GUERRA en PODEMOS CANTABRIA: todo por la pasta

MALASPINA

Madmaxista
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Parece que los puestos de asesor en parlamento están haciendo estragos.


El Consejo Ciudadano de Podemos retirar la confianza a José Ramón Blanco . eldiariomontanes.es

Como estaba anunciado, Podemos ha escenificado este miércoles la ruptura total con su secretario general. José Ramón Blanco y su equipo de confianza decidieron no acudir al réquiem que le tenía preparado la mayoría de su Consejo Ciudadano y el 75% de los barones municipales del partido. Por problemas de agenda, para que pudiese asistir el mayor número de integrantes, la votación de la moción de confianza ha comenzado superadas las ocho de la tarde. A su conclusión, 18 de los 30 consejeros han decidido despojar a su líder de la presidencia del grupo parlamentario con el que cuenta la formación jovenlandesada en Cantabria, así como la retirada de su apoyo.



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Si lo que el sector crítico, conformado por 18 de los 30 consejeros, pretendía era amedrentar a Blanco, el hombre al frente del frágil y convulso liderazgo de Podemos, cercano a los postulados de Pablo Iglesias, el tiro le ha salido por la culata. El secretario general ha tratado de hacer pedazos la estrategia coercitiva que habían desplegado en las últimas horas, y que consistía en conseguir que tras el escarnio público –le acusaron de «autoritario, nepotismo, de mirar por sus intereses personales en las contrataciones del grupo parlamentario, de falta de liderazgo, capacidad de cohesión, coordinación, diálogo y comunicación»– dimitiera inmediatamente. Pero, en lugar de arrugarse, Blanco ha decidido pasar directamente al contraataque, dar plantón a sus detractores –él y casi otra decena de miembros– y reclamar al Comité de Garantías que tome cartas en el asunto. Confía en que no dará validez a ninguna de las decisiones que se han venido tomando en los Consejos Ciudadanos desde el 3 de diciembre porque hay «irregularidades». A saber, que las reuniones no han estado presididas por él como marca el reglamento interno, que no se han convocado «en tiempo y forma» y, lo más importante, que esta moción no es vinculante porque los estatutos solo recogen la posibilidad de hacer revocatorio a los 18 meses de mandato –ahora lleva 11– y se necesita coger avales de los círculos.

Los críticos, sin embargo, que la reunión de este miércoles eran mayoría se reunieron en la sede después de recibir el espaldarazo de más de tres cuartas partes de los secretarios generales. Y juntos acordaron la estrategia a seguir, que básicamente consiste en devolverle la patata caliente al oficialismo. Ellos ya tienen aprobado el nuevo Consejo de Coordinación tras dar por revocados a cuatro secretarios: Óscar Manteca (Comunicación), Marcos Martínez (Política) Lidia Alegría (Organización) y David González (Redes). ¿Qué José Ramón Blanco amaga con mantener las dos estructuras y trabajar en minoría? Veremos ya mismo si es verdad o si se trata sólo de una entelequia, de un mero ejercicio de intimidación... Es decir, una competición de fuerzas que se podría llegar a trasladar al Parlamento de Cantabria, llegado el caso, con la imposición de los criterios del sector crítico en las propuestas, mociones y preguntas. No en vano, Verónica Ordóñez y Alberto Bolado, si todo se mantiene según los planes previstos hasta ayer, van a estar al frente de la portavocía y la presidencia del grupo parlamentario, a pesar de que Blanco sigue siendo el líder.

La aritmética interna de Podemos formada por un rompecabezas de círculos, 13 consejos ciudadanos municipales, el ‘comité’ regional –que es el que se ha reunido este miércoles– y el Consejo de Coordinación, el equivalente a la dirección del partido, está conformada en su mayoría por los que hoy se definen como críticos. Al entrar por la puerta de su sede, ubicada en la plaza de las Cervezas, llevaron asegurados 18 votos, lo que les ha garantizado que Blanco pierda la moción de confianza, y ha habido una abstención. La mayoría de los apoyos a Blanco, que se conforma por los que hasta ahora han tomado las decisiones en el aparato de Podemos y la recién elegida diputada nacional Rosana Alonso, quedaron deslucidos al no presentarse y no dar validez a esta reunión.

Postura "irreconducible"

A puerta cerrada, a pesar de que los podemitas enarbolan la trasparencia como bandera, el encuentro no ha sido tan tenso como el del sábado pasado donde las descalificaciones fueron de alto voltaje por los cuatro costados, según expresaron algunos de los asistentes, quienes dicen que la ruptura es irreconciliable e irreconducible. Y, como era de esperar, se ha propuesto el nombramiento de Jon López al frente de la Secretaría Política; Javier Garay, la de Organización; y Ana Montalvo (Comunicación). Hay dudas todavía para el nuevo responsable de Redes.

Menos claras están las contrataciones de los asesores del grupo parlamentario, que fueron el detonante de la crisis interna que se vive desde septiembre. Estalló durante la convocatoria de las plazas de libre designación para contratar a cinco asesores en el Parlamento regional. La mayoría del Consejo Ciudadano vetó la contratación de Óscar Manteca y Marcos Martínez como personal del Grupo con «la excusa» de que querían un «perfil técnico, externo e independiente». Por este mismo motivo, se impidió acceder a uno de los puestos a Roberto Macho, otro de los dirigentes. Esta decisión provocó el malestar en el núcleo más cercano a Blanco, y en algunos de los miembros del aparato orgánico. De hecho, en el orden del día de la reunión estaba previsto valorar la comunicación de la Secretaria de Acción Institucional al respecto y las acciones a llevar a cabo. Tras estallar la bomba de relojería, Recursos Humanos de Madrid asumió directamente las contrataciones, algo que ha molestado profundamente al sector crítico, con el visto bueno a las contrataciones de una periodista, que desde el lunes está trabajando, y de Marcos Martínez, algo que están tratando de impedir. Si no le quieren en el organigrama político, menos como empleado. Sin embargo, Martínez cuenta a su favor con que es miembro de la dirección nacional de Pablo Iglesias y su amistad con Íñigo Errejón.

Pero lo que está por ver es si realmente lo sucedido este miércoles y, sobre todo, la rebelión interna que sufre, ponen verdaderamente el punto final al liderazgo de Blanco y su guardia pretoriana en Podemos o si es capaz, como en otras ocasiones, de resucitar más fuerte. De momento, él no tira la toalla, planta batalla y espera a que Garantías se pronuncie. Solo entonces, cuando tenga armada su estrategia completamente, saldrá a defenderse de las acusaciones y los ataques, como definen desde su entorno. En cualquier caso, ni a críticos ni a oficialistas les interesa, por razones distintas, que el secretario general deje su escaño como diputado. Los primeros porque les obligaría a pasar al Grupo Mixto con Ciudadanos y perderían recursos, mientras que para los segundos sería asumir una derrota y ceder ante lo que consideran un ‘golpe de estado’ para controlar las contrataciones.
 
Masacrándose entre ellos, nada nuevo bajo el sol. "Poderoso caballero en don Dinero" y esas cosas...
 
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