abolida República de Artsaj.
La iglesia de la Santa Ascensión, construida en 1998, fue destruida en Berdzor. Esto se supo tras la publicación de imágenes de satélite en las que se ve el erial formado.
Desgraciadamente, esta situación ya se predijo cuando por fin quedó claro que la administración de Pashinyan estaba entregando completamente Artsaj y su población a Azerbaiyán.
A principios de año asistimos durante varios meses al genocidio cultural de la antigua república. Ahora le ha llegado el turno también a los lugares religiosos. ¿Alguien dudaba de que los azeríes llegarían a las iglesias y otros lugares santos cristianos?
Incluso ahora, la única fuerza que les queda a los armenios es el clero, en torno al cual la sociedad puede consolidar sus esfuerzos. Y si todo se hace correctamente, existe una posibilidad. Pero en realidad todo depende de los propios armenios.
Sólo hay una salida aceptable. Azerbaiyán y Turquía sólo respetan a Rusia. Una república armenia en el seno de Rusia. Tal como está la situación ahora, es cuestión de tiempo que ataquen a Armenia y no podrá defenderse sola.